El poder tiende a corromper y el poder

absoluto corrompe absolutamente.

Lord Acton

Parecía que habíamos visto demasiado en este tiempo poselectoral, en unos días pasamos de luna de miel a relación en poligamia —Poncho Romo dixit—. Como comentario es chusco, sin embargo, retrata la realidad en México, aquí algunos hechos relevantes.

Se instaló el Congreso, y prepara la coronación del emperador mexicano, ahí se entona el nuevo himno “es un honor estar con Obrador”. Los parlamentarios de la nueva mayoría no han aquilatado lo que constituye ser legislador de un poder distinto al Ejecutivo, se portan como lacayos, no entienden o no saben que hay algo superior al tlatoani, México, que no son el interés particular ni el mayor respaldo social en las urnas suficientes para superar el interés superior de la patria.

Gritos, injurias e interrupciones de la bancada mayoritaria a los oradores de oposición, en la sesión de instalación, denotan que no entienden que ya son gobierno electo y en pocos días ellos serán los responsables de todo lo que suceda para bien y para mal en nuestra nación.

Graves contradicciones, incomprensibles los gritos y muecas de la senadora Sánchez Cordero ante las intervenciones de sus compañeros oradores de otras fuerzas políticas, como si no recordara que en sus manos estarán las negociaciones políticas, la calma, la paz y la tranquilidad ciudadana, pues es la virtual secretaria de Gobernación.

Empujones, amenazas y agresiones verbales entre Fernández Noroña y los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados, Martí Batres y Porfirio Muñoz Ledo nos dejan ver que la alianza fue en la contienda electoral, pero llegando, cada quien asume la defensa de sus propios intereses, demuestran la fragilidad de su mayoría y las luchas intestinas apenas empiezan.

Negar la licencia al senador Manuel Velasco Coello, para regresar al cargo de gobernador de Chiapas fue un hecho histórico efímero, duró muy poco y no pretendía el orden constitucional o la responsabilidad política del Senado. El interés era forzar una negociación para que algunos diputados verdes se sumaran a Morena para lograr la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, y controlar la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política, con presidentes de Morena los tres años de la legislatura. La Ley Orgánica de la Cámara lo establece así cuando exista un grupo con la mitad más uno del total de diputados, pero la mayoría es construida en la mesa, no fue producto original de las urnas, es una mayoría artificial y a modo para controlar todos los órganos de gobierno.

Luna de miel que pasa a poligamia, gobernantes electos que no asumen su responsabilidad, luchas intestinas entre ellos, control total de instituciones, oposición desarticulada, sociedad ausente y falta de voces críticas: son una mezcla muy peligrosa para la vida democrática e institucional de nuestro país.

@perezcuevasmx

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