El verano trajo consigo la consolidación en la agenda de discusión pública del país de un tema que ha causado estragos desde hace ya, mínimamente, una década y que gradualmente se ha incrementado, la llegada del llamado sargazo, uno de los abundantes géneros de algas marinas, a las costas del hermoso caribe mexicano.
Tal parece que el dios Chaak busca generar empatía entre humanos y las especies desplazadas de sus ecosistemas a causa de nuestra intervención, ya que de un día para otro, las playas que otrora fueran para deleite de propios y extraños amanecen llenas de ésta olorosa alga que en grandes cantidades destruye los arrecifes, a la vez que estorba a las actividades turísticas, las cuales por décadas han sido motor de “desarrollo” para la región entera.
El sargazo lleva siendo estudiado desde hace mucho tiempo, sin embargo, ha comenzado a ser un problema que amenaza a todo el mar caribe, las causas del aumento del alga son multifactoriales y todas abonan para tales efectos, la única constante es la mano del hombre como causa primera. Existen evidencias que apuntan que la sobreexplotación de los recursos marinos generada por actividades como la pesca y actividades industriales que desechan su desperdicio en la mar, lo cual han ocasionado la disminución de especies marinas que encuentran su sustento en el consumo de sargazo, provocando que ésta alga, al no ser consumida, pueda desarrollarse en mayor cantidad y arribe a las playas.
El aumento de la temperatura a nivel global no resulta ajeno para los mares, es por ello que la proliferación de algas como el sargazo corresponde a que ese aumento, por mínimo que aparente ser, favorece a su reproducción y eventual transporte por las corrientes marinas del mar atlántico, afectando, por ahora, a las naciones caribeñas. Lo anterior sin demérito de la contribución que hace para tales efectos fenómenos como la deforestación, la degradación de los ecosistemas, y la pérdida de biodiversidad.
Varias son las soluciones planteadas por expertos sin que hasta el momento se encuentre alguna 100 por ciento sustentable, hay quien desarrolla redes para atraparla en mar abierto, sin embargo esos proyectos enfrentan la problemática de retener únicamente el sargazo y no a las especies marinas. Por ahora, la solución que se implementa tanto en el ámbito público como el privado es recogerlo de las playas con ayuda de maquinaria pesada, lo que da lugar otros problemas como la depredación de las especies que habitan en las playas, lo anterior puede generar un desequilibrio aún mayor.
Ante tal situación, el Gobierno Federal ha decidido atender la crisis como un problema de Estado y ha instruido a la Marina realizar las acciones de control del alga. He ahí la muestra de lo que se ha dicho hasta el cansancio, el cambio climático existe y afecta a los que menos tienen, lo anterior en virtud de que si existiere un declive en los centros turísticos de la zona, las trasnacionales hoteleras sufrirían perdidas pero familias enteras se quedarían sin sustento.
Lo dicho, ante éstos hechos, urge implementar políticas encaminadas a la sustentabilidad, mejorar la gestión territorial y ser ejemplo internacional para poder exigir al mundo que se cumpla con lo acordado en la agenda 2030, los ODS.