La inminente expedición de la convocatoria, iniciará de manera formal el proceso sucesorio de la Rectoría de la UNAM, seguramente el lector de Siempre!, la conocerá cuando tenga estas líneas a la vista. El rápido trascurrir del tiempo, nos asombra dado que parece apenas ayer que el Doctor Enrique Graue asumió la Rectoría de nuestra máxima casa de estudios. Hoy tras una muy buena gestión de, se encuentra en la coyuntura de aceptar un nuevo periodo.

En estos cuatro años, el Doctor Graue logró fortalecer la calidad educativa, lo que tiene a nuestra Universidad como una de las mejores del mundo, y la mejor de  Iberoamérica, a pesar de la disparidad de recursos financieros versus cantidad de alumnado. La UNAM sigue siendo un referente obligado en la Investigación y sin duda cuantitativa y cualitativamente la mejor de México. Así mismo, en estos cuatro años  se aumentó la oferta académica con nuevas carreras.

En otra perspectiva  se reprocha al Rector diversos episodios de inseguridad en el Campus, olvidando convenientemente que la inseguridad prevalece en toda la Ciudad de México y en todo el territorio nacional y, nuestra universidad es un espejo que refleja ese flagelo que azota a la ciudad y al país entero. Asimismo, hubo de soportar con entereza acciones vandálicas de grupos de encapuchados que adicionalmente a las agresiones físicas, destruyeron instalaciones y buscaban generar desorden y caos.

El proceso sucesorio en puerta, se ha venido agitando con comentarios y notas periodísticas que, mediáticamente han colocado el tema en la palestra de la agenda pública, lo cual es consustancial a la gran importancia que tiene nuestra Institución a nivel nacional. Ante esta situación los universitarios estamos atentos y participativos de que la elección del Rector se realice en paz y con estricto apego a la normatividad universitaria que la regula.

Algunas voces se elevan para prevenir o condenar reales o supuestas injerencias externas que buscan influir en el proceso, ya sea solo para enturbiarlo o para influir en la designación del Rector. La UNAM, hay que tenerlo presente tiene además de un gran peso específico en la política nacional, un gran presupuesto que es visto como botín por grupos ajenos a nuestra Universidad.

La actual situación política con un nuevo gobierno, es –sin que pueda negarse- una variable a considerar porque grupos afines desean controlar la Universidad para alinearla a sus propios intereses. La respuesta de la comunidad universitaria hasta ahora ha sido de expectativa, y hasta con sorna, observan los posicionamientos mediáticos que buscan colocar en el imaginario colectivo nombres de presuntos aspirantes y, agregan que son apoyados desde despachos del gobierno.

Lo real es que hasta ahora los únicos pronunciamientos públicos al interior de la comunidad son de apoyo a la reelección del Rector Graue, dado que ven en ello, la posibilidad de obturar cualquier intentona de intromisión en la Institución.

Por lo demás no faltan los oportunistas ocurrentes que buscan modificar las reglas normativas en estos momentos lo que propiciaría echar un cerillo encendido en una pradera seca, por más que se pueda coincidir en que debiera revisarse la legislación universitaria en este tópico para democratizarla. En estos momento, México necesita una Universidad en paz y superándose en su ámbito académico, de Investigación científica  y de difusión de la cultura.