Desde hace ya más de un mes los medios de comunicación nacionales y algunos internacionales han dado cuenta de las investigaciones realizadas en el llamado caso “Lozoya”, el ex director de PEMEX, quien es investigado por la Fiscalía General de la República por su presunta participación en hechos delictuosos que involucran, entre otras situaciones, sobornos y daño millonario al erario público por la compra de una empresa de fertilizantes.

Entre toda la información que circula resulta difícil discernir con claridad el estado de las cosas, cantidades y modo de operación de los supuestos delitos, incluso, se ha involucrado a importantes personajes del gobierno pasado, lo cierto es que la investigación queda en manos de la FGR y en su momento del Poder Judicial de la Federación su resolución. ¡Tiempo al tiempo!

Resulta evidente la contradicción que representa que un gobierno cuya marca es haber entregado el petróleo a los extranjeros, a su vez, adquiera una fábrica para producir fertilizante en vez de conseguirlo en el mercado nacional o internacional, sin embargo, la acción podría haber sido catalogada incluso de patriótica si la fábrica hubiera funcionado, no es el caso.

Aunque México es un país con abundantes recursos naturales en todo su territorio, el sistema de producción agrícola no resulta suficiente para producir el alimento para más de 120 millones de personas que en el habitamos, situación que es empeorada por la mercantilización de productos y el difícil acceso para algunas regiones, lo que lo encarece aún más, provocando altas niveles de pobreza alimentaria, lo anterior es parte del diagnóstico que más de 600 expertos realizaron en el Primer Congreso Nacional de Agrobiodiversidad, realizado en mayo de éste año en el Estado de Chiapas.

El párrafo anterior es relevante ya que una de las estrategias de diversos gobiernos para impulsar el desarrollo agrario y por lo tanto procurar la seguridad alimentaria consiste justamente en hacer llegar a los campesinos fertilizantes con la única visión de obtener mayor producción. Sería insensato afirmar que no necesitamos de las tecnologías para mejorar nuestra producción, pero no podemos perder de vista que muchos químicos sólo agravan la situación ya que erosionan la tierra, cambian la dinámica de los suelos y los cultivos que eventualmente consume la sociedad se encuentran contaminados con componentes dañinos para la salud humana.

Enhorabuena por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha anunciado la intención de establecer nuevas fábricas de fertilizante como parte de las acciones encaminadas para alcanzar la autosuficiencia alimentaria, sin embargo, la apuesta debe ser por producir biofertilizantes que coadyuven a la conservación de la agrobiodiversidad y por consecuencia con la salud de la población y del medio ambiente.

Es un hecho que la 4T tiene que transitar hacia una reorientación de actividades que recuperen la memoria histórica y los saberes de las comunidades y la cultura de la honestidad, la integridad y el respeto, principalmente a las instituciones y sus deberes; vale la pena insistir en esto porque estamos enfrentando noticias que hacen revolver el estómago de los montos transferidos e incluso pagados con el erario para casos como el de FERTINAL con un costo de más de 443 millones de dólares.