Por Cecilio Ferro Villa

 

A la par de la presentación del proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2020, emergen más interrogantes sobre la visión que el gobierno de López Obrador tiene sobre el campo de México. Ocurre que hay un asunto de seguridad nacional que al parecer no fue observado en su justa dimensión por quienes elaboraron tal proyecto: la sanidad de los alimentos que consumimos todos.

A los autores del proyecto de Presupuesto les hubiera venido bien dedicar algunos momentos para reflexionar sobre la estrecha relación de la salud pública con la sanidad agroalimentaria. ¿Habrán pensado en que los riesgos fitozoosanitarios siempre están presentes, y que éstos son mayores en un entorno de intercambio comercial internacional imparable?, ¿Habrán tomado en cuenta que la porosidad de nuestras fronteras con Belice y Guatemala persiste a pesar de que el gobierno de México –apremiado por la administración Trump– anunció desde hace meses una serie de acciones para contener las migraciones de personas de Centroamérica? ¿Habrán considerado un posible endurecimiento de las condiciones que Estados Unidos buscaría imponer dentro del TMEC en materia de sanidad animal y vegetal?.

Entre agricultores y ganaderos mexicanos siempre hay una justificada preocupación ante los riesgos de plagas y enfermedades ya que de la sanidad e inocuidad de los productos depende su comercialización y consumo, en el Presupuesto 2020 podemos observar que las asignaciones a este rubro han disminuido: en 2019 la cifra asignada disminuyó a 4 mil 128.1 millones de pesos, para el año entrante la cantidad propuesta por el Ejecutivo es de sólo 3 mil 748.9 millones.

Se necesitan voces que sensibilicen a los legisladores.

La  reducción presupuestal podría resultar poco significativa –tan sólo 379.2 millones de pesos menos– sin embargo, potencializa los riesgos de plagas y enfermedades. En junio pasado el Dr. Javier Trujillo Arriaga, director en jefe del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), señaló que el organismo que encabeza gasta cinco mil millones de pesos al año, lo cual permite inferir que el faltante para el correcto funcionamiento de los sistemas de sanidad animal y vegetal durante 2020 será mayor a 1 mil 250 millones y, por tanto, la capacidad de respuesta de México ante los peligros sanitarios estaría en riesgo, a pesar de que por décadas nuestro país ha mantenido un alto estatus fitozoosanitario reconocido a nivel mundial.

La sanidad agroalimentaria, un logro de SENASICA, sobre todo de los productores, no puede ponerse en riesgo. No se vale bajar la guardia en las tareas de vigilancia e inspección sanitaria, ni por astringencia presupuestal ni por austeridad republicana, menos aún por el simple afán de quedar bien con el Ejecutivo.

Por el lado que se mire, es imprescindible contar con un SENASICA fuerte. No es necesario partirse la cabeza para prever los perjuicios económicos que acarrearía a México la llegada, por ejemplo, de enfermedades como la Peste Porcina Africana (PPA), para la cual no existe vacuna eficaz alguna y que ya provocó severos estragos en China, donde la producción de cerdos se ha ido a pique porque prácticamente la mitad de su piara nacional ha sido sacrificada por causa de este mal.

Podría considerarse esa crisis oriental como un área de oportunidad para los porcicultores mexicanos, toda vez que China está obligada a adquirir carne de cerdo de muchos países para cubrir su alta demanda, pero esa oportunidad solamente es posible si México preserva su destacado estatus zoosanitario. Si por el contrario, la PPA eventualmente ingresara a México, también se requeriría de un SENASICA muy fuerte para contener la diseminación del mal.

Ya es tradición que en la discusión presupuestal se susciten airadas rebatingas por una cobija que nunca será suficiente para cubrir todos los flancos.

En este Espacio Rural nuestra motivación hoy es poner el dedo en un asunto crucial: la sanidad, inocuidad y calidad en la producción de alimentos tanto para el consumo interno como para las exportaciones Al ser un asunto de seguridad nacional no puede siquiera pensarse en el debilitamiento de un organismo que está totalmente vinculado con toda la comida que está sobre nuestras mesas, con la salud de los mexicanos y la economía de los productores.