En México, cuando se trata de programas sociales, existe una muy errónea concepción con respecto a éstos en el sentido de que quienes los otorgan (los políticos, los gobernantes, las administraciones, las dependencias) y quienes los reciben (la gente: campesinos, mujeres, ancianos, discapacitados, etcétera) indefectiblemente están generando sinergias asistencialistas, paternalistas, clientelares y populistas que benefician a los partidos en el poder por medio de dar a cuentagotas unas cuantas migajas a los sectores más desprotegidos de la población. Nada más falso que esto. En un país como el nuestro, con tantos rezagos, con tanta corrupción, con tanto procrastinamiento institucional hacia la ciudadanía, vuelve prioritario que los tres niveles de Gobierno diseñen, definan, implementen y ejecuten estrategias que cubran las necesidades de aquellos que prácticamente no tienen nada y que por ésta circunstancia no merecen ser considerados tratados como ciudadanos de segunda o de tercera…
En el Estado de México, por ejemplo, con el gobernador Alfredo del Mazo Maza, desde el arranque de su gestión, se han desplegado por todo el territorio mexiquense diversos programas sociales encaminados a brindarle apoyo concreto y tangible a distintos sectores de la población que históricamente reclamaban atención, pero que también voltearán a verlos porque durante décadas sólo los han tomando en cuenta en épocas electorales.
Justo esta semana el mandatario mexiquense arrancó con un muy importante programa: “Familias fuertes más sanas con mejores servicios de salud”, el cual permitirá que un total de mil 221 centros de salud esparcidos por todo el Edomex serán rehabilitados, programa que para los tres años que restan de la gestión del gobernador Del Mazo Maza invertirá recursos para que estos centros cuenten con instalaciones adecuadas, equipamiento, insumos, cobertura de consultas y medicamentos, pero sobre todo para que sean atendidos por personal médico suficiente y solventemente capacitado para brindar la atención que requieren los habitantes del Estado de México. Obviamente, aterrizar este programa requerirá de crecer el número de doctores, especialistas y enfermeras, por lo que en los próximos días se cubrirán 600 nuevas plazas, lo que vendrá a apuntalar el sistema de salud más grande del país, pues el Estado de México cuenta con poco más de 24 mil médicos y 33 mil enfermeras y enfermeros, los cuales a diario atienden a más de 17 millones de mexiquenses gracias a las más de 40 millones de consultas que brindan.
Por otra parte, refiriéndonos a una sinergia que ya está perfectamente definida, implementada y ejecutada, el gobernador Del Mazo Maza se trasladó a mediados de esta semana al municipio de Tultitlán, donde siguió entregando apoyos en beneficio de las mujeres mexiquenses a través del llamado “Salario Rosa”. En esta ocasión un total de 7 mil 200 chicas resultaron beneficiadas para poder continuar sus estudios y así poderse brindar un mejor futuro y también a sus familias.
Cabe recordar que el “Salario Rosa” fue diseñado para apoyar e impulsar a las amas de casa mexiquenses de escasos recursos para que éstas retomaran sus estudios, ya que la finalidad de este programa es empujar el desarrollo de las mujeres de esta entidad para que el sueño de mejorar su vida y las de los suyos sea cuestión tangible. Sin embargo, aquí bien vale ejercer una reflexión (sobre todo aquellos que viven con el sospechosismo a flor de piel): Preocuparse y ocuparse de aquellos que prácticamente todos los días viven rodeados de necesidades y carencias, jamás debe ser pretexto para que los programas sociales lleven impresos membretes, colores o siglas de partidos políticos. Y en la medida en la que los políticos puedan entender que están gobernando para todos, poco a poco se irán superando los rezagos.
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