Pese a que en los días que corren la democracia estadounidense no se encuentra en sus mejores momentos, una vez más el sistema político que se practica en los dominios del Tío Sam sorprende a propios y extraños. La propia elección del actual presidente de Estados Unidos de América (EUA), Donald John Trump, que cumple ya la mitad de su mandato cuatrianual, mantiene en ascuas tanto a sus aliados como a sus adversarios.
A resultas de los comicios de medio término que tuvieron lugar en el mes de noviembre pasado, el partido demócrata recuperó la mayoría en la Cámara de Representantes, dándole un vuelco a la política que ha conducido el presidente Trump apoyado por el Partido Republicano (“su partido”, en teoría) que dominaba en ambas cámaras del Congreso. Al derrotar a los republicanos, los demócratas podrán hacerle la vida muy pesada al mentiroso magnate presidente.
Así las cosas, el jueves 3 de enero, rodeada de infantes, familiares de los legisladores de la cámara baja y de sus propios nietos —descendientes de sus cinco hijos—, tiene nueve, la representante demócrata por San Francisco, California, desde hace 31 años, Nancy Pelosi (née D´Alessandro, de origen italiano), a dos años de ser octogenaria, tomó posesión de su escaño. Minutos más tarde, la activísima diputada se fotografiaba con sus correligionarios en una Cámara cuya composición es ejemplo de diversidad, con 63 nuevos escaños demócratas. El mayor margen de mayoría de los demócratas desde el caso Watergate en 1974. La minoría republicana será liderada por Kevin McCarthy, de Calkifornia. Un récord de 102 mujeres encabezan la Legislatura 116 del Congreso de EUA, el más diverso, más demócrata y más femenino de la historia: musulmanas, nativoamericanas, discapacitadas en sillas de ruedas, lesbianas y una nueva generación de mujeres muy jóvenes, que en su momento tomarán el relevo de la veterana congresista de 78 años de edad.
A fin de cuentas el padre de Nancy, Thomas D´Alessandro Jr., fue alcalde de Baltimore durante 12 años, de 1947 hasta 1959, y su hermano, Thomas Ludwig John D´Alessandro, siguiendo la tradición durante cuatro años, de 1967 hasta 1971. Pero ninguno de los D´Alessandro ha manejado el arte de la política tanto como ella, que ya dió el jueves 3 el paso definitivo para convertirse, por segunda ocasión en la Cámara de Representantes, en la titular del tercer puesto institucional más alto de EUA, después del presidente y del vicepresidente del país. En caso de emergencia nacional, la sustitución del Ejecutivo sería en ese orden.
Y Nancy Pelosi volvió a hacer historia al ser nuevamente elegida presidenta de la Cámara de Representantes. Sin duda Nancy lleva el poder en sus genes. Es la primera parlamentaria de la historia del congreso estadounidense en retomar una posición de liderazgo en más de seis décadas. Pelosi fue elegida presidenta de la Cámara por primera ocasión en 2007, y estuvo en el cargo hasta 2011.
El nombramiento de Pelosi tiene consecuencias prácticas. Ahora vuelve a ser la mujer más poderosa de EUA y propone dialogar con el Presidente sobre política migratoria, que el propio mandatario ha convertido en su principal preocupación. Al grado que mantiene suspendido el funcionamiento del gobierno mientras el Congreso no le autorice el presupuesto necesario para construir el “muro” que se le ha convertido en una obsesión.
La presidenta de la Cámara de Representantes ha dicho: “Tengamos una conversación adulta sobre cómo protegemos nuestras fronteras. Y escuchemos a las personas que saben de lo que están hablando”. Y, en el punto que nos interesa nacionalmente hablando, Pelosi ha sido muy clara: “México no va a pagar por este muro”. El lunes 7 de enero, los demócratas aprobaron una ley para reabrir el Gobierno, después de 13 días de bloqueo…”el presidente no puede mantear a los empleados públicos como rehenes porque quiere tener un muro”. El hecho es que comienza jun nuevo periodo político en EUA y será Nancy Pelosi quien encabece la ofensiva demócrata contra Donald Trump.
Dadas las características de macho alfa y de misoginia de Donald Trump, no será nada fácil que haya entendimiento entre el ejecutivo y la Cámara de Representantes presidida por Nancy Pelosi, una abuela de 78 años con nueve nietos. Si la presidencia del republicano continúa con tantos contratiempos como los que ha enfrentado en sus primeros dos años, el futuro del huésped de La Casa Blanca no será nada halagüeño.
Comienza la segunda mitad del mandato del magnate que no ha podido (o querido) entender que no es lo mismo gobernar que “hacer negocios”. En estas circunstancias, Pelosi que fue recibida por fuerte ovación de la nueva mayoría demócrata en la Cámara de Representantes será la encargada de “canalizar ese caudal de energía fresca para plantar cara a Trump, y demostrar al país que los demócratas están preparados para sustituirle en 2020”. Los retos son colosales. El enfrentamiento entre las dos fuerzas políticas en la Unión Americana será a fondo. Más allá de lo que ha sucedido en otras contiendas.
Así las cosas, con la seguridad en si misma que la caracteriza, Pelosi preparó su discurso como nueva presidenta de la Cámara de Representantes con todo cuidado, antes de ganar la votación: “Nuestra democracia se refuerza con el optimismo, el idealismo y el patriotismo de esta nueva promoción transformadora”… Y citó como prioridades la lucha contra las desigualdades, por la clase media, “columna vertebral de la democracia”, y la lucha contra el cambio climático, “la amenaza existencial de. Nuestro tiempo”, o sea todo lo contrario de lo que “piensa” el explosivo mandatario.
En su discurso Pelosi saludó el optimismo, idealismo y patriotismo de la nueva promoción del Congreso, a la que califico de transformadora, y conminó a todos a trabajar unidos para avanzar en el progreso de todas las comunidades. La veterana congresista por San Francisco es conocida por su instituto político, su sagacidad para negociar y el arte de un liderazgo muy personal basado en un generoso reparto de puestos en los importantes comités del Congreso a cambio de una indiscutible disciplina de voto.
A pulso ha ganado Pelosi su reputación de feroz contendiente curtida en las encarnizadas batallas políticas en Washington, durante más de tres décadas. Ahora, en la primera sesión Pelosi puso a votación una ley de presupuesto para la reapertura del Gobierno que asigna 1,300 millones de dólares a la seguridad fronteriza. Legislación condenada a muerte en el Senado, donde la mayoría republicana adelantó que no la aprobaría.
Aunque muchos adversarios de Trump quisieran que los procedimientos en su contra fueran más rápidos, lo cierto es que el propio sistema legislativo lo impide. La veterana demócrata presidirá un Congreso redibujado lleno de contrastes generacionales y sociales, que incluyen desde los tradicionales grupos de políticos procedentes de cargos en administración pasadas a completos novatos sin ninguna experiencia previa en un cargo político.
De la nueva promoción de mujeres, 35 fueron elegidas por primera vez en noviembre tras unos comicios marcados por una oleada sin precedentes de victorias femeninas. Entre ellas la primera nativa americana, la primera musulmana, y las primeras mujeres negras elegidas por los estados de Massachusetts y Connecticut, la primera hispana elegida en Texas, y la más joven de la historia elegida al Congreso, la neoyorquina Alexandria Ocasión-Cortez, con 29 años de edad.
En la lista de primeras veces, la demócrata de Minnesota, Ilan Omar, la primera somalí estadounidense del Congreso, juró el cargo con el Corán, lo que marcó un emocional momento personal como hija de un refugiado que inmigró 23 años atrás. Asimismo tuvo protagonismo el primer congresista tetrapléjico, el demócrata de Rhode Island, Jim Langevin, y la congresista de Michigan, Rashida Tlaib, vistió traje tradicional palestino.
Aparte de que Nancy Pelosi es la primera persona y mujer en ser elegida —en un periodo de seis décadas—, dos veces como presidenta de la Asamblea de Representantes, y Alexandria Ocasión-Cortés la más joven en la historia del Congreso de EUA, éste no es el único récord vinculado con esta legisladora, porque forma parte también de los 43 hispanos que se sientan en las dos cámaras en nombre de los 57 millones de habitantes de la Unión Americana con este origen.
Por estos récords y otras razones, la política estadounidense todavía llama la atención en el mundo. VALE.