El Dalai Lama cedió este martes el poder político del Gobierno tibetano en el exilio al jurista Lobsang Sangay.

Durante la ceremonia, celebrada en la localidad Dharamsala, al norte de la India, en la que se refugió el Dalai Lama tras el fracaso de la revuelta tibetana contra China de 1959, Sangay, con 43 años de edad y educado en Harvard,  prometió negociar con China una mayor autonomía para Tíbet.

El nuevo primer ministro (“kalon tripa”) del Gobierno en el exilio proclamó que “guiado por la sabiduría de nuestros ancestros, me dispongo a continuar con la política de la ‘vía media’, que busca una autonomía genuina para Tíbet dentro de China”.

“Hemos dado todas las responsabilidades políticas al líder elegido democráticamente”, proclamó en lengua tibetana el Dalai Lama , quien conserva su autoridad como líder espiritual budista y acompañó en todo momento a Lobsang Sangay, junto con varios miles de personas que escucharon bajo la lluvia la primera intervención del nuevo primer ministro.

Durante la toma de posesión, Sangay recibió el sello centenario del Kashag (gabinete), usado desde el siglo XVIII. El es el primer “kalon tripa” que asume plenos poderes políticos y administrativos en las instituciones del exilio, después de que el Dalai Lama, de 76 años, anunciara en marzo su deseo de centrarse en sus tareas religiosas.

“La Carta tibetana recogió en mayo el deseo del Dalai Lama, así que está claro que Sangay tiene ahora los poderes políticos, aunque la formación de su gabinete tendrá lugar en septiembre”, dijo Tenzin Norbu, portavoz del Parlamento tibetano en el exilio.

Los analistas coinciden en que la más urgente misión de Sangay es poner orden a la sucesión del líder espiritual tibetano y dar continuidad al movimiento.

El Gobierno tibetano en el exilio no está reconocido formalmente por ningún país del mundo y carece de autoridad sobre Tíbet, pero el hecho de que tenga su sede en la India es uno de los mayores contenciosos entre ese país y China, donde está el territorio.

El nuevo ‘kalun tripa’ encarna a una generación de dirigentes tibetanos que nunca han visitado su tierra, nacidos ya en el exilio y llamados a tomar el relevo del movimiento de manos del Dalai Lama, que con su renuncia política buscaba ordenar su sucesión.

En el exilio viven unos 140 mil tibetanos, la mayoría de ellos en la India.

http://www.youtube.com/watch?v=MxV_dw_Bbic