La Confederación Nacional de Agrupaciones de Comerciantes de Centros de Abasto (Conacca) cumple 40 años de su fundación.
Las centrales de abasto son los verdaderos movilizadores del campo mexicano. Generan alrededor de un millón 850 mil empleos directos, además de los temporales e indirectos, y son un sector que trabaja los 365 días del año para garantizar el abasto de la canasta básica de todos los mexicanos, por ello han sido considerados como un sector prioritario para la estabilidad del país.
Pero han pasado por años difíciles, en los cuales han tenido que sortear una compleja problemática para cumplir su misión original: hacer llegar los alimentos a más de un millón 350 mil establecimientos minoristas.
Su actual presidente, Ramiro de Jesús Cavazos Flores, hace hincapié en que la agrupación sigue cumpliendo su labor fundamental: vincular la cadena productiva desde el productor hasta el consumidor final.
Esta formidable tarea social la realizan 65 centrales de abasto, operan en ellas cerca de 55 mil comerciantes que abastecen todo el espectro de distribución que existe en México: desde los comerciantes más tradicionales (tianguis, tiendas de barrio, fruterías), hasta algunas de las grandes cadenas comerciales.
En el periodo de la actual dirigencia todos los afiliados de las centrales de abasto han concretado contactos comerciales con productores de todo el mundo, tanto para la importación como exportación.
Por esta razón para la Conacca son de vital importancia dos puntos:
– Primero, cuidar el campo mexicano, ya que son los responsables de comercializar el 75 por ciento de su producción; y segundo, tener acuerdos comerciales con el mayor número de países posibles, para poder abastecer el país con los mejores productos en calidad y precio.
– Segundo, atender los retos en materia de seguridad. El tesorero de la Confederación, José Sánchez Rodríguez, dijo que hace seis años se estableció un convenio de colaboración con la Comisión Nacional de Seguridad Pública para crear estrategias que disminuyan la extorsión, el cobro de piso, el robo y el secuestro.
Las centrales de abasto son también socialmente responsables ante la necesidad alimentaria de nuestro país, que tiene un ritmo de crecimiento acelerado.
Por ello, desde hace cuatro años, la Confederación inició un programa de aprovechamiento de los alimentos que ya no son comerciales, pero que se encuentran en buen estado.
Con esos alimentos se elabora ya la sopa Conacca, que es empacada en sobres de plástico y donada a familias en comunidades de extrema pobreza en Nuevo León, Coahuila y San Luis Potosí.
Las centrales de abasto siempre están dispuestas para ayudar a las personas en los desastres naturales. Tal y como lo hicieron durante los sismos de septiembre, enviando 80 mil raciones de la sopa para los damnificados de Morelos, Oaxaca y Chiapas.
También son quienes más donativos aportan a los bancos de alimentos.
Con la llegada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, las centrales de abasto esperan encontrar un aliado para ampliar este programa de apoyo a escala nacional, con el cual, de acuerdo con el presidente Cavazos Flores, “con seguridad con esos excedentes se acabaría con gran parte del problema del hambre en México”.