Ricardo Muñoz Munguía
Para Enrique Recillas, quien por igual utiliza los diagramas o mapas mentales en sus tramas.
La realidad posiciona su grandeza ante la ficción. Es el principal aspecto que define la película El autor (2017), dirigida por Manuel Martín Cuenca. Un filme hispano-mexicano donde ciertos celos profesionales le inyectan pasión al protagonista para sobresalir con toda la dedicación que esté en sus manos, aunque en esta pasión no sólo rebase la tranquilidad del nuevo autor, sino que lo transforme por completo.
El autor se basa en El móvil (1987), primera novela del escritor español Javier Cercas y ahora Netflix la lleva a la pantalla y, así, conseguir el premio de la crítica del Festival Internacional de Cine de Toronto y también en la selección oficial del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
El protagonista del filme, Álvaro, quiere ser escritor, un verdadero escritor, pero la fuerza de su pluma y sus temas carecen de presencia ante sus páginas. Por otro lado, su esposa Amanda (María León), con su primera novela llegó a vender trescientos mil ejemplares, por lo que su best-seller la hace muy popular. Este éxito le pega de mal modo a Álvaro, pues, entre otras cosas, su compañero de trabajo le habla constantemente del libro de su esposa pero a Álvaro le fastidia, porque considera menor el trabajo creativo de su mujer, a la que encontrará por accidente, sin hurgarla, en una escena sexual dentro de un carro, por lo que decidirá dejarla. Un tanto por el éxito de su esposa, Álvaro se vuelve algo disperso en su trabajo, en una Notaría, por lo que su jefe, al encontrarlo dormido sobre el escritorio le propone que tome un par de meses de vacaciones, aunque el protagonista hasta aquí no sabe que es su salida definitiva. Es este tiempo precisamente en el que se deja ver con mayor acento el ánimo de Álvaro por la literatura, a la que le ha dedicado mucho tiempo y dinero en talleres, lecturas e intentos por escribir…, algo que él tiene mucha fe y en lo que el escritor primerizo espera para destacarse. Sin embargo, el talento no está de su lado, y así se lo hace notar directamente con el puño cerrado del regaño su profesor (Antonio de la Torre), quien le da ejemplos, entre ellos, el de Hemingway, que ponía “los huevos sobre la mesa”, y Álvaro, de plano, recurre hasta esa forma y desnudo se planta frente a la computadora para iniciar su novela. Como falla en sus intentos por crear su “verdadera” novela apoyado en la ficción y la “inspiración” que le provocaran varios de sus autores predilectos, decide aferrarse a la realidad, como se lo había dicho su profesor, y lo hace en espera de una señal, la que llega con la portera del edificio donde se ha ido a vivir después de dejarse con su mujer. La portera (Adelfa Calvo) poco a poco se inmiscuye con Álvaro, quien la utiliza para allegarse de toda la información de los vecinos de su edificio: una pareja de mexicanos inmigrantes, un ex militar que le encanta el ajedrez, quien terminará muerto…
Una película que da breves asomos en el pizarrón de las estructuras de una novela y la pasión que determina cuando se trata de conseguir un objetivo.


