Tras la derrota electoral del pasado 1 de julio, en medio de una división interna que no ha sido resuelta, el PAN se apresta a elegir una nueva dirigencia nacional, así como a la mayoría de sus presidentes estatales en octubre, para lo cual el pasado 11 de agosto se eligió a la Comisión Organizadora Electoral (COE) para conducir el proceso.
La COE está encabezada por Cecilia Romero, expresidenta interina del blanquiazul, quien asume esta función en un contexto complicado para el partido para organizar a los poco más de 270 mil militantes que votarán para elegir a un nuevo presidente que sustituya a Damián Zepeda.
Siempre! platicó con Gerardo Priego Tapia, exdiputado federal y exsecretario de vinculación con la sociedad del CEN panista, miembro de la COE, quien detalló los retos inmediatos para esta y para el partido.

El gran reto de reconstruirnos
“Es un momento muy peculiar para el PAN, todos los pasos que demos, siendo el primero el proceso electoral para tener presidente nacional y presidentes estatales, son decisiones de vida o muerte que estamos tomando por el riesgo de que si no volvemos a ser confiables para la sociedad mexicana, si no refrendamos esos 12 millones de votos con acciones contundentes que satisfagan, entonces se pone en riesgo la supervivencia o quedar reducido a un dígito en las preferencias electorales como le ha pasado a otros partidos en otras democracias”.
Gerardo Priego describió que en la pasada sesión de Consejo Nacional, en la cual se eligió a la COE, se realizó un desahogo de militantes y una discusión dura, incluso para Ricardo Anaya, quien escuchó las recriminaciones y críticas “hacia él en lo particular como candidato”, además de temas como la cancelación de la democracia interna, de revisar lo que hicieron los dos gobiernos federales que ha tenido el partido en temas como “los casi 100 mil muertos en el gobierno de Calderón, los señalamientos de corrupción de los hijos de Marta Sahagún, todos estos señalamientos de conflictos de interés de miembros del gabinete de Felipe Calderón, se hablo de muchos temas que han lastimado al país, de la falta de reacción del PAN a muchos de ellos”.
El nuevo integrante de la COE se mostró esperanzado que estas determinaciones son “un buen inicio para reconstruir, estoy seguro de que si ponemos las piezas correctas, que si no nos equivocamos y no le fallamos a la sociedad mexicana en el intento de volver al PAN un instrumento útil, la oposición posible en este nuevo gobierno, podemos volver a obtener el respaldo de la ciudadanía”.
Así, uno de los objetivos que el partido debe tener es evitar las distorsiones del nuevo gobierno de la república, “sacudiendo todos nuestros errores, sin dejar de reconocer nuestros aciertos, pero ahora es más importante erradicar los errores y construir un proceso electoral que salga bien, que sea derecho, que todos los participantes estén a gusto, que los votos cuenten bien, que las firmas —cada candidato debe juntar 10 por ciento de las firmas del padrón, que serán aproximadamente 27 mil— sean validadas, que el debate se realice de manera correcta, todo este proceso es una señal que le estaremos dando a los mexicanos de si verdaderamente queremos volver a ser confiables para ellos”.

Naufragio permanente
Para nuestro entrevistado, el PAN corre el riesgo de mantenerse en un naufragio permanente y convertirse en un partido que tuvo gobiernos federales “pero que ya no está en la prioridad de los mexicanos y no queremos esa segunda opción”.
“Tenemos que trabajar en varias pistas y reconstruir nuestra democracia interna es una urgencia, se abusó —habló de los últimos 15 años— de algunas de las herramientas excepcionales que tiene el partido, como la designación, y hay que volver a la democracia”.
Asimismo, pidió que se recupere la visibilidad del militante, “hay que volver a respetarnos entre todos, empezamos a ver visos elitistas en la toma de decisiones, la gente que participa desde abajo no estaba pudiendo participar, hay que volver a eso, todos tenemos el mismo escenario para cuestionar, tenemos que volver a ser exigentes con nuestros gobiernos”.
Priego reconoció también que el partido se alejó de la sociedad.
“El PAN tiene esa vida que se oxigena permanente de la sociedad, lo cual nos ayudaba a meter a las organizaciones de la sociedad civil a la discusión permanente en el partido, tenemos 10 o 12 años que eso se abandonó y se notó cuando le vamos a pedir apoyo a la sociedad, vas como cascarón porque se nota un PAN menos incluyente con sus militantes en los últimos años, además de que —como se vio con la separación de Felipe Calderón y su esposa— los panistas no hemos sido buenos para rescatar a sus caídos en la competencia, hubo quien no se sintió tomado en cuenta, lo que nos obliga a ser incluyentes viendo a la sociedad”.
Ansias democráticas
Gerardo Priego señaló que el proceso interno para renovar la presidencia del partido es un primer paso en la dirección correcta.
“Es hacer una elección que satisfaga las ansias democráticas que todos tenemos en el PAN y que quien ganó lo hizo derecho y que los que perdieron entiendan que ese es el proceso democrático, es el gran reto ahora, y exhortar a que todo aquel que quiera ser presidente lo haga, porque votan todos los militantes y como en ningún otro lado hay la posibilidad de que a pesar de no tener visibilidad puedas crecer en la campaña”.
@AReyesVigueras



 
 