Por Javier Enrique Zamorano López
La camarista (México, 2018) de Lila Avilés
La sincera y bella opera prima de la joven realizadora mexicana Lila Avilés tiene como tema principal la ausencia, según ella misma declaró. Ausencia del lugar donde vive, una zona pobre de la gran ciudad, de una joven madre soltera, en el que deja a su bebé al cuidado de otra mujer (se sabe, porque ella habla con ellos una o dos veces por teléfono, desde el lujoso hotel en el que trabaja como camarista). Ausencia de un lugar marginado más lejano, en el interior del país, porque sin duda ella tiene raíces étnicas. Y en esa ausencia, necesaria para poder ganarse el pan y el de su hijo, mantiene la esperanza de poder ascender y ganar más dinero, cara ambición de todo ser humano, en su lucha diaria por la supervivencia. Lo interesante de la propuesta es que su esfuerzo por superarse, teniendo que ausentarse de sus orígenes y de sus seres queridos, para triunfar, es que al no lograrse su objetivo se resigna asumiendo el hecho con madurez. Dos secuencias son clave en el relato: en una, el personaje se ve en el espejo y toma conciencia de su ser social y, en la otra, busca la soledad, para ausentarse de todo y de todos, en la azotea del alto edificio, he invocar, según su creencia y fuerza de voluntad, que seguirá en la lucha por salir adelante.
Jamás llegarán a viejos (They Shall Not Grow Old, Reino Unido-Nueva Zelanda, 2018) de Peter Jackson
Del neozelandés Peter Jackson he visto una curiosa película, La verdadera historia del cine (Forgotten Silver, Nueva Zelanda, 1995), extraña, como falsa historia documental humorística sobre la historia de los orígenes del cine. Jamás llegarán a viejos es un documental que no tiene nada de falso para conmemora el centenario del fin de la Primera Guerra Mundial. Nada es falso en cuanto a imágenes. Lo falso es añadirle un formato remasterizado y coloreado, incluida tercera dimensión, para darle más realismo a los hechos de la guerra y al júbilo de los muchachos ingleses y británicos, en general, al lanzarse a la aventura. Darle belleza a la guerra, con tecnología moderna, complementada con verborrea asfixiante, fuera de cuadro, de los veteranos de esa guerra, me parece de mal gusto.
La casa junto al mar (La Villa, Francia, 2017) de Robert Guédiguian
Robert Guédiguian es un realizador de origen armenio, por su padre, y alemán por su madre, pero lo francés lo trae en su formación social, muy apegada a la ideología izquierdista, ya que –se sabe– es militante del Partido Comunista. Su militancia se nota en uno de los personajes, tres hermanos que regresan a una casa de una Villa, en la costa mediterránea, porque su padre ha sufrido un ataque cardiaco. Se nota que hay una constante preocupación por la situación de la clase obrera, en el decir de un de los hermanos. Al margen de sus preocupaciones sociales, el realizador, nos narra un drama familiar, en el que su mujer en la vida real, la actriz Ariane Ascaride, interpreta a una actriz de teatro, una de los tres hermanos, que vive en permanente estado de infelicidad por un hecho que la alejó del lugar. Recurriendo a un selecto grupo de actores, Robert Guédiguian toca temas como la vejez, la migración, el amor, la solidaridad, la muerte y la esperanza, con sutileza y buen gusto.
María por Callas (Maria by Callas: In Her Own Words, Francia, 2018) de Tom Volf
Interesante documental en el que la voz fuera de cuadro de Fanny Ardant, narrando algunos aconteceres clave de la vida, pública y privada, de María Callas (nacida el 2 de diciembre de 1923, en Nueva York, Estados Unidos, y fallecida el 16 de septiembre de 1977, en París, Francia), soprano de origen griego, Divina Diva del bel canto, la voz de Joyce DiDonato, sustituyendo la de la más grande de todas las sopranos habidas, gustos aparte, también fuera de cuadro, y la misma María, apareciendo en imágenes de archivo, en eventos sociales, acompañada de importantes personajes del espectáculo y del arte, en entrevistas e interpretando arias y pasajes de óperas, le dan a ella misma una dimensión casi mítica y al mismo tiempo humanizada. Una mujer a la que siempre se le vio sonriente, amable e íntegra. La opera prima de Tom Volf es una apasionada incursión reverencial, no exenta de cierto morboso glamour, en la que la elegancia y, sobre todo, las interpretaciones de la Callas se sobreponen a lo demás expuesto que, a fin de cuentas, le ocurrió, como ese papel de ser amante abandonada de Aristóteles Onassis, al casarse el magnate con Jacqueline ex Kennedy.
Ven y mira (Idi i smotri, Unión Soviética, 1985) de Elem Klímov
Desgarradora exposición de las atrocidades cometidas, por el fascismo-nazismo, al pueblo bielorruso, en la Segunda Guerra Mundial, que no es más que la visión del realizador, Elem Klímov (nacido el 9 de julio de 1933, en Stalingrado, hoy Volgogrado, Unión Soviética, y fallecido el 26 de octubre de 2003, en Moscú, Rusia), a través de los ojos de un inocente joven combatiente quién, en un acto de sublime locura, comienza a disparar sobre un retrato de Adolf Hitler, tratando de acabar con los sucesos históricos (el retroceso hacia atrás de las imágenes del acenso al poder del irracionalismo en Alemania es su representación simbólica) que culminaron con las masacres despiadadas contra buena parte de la humanidad. A treinta y cuatro años de su producción, la película, un clásico de la cinematografía mundial, mantiene su vigencia, por la forma en que el tema es tratado, sin concesiones, sin ocultamientos, sin exageraciones. La realidad se refleja en toda su crueldad manifiesta, aparte el miedo interior, la desolación individual y colectiva. La fuerza de las imágenes es tal que aún siguen conmocionando.
Un día más de vida (Jeszcze dzien zycia, Polonia-España-Bégica-Alemania, 2018) de Raúl de la Fuente y Damian Nenow
Extraordinaria y conmovedora, por su objetividad, obra maestra que convoca a la solidaridad del espectador con el hecho histórico abordado (la lucha del pueblo angoleño por lograr su plena independencia y libertad, en 1975, contra la agresión de las grandes potencias imperialistas, en plena guerra fría), basada en el libro homónimo del periodista polaco Ryszard Kapuscinski que es el personaje principal, ejerciendo influencia, con su labor reporteril, en el acontecer histórico. Una magnífica combinación de géneros: dibujos animados hiperrealistas, guerra, suspenso, intriga, thriller, entrevistas directas, imágenes de archivo, yuxtaposición de imágenes, voz fuera de cuadro, introspección y toma de decisiones determinantes, para el triunfo de las causas más nobles (el personaje de la guerrillera Carlota, soñando en lograr el triunfo para que los niños de Angola vivan una absoluta vida de bienestar material y espiritual, vista en animación y en su actividad combativa real, sonriendo y luchando, son un ejemplo). Una lección de cómo ejercer el periodismo comprometido, arriesgando la vida para informar, por concientizar al mundo de las injusticias y las mentiras con que se manejan los líderes de las grandes potencias, para sojuzgar los pueblos débiles.
En guerra (En guerre, Francia, 2018) de Stéphane Brizé
Se trata de una guerra entre los asalariados contra los capitalistas transnacionales. Por una lado, los empleados luchando por no ser despedidos y/o liquidados indecentemente, ante el cierre de la empresa que, por otro lado, por conducto de sus directivos, alegan falta de competitividad en el mercado y por lo tanto merma en su rentabilidad, según las estadísticas financieras presentadas. La dinámica de la puesta en cuadro, una cámara inquieta y un montaje sin tregua, es vertiginosa, al igual que los acontecimientos que terminan en una decisión fatal, tomada por el líder del movimiento sindical, interpretado por el magnífico actor Vincent Lendon. Las contradicciones dentro, alegatos entre los mismos trabajadores en ceder o mantenerse en guerra, ante las ofertas de los representantes de la empresa, y fuera del movimiento, intervención del gobierno para llegar a un acuerdo, aparición del presidente del consocio dueño de la empresa, posible compra de la empresa, nos ofrecen un cine social y político que, no obstante su puesta en cuadro ficcional, tiene carácter de sumo realismo.

