El presidente Andrés Manuel López Obrador calificó como vergonzoso el hecho de que Morena quisiera quedarse los tres años que dura la legislatura con la presidencia de la Mesa Directiva, por medio de la modificación organiza de la Ley Organiza del Congreso General.
Aunque se trata de una estrategia que en su momento utilizó el PAN, cuando se encontraba frente al Ejecutivo, pero no contaba con la mayoría en el Legislativo, por ello decidió negociar con la segunda y tercera fuerza, en ese momento el PRD y el PAN, una rotación anual del poder en la Mesa Directiva, la idea es no repetir las mismas “mañas”.
Una de las promesas de campaña y de gobierno del presidente López Obrador es cambiar de régimen, pero ello incluye no comportarse como sus adversarios políticos y por supuesto no realizar las mismas practicas de la “mafia del poder”.
Después de casi asegurar su reelección como presidente de la Mesa Directiva, finalmente Porfirio Muñoz Ledo renunció al cargo, asegurando que lo hacía por congruencia política y para no generar una crisis constitucional, sin embargo, antes su soberbia quizás fue la culpable de encender los ánimos y el enojo de la oposición.
Muñoz Ledo anunció su retiro de la presidencia de la Mesa Directiva y, con ello, del recinto legislativo de San Lázaro y, tal vez, de su último alto cargo político en su profusa carrera.
Tras horas de discusión entre la oposición y Morena y sus aliados, con motivo de la reforma a la Ley Orgánica, que se busca aprobar y que dejaría al partido de AMLO, seis meses más al frente de la Cámara baja, en un acto inesperado Muñoz Ledo anunció desde el Pleno que dejaba la presidencia para no ahondar la crisis política que dijo se puede suscitar por el tema.
¿Un berrinche? ¿Órdenes de más arriba o presiones de sus compañeros? O simplemente lo hizo para evitar una crisis constitucional como afirmó en su comunicado.
Aunque antes de irse Muñoz Ledo enfatizó que durante el año que estuvo al frente de la LXIV Legislatura la opinión de la ciudadanía a favor de los trabajos de la Cámara de Diputados pasó de 12% a 48 %, “se ha triplicado la aceptación de la opinión pública a los trabajos de la Cámara no lo echemos a la borda”.
En este caso, el líder de la bancada de Morena, Mario Delgado jugó bien sus cartas pues al buscar una fórmula más equilibrada y menos voraz, se guardaron más las formas y se garantizó de alguna forma la gobernabilidad.
Sobre el artículo 17 de Ley Orgánica del Congreso General, referente a la rotación, en orden decreciente de la Presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, y la permanencia en ésta de Muñoz Ledo, Mario Delgado señaló que se ha planteado una propuesta, “bastante sensata”, de reforma a la ley orgánica.
No era el agandalle total de los tres años. Era cambiar la fórmula para que el tiempo que presida cada partido la Mesa Directiva corresponda al tamaño que tiene en el Pleno, que hubiera una proporción en términos de tiempo a partir de la proporción de representatividad que hubiera por cada fracción.
Después de estas acciones y según los opinologos, Mario Delgado es el candidato con mayores posibilidades de liderar el partido a nivel nacional.
Una encuesta realizada por la empresa Enkoll muestra que Mario Delgado es el preferido entre los militantes de Morena para que se convierta en el nuevo dirigente del partido.
Con un 35 por ciento de las preferencias, se impone frente a otros liderazgos, frente a la actual presidenta, Yeidckol Polevnsky, que obtiene el 30 por ciento de las menciones.