Vicente Ramos González

 

Mientras la clase política debate el tema de la Guardia Nacional, que se ha convertido en mero recurso mediático y en marco de protagonismos de todo tipo, el rubro de la seguridad en el ámbito nacional permanece en un gran pendiente, lo que ocasiona que millones de mexicanos sufran los embates diarios de la delincuencia organizada y no organizada. El grueso de la población ha tenido que integrar a su cotidianidad vivir un permanente y creciente clima de inseguridad sin que dependencias de gobierno ni corporaciones policiacas estén haciendo algo para modificar la situación de urgencia.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer recientemente el vigésimo segundo levantamiento de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) que realiza cada trimestre. De los resultados que proporcionó, se percibe que el temor frente a la delincuencia es un sentimiento que afecta en buena parte a los habitantes del país, especialmente en ocho ciudades, donde más de 90 por ciento de su población adulta se sintió insegura al cierre del año pasado. Veamos un pequeño desglose de la encuesta.

Nuevamente, como en encuestas anteriores del Inegi, el grupo de ciudades donde impera el miedo lo encabeza Reynosa, Tamaulipas, donde 96 por ciento de sus habitantes de 18 años y más considera que vivir ahí es inseguro. Le siguen Chilpancingo, Guerrero, con una tasa de 93.8 por ciento; Puebla, la capital del estado; Coatzacoalcos, Veracruz y Ecatepec, en el Estado de México, con 90.4 por ciento y Fresnillo, Zacatecas, con 90.1 por ciento.

 

Un amplísimo sector de mexicanos desea una verdadera figura de autoridad que los defienda de la delincuencia y les devuelva la paz que desde hace décadas se perdió a lo largo y ancho de la nación.

 

Otras ciudades donde se disparó la percepción de inseguridad durante el último trimestre de 2018 fueron Piedras Negras, Coahuila, con un alza anual de 20.8 puntos porcentuales, para llegar a un nivel de 61.9 por ciento; Guanajuato, la capital del estado, con más de 19 unidades y ubicada en 79.6 por ciento; Guadalajara, Jalisco, que subió 15.3 por ciento para cerrar en 86.8 por ciento, y Monterrey, Nuevo León, donde la inseguridad remontó 13.4 unidades y terminó en 84.9 por ciento.

Ciudad de México no escapa a este fenómeno de creciente percepción de inseguridad en la población. Aquí los delitos del fuero común son los que han elevado las estadísticas en términos de delincuencia en las seis colonias consideradas las más peligrosas de la capital del país: Centro, Doctores, Del Valle Centro, Roma Norte, Narvarte y Buenavista. La constante del delito en estas zonas es robo de celulares, a transeúntes, a negocio con y sin violencia, así como robo de vehículos.

Sin embargo, según estadísticas de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) local, otro fenómeno creciente de la delincuencia en Ciudad de México es la venta de droga al menudeo y los homicidios dolosos.

Hasta aquí apenas una muestra del panorama general de las estadísticas. Ahora bien, cabe decir que aunque la tarea de las encuestas y la concentración de datos oficiales tienen el objetivo de dar a conocer la realidad que vive el país en rubros tan importantes como este de la inseguridad con la finalidad de adoptar políticas que propicien soluciones al problema, sin embargo, en las ciudades mencionadas la acción de las autoridades ha sido nula y la percepción de inseguridad, como vimos, va al alza. Sus habitantes comparten la idea de que sus autoridades definitivamente no quieren o no pueden atender la emergencia y proporcionarles una mejor calidad de vida.

Son muy pocas o inexistentes las medidas que se han adoptado para revertir la situación de inseguridad. La coordinación de los tres niveles de gobierno brilla por su ausencia. La llamada agenda nacional se ha centrado en las discusiones para la creación de una muy criticada por varios sectores Guardia Nacional. Pero si con ese pretendido grupo hay certidumbre de regresar la tranquilidad a millones de habitantes del país, pues adelante. Lo que un amplísimo sector de mexicanos desea es una verdadera figura de autoridad que los defienda de la delincuencia y que les devuelva la paz que desde hace décadas se perdió a lo largo y ancho de la nación.

Y a propósito de las discusiones que se han dado en la Cámara de Diputados para la creación de la Guardia Nacional, hay que tomar en cuenta la propuesta del diputado federal Francisco Javier Saldívar Camacho del Partido Encuentro Social para que esta Guardia tenga presencia en todos los municipios del territorio nacional, pues en los más apartados muchas veces no tienen el suficiente número de policías para cuidar la seguridad de las personas, vacío que es aprovechado por la delincuencia para sentar sus reales en esas zonas. Ojalá que la propuesta del diputado Francisco Saldívar prospere. Es por el bien de todos.

Periodista y editor.