La revista Siempre! representa para el periodismo contemporáneo de México una tribuna plural y privilegiada, en la que confluyen diferentes pensamientos, ideologías y formas de concebir el país y el mundo con sus problemas, retos y esperanzas que, si bien proceden de la diversidad, también del talento. Por ello, la oportunidad de iniciar una nueva etapa en mi carrera de periodista, colaborando en esta casa editorial, representa para mí un aliciente y una distinción. Así que, bienvenidos a bordo mis lectores, tanto los que me conocen como pintora que cocina y como escritora que observa, como quienes se interesan en mis opiniones y temas que trato. Mi única divisa ha sido y es expresarme sin limitaciones ni tapujos, con total independencia, aceptando como único filtro lo que dicta mi conciencia.
No son pocos los directores de cine que en su filmografía asumen pasajes de su vida familiar: de su infancia y adolescencia. Baste recordar a Amarcord, de Federico Fellini, que justo alude a esa temática. Viene la mención a propósito, porque el talentoso y multipremiado cineasta mexicano Alfonso Cuarón nos presenta ahora Roma, su más reciente película, donde evoca a su barrio, sus padres y hermanos, las costumbres y la atmósfera social prevaleciente en los años setenta.
Y bien sabemos que el filme comprende, a la vez, recuerdos de quienes trabajaron en su hogar auxiliando a su madre en las labores domésticas, además de que influyeron determinantemente en la formación humana, sentimental y social de él y sus hermanos.
Hoy, rindo tributo a la película, en especial a su entrañable nana por todo lo que les ofrendó. Un filme que ha sido calificado como una obra maestra y que como sabemos obtuvo en estos días el tan relevante premio Óscar, que se multiplicó como “el mejor director”, “la mejor cinematografía” y “la mejor fotografía”, además de otros muchos reconocimientos anteriores como “el León de Oro”, que se otorga en Venecia, Italia, y que tanto enaltecen a México.
Cuarón reproduce el paisaje urbano de la colonia Roma, donde nació y vivió muchos años, lo cual representó un grado de dificultad considerable, pues abarcaba lo mismo edificios (como el cine Las Américas), que automóviles, tiendas y modas de la época.
En lo personal, siento un enorme afecto por la familia Cuarón, en especial por Cristina, su madre, que fue una queridísima amiga, lo que me llevó a pintarla en un óleo y, a petición de ella, realizar el retrato a su hijo Alfonso, cuando era un niño de apenas unos diez años de edad; la idea era continuar con cada uno de los demás integrantes de la familia, pero por diversas causas quedó en un proyecto.
Conocí a Cristina en la tintorería del barrio, pues éramos vecinas, de ahí empezamos a frecuentarnos y luego a presentar a nuestras propias familias.
Pinturas que ahora retoma Alfonso y aparecen en su película, lo cual representa para mí un gran orgullo y privilegio. En efecto, un buen día me llamó su asistente para pedirme la autorización de que formaran parte de esas imágenes históricas. Acepté gustosa y me siento muy feliz de su inclusión en la exposición itinerante que alude a tan maravillosa película.
Doy gracias entonces a la vida de ser testigo hoy de ese acontecimiento de excepción, así como recordar a mi inolvidable Cristina, y por igual a su hijo Alfonso y a toda la familia.
Vayan para Alfonso mis felicitaciones y la satisfacción de que se trata de un mexicano fuera de serie.
http://www.marthachapa.mx
Sala-Museo Martha Chapa: http://www.dgb.uanl.mx/bibliotecas/burrf/salamuseomarthachapa/
Martha Chapa Benavides
@martha_chapa