Desde 2016, la Comisión Federal de Competencia (Cofece) comenzó a investigar prácticas monopólicas absolutas, en el sector salud, de proveedores de servicios clínicos y bancos de sangre.
Incluso, Mikel Arriola, en su paso por el Instituto Mexicano del Seguro Social entre 2016 y 2017, denunció un negocio que en los últimos tres años, se estima, en los últimos años ha dejado ganancias por 9 mil millones de pesos para algunas empresas.
Hoy ya se saben nombres. Por ejemplo, se menciona a Grupo Falcon, de Noé Rodríguez; Impromed, de Fernando Colín; Centrum, de Valentín Campos; DICIPA, de Francisco Pallac y Hemocer, de Ignacio Higareda. Se espera que en los próximos días, éstas reciban el Oficio de Presunta Responsabilidad que girará la Cofece.
De acuerdo con las indagatorias, dichos proveedores se dividieron al país en seis regiones. De hecho, esto se supo gracias a una grabación filtrada a medios hace un par de meses.
Contexto dado
La decisión de la Cofece de comenzar una lucha frontal contra este monopolio absoluto llega en un momento político convulso para la industria farmacéutica.
Y es que en días pasados, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, ha dicho que comenzarán a dar los nombres de los proveedores del monopolio de distribución de medicinas en el sector público.
Fuentes aseguran que las empresas distribuidores de medicamentos Lomedic, Abastecedora de Insumos para la Salud, Solfrán y Quiropráctica del Bajío, todas propiedad de Carlos Lomelí Bolaños, quien es delegado del gobierno federal en Jalisco, podrían y deberían estar en la mira.
Otra de la que se hace mención es Distribuidora del Sur.

