“El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido,
porque estará obligado a inventar veinte más para
sostener la certeza de esta primera”Alexander Pope
Repite una mentira miles de veces y se convertirá en verdad, pregonaba el propagandista, padre de esta teoría Joseph Goebbels. Nada más falso que ello. Por más que la mentira se disfrace de verdad, nunca terminara por convertirse en tal. Disfrazar la realidad, puede que engañe a muchos, que haga que los seguidores se sientan satisfechos por lo que su líder dice hacer.
Al final, las peroratas matutinas, son ejercicios propagandísticos que pretenden llegar por una parte a la población abierta presumiendo logros y beneficios –que por supuesto son falsos– y por otra, alimentar a los fieles de la causa para que cada vez con mayor virulencia ataquen a quienes osan discrepar, diferir o cuestionar.
Así, en un cúmulo permanente de mentiras, se pretende imponer en el imaginario colectivo lo que en la realidad no sucede o bien es totalmente contrario a ella. Estamos ante un juego de pensamiento que nos hace reflexionar profundamente y llegar después de un análisis a una conclusión “lo que parece no es y lo que es no parece”.
Parece que hubo un cambio democrático y que el Presidente ejerce el gobierno de las mayorías que son consultadas y tomadas en cuenta para gobernar, la realidad es que estamos ante quien ostenta el poder de manera unipersonal, por encima de colaboradores, instituciones, reglas y normas democráticas y constitucionales.
Parece que los adultos mayores tienen un apoyo económico sólido y programas que los acompañan en su diario padecer. Que los jóvenes “ninis”, tienen un primer empleo y una remuneración que les dará la oportunidad de generarse un mejor futuro, la realidad dicta que se trata de una clientela que se está armando, a costa de dádivas directas con fines perversos de uso discrecional de los recursos públicos, para controlar e influir los procesos electorales futuros.
Parece que los más pobres son los más beneficiados de este gobierno con esas ayudas directas, la realidad es que no hay medicinas en hospitales, que los servicios más básicos no se cumplen, que la inseguridad crece y afecta a más ciudadanos, que hay recortes de médicos y enfermeras, que las becas deportivas o académicas están siendo canceladas.
Parece que el poder económico del político se ha separado, la realidad es que ambos poderes están más unidos que nunca y que ahora a petición del gobernante en turno tienen que entrar en escena para dar la señal de que la economía y la inversión va a ir bien.
Parece que el Presidente trabaja por el bien de los mexicanos, la realidad es que solo trabaja por su interés de perpetuarse en el poder a costa de quien sea y lo que sea.
Parece que el Presidente y su gobierno hablan con la verdad, cuando presentan datos y cifras, la realidad es que son mentiras, mentiras y más mentiras.
@perezcuevasmx
perezcuevasmx@gmail.com