El mandatario capitalino, José Ramón Amieva, reiteró que el incremento de la violencia en la ciudad se debe a la disputa entre grupos criminales y adelantó que esta semana dará a conocer resultados referentes a las agresiones directas que se han registrado en los últimos días.
“Hay que reconocer que existen personas que forman parte de los grupos criminales que son muy agresivas y que tienen la intención de matar a los integrantes de grupos rivales y que cuentan con armas de fuego, por eso tenemos que estar pendientes para intervenir, retirar las armas de fuego, detener a las personas que están dedicadas a esto que es el narcomenudeo”, explicó Amieva.
Declaró también que lo que deben hacer las autoridades es “quitarles primero la actividad para no convertirla en una fuente de ingreso ilícita, retirar las armas y lograr las aprehensiones”.
La percepción ciudadana sobre la forma de reaccionar ante estos hechos por parte de las autoridades capitalinas se tornó negativa en los últimos años, según lo han indicado diversas encuestas.
Y no solo el aumento de la violencia ha colocado en tela de juicio la efectividad de los gobiernos capitalinos, también la sensación de inseguridad, la falta de acceso a servicios de salud, las malas condiciones de los espacios públicos, el exceso de ruido ambiental, la ineficiencia en la dotación de servicios públicos, en fin, se carece de buenos elementos para tener una correcta calidad de vida.
Esta crisis se puso en evidencia, así como las inquietudes que afligen a un significativo porcentaje de los 9 millones de personas que viven en la Ciudad de México.
Pero cabe destacar y reiterar que la preocupación más apremiante de los capitalinos es el aumento de la percepción de inseguridad, siendo las mujeres quienes se sienten más vulnerables, sobre todo al caminar por las noches en las calles de la capital.
La sensación de inseguridad expresada por los ciudadanos en las encuestas del INEGI lamentablemente encuentra respaldo en las estadísticas de delito; es decir, no son el resultado de una percepción ciudadana sin antecedentes reales que la justifiquen.
Por ello, el próximo gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum debería poner especial interés en implementar políticas públicas o programas que prevengan el crimen y la violencia.
Como parte de su programa de seguridad, Sheinbaum plantea la incorporación de promotores de conciliación y de paz para resolver los problemas en las colonias, barrios y pueblos, tal y como lo plantea el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y el Delito.
Su objetivo principal es el enfoque de seguridad ciudadana, el cual privilegia la participación en la construcción de ambientes seguros a través de la prevención, también para identificar factores de riesgo en territorios y poblaciones para las que se plantean acciones específicas en los ámbitos individual, familiar, escolar y comunitario.
Especialistas en tema de seguridad consideraron que los promotores de conciliación y paz son una buena opción de prevención de la inseguridad, ya que se estará en comunicación con los ciudadanos y con ello se puede aumentar el índice de denuncia, generar información de inteligencia y modificar malos hábitos que afectan la percepción de seguridad.