Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron por mí, pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada.

Martin Niemöller.

En el mundo los ciudadanos están eligiendo personajes “raros”, los que parece que rompen con el “status quo”, los que logran posicionarse con la esperanza de solución a la problemática, esto es así porque la gente quiere cambio, pero en esa búsqueda se pierde ante el brillo del oropel buscando Oro.

En México, por ejemplo, se dio el regreso del “nuevo PRI” de los que “si sabían gobernar”, y después de un periodo de gobierno, los expertos definieron al mismo como uno de los más corruptos y frívolos, provocando que se abriera la puerta para el peor de los populismos que se avizoran en el continente, o tenemos el caso de Hugo Chávez, en Venezuela, donde fue electo por una abrumadora mayoría, por la esperanza que sembró en los venezolanos, especialmente en los más pobres.

La época de las grandes y profundas divisiones en el mundo ha terminado, ahora estamos en la época de la globalización. Pero en la región, las divisiones ideológicas aún se mantienen en pie y están reconfigurado el desarrollo continental, en unos casos para bien, en otros para mal.

En el continente nos encontramos en medio de las dos épocas, una fuerte influencia global y viejos resabios locales y nacionalistas que aún no se superan.

Lech Walesa  expresa una frase, con la que incita a la acción “Primero fue el verbo y luego se materializo” y con ello invita a que se retomen los espacios para debatir, argumentar, estructurar. Lo peor que le puede pasar a una democracia es la falta de debate, si la única voz es la del gobierno, estamos en un régimen autoritario. Ese planteamiento hace una América latina llena de democracias frágiles, como Venezuela y México, o quizás más grave, un régimen de control absolutista como Cuba y Nicaragua.

Esperanza real y legitima hay siempre y como dice Vargas Llosa, las democracias son siempre perfectibles, por lo tanto, no debe imperar el desánimo si no la acción eficaz y eficiente para que la democracia en nuestros países sea cada vez más sólida.

Desafortunadamente, no es así. En nuestro país ahora mismo se está en la discusión de la aberración de querer desaparecer los poderes en los estados de Guanajuato y Tamaulipas. Usar el poder como vendetta política, atenta contra la democracia y abre las puertas al totalitarismo, México, un país donde se decía que era imposible que esto sucediera hoy es una democracia que cada vez se debilita más con los embates de este gobierno populista. Seguiremos con el tema.

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