Para sorpresa de muchos,México apuesta por un ”multilateralismo eficaz” (La Jornada, pág.13 del 29 de Sep.) como lo afirmó rotundamente el Secretario Marcelo Ebrad, no obstante la reticencia del Presidente López Obrador de viajar al extranjero; pero si realmente el presidente es humanista y está a favor de todos los pueblos, sin duda debe impulsar de lleno el multilateralismo expresado por el Secretario. Que conste no estamos hablando de la fraternidad universal propia de la masonería.
El Canciller también afirmó ante el pleno de la Asamblea General de la ONU, “tenemos que tomar conciencia que el supremacismo blanco está tomando una conexión evidente y (hay que) sumar esfuerzos para hacerle frente”, (La Jornada pág.13 del 29 de Sep.), lo cual es un llamado a todos los gobiernos y todos los ciudadanos que estamos comprometidos con un mundialismo humanista para hacer un frente común, hacia un nuevo sistema de gobernanza global, “eficaz” como dijo el Secretario Ebrad.
Además apuntó que se habrán de proponer reformas a la ONU que junto con el multilateralismo “…son el hogar de las mejores causas del mundo” (La Jornada pág.13 del 29 de Sep.) lo cual nos da pie a insistir en la necesidad de que México se abra al mundo entero con un gran tema multilateral que le permita cortar el cordón umbilical con el vecino país del norte.
Finalmente el Canciller redondeó su intervención al afirmar que México: ”En síntesis ha recobrado su confianza en sí mismo. Si esto es así, es el momento ideal para levantar la mano y que México recobré el liderazgo que tuvo en el pasado, con el fin de que la Región Latinoamericana, en sintonía con la Unión Europea, la Unión Africana y el resto del mundo convoquen a la Asamblea General de la ONU a una Conferencia ad-hoc para la Revisión de la Carta de San Francisco de 1945, con el objetivo de que en dicha Conferencia se resuelva “no reformar” sino transformar el ente en sí de Organización de Naciones Unidas en “Parlamento de Naciones Unidas”, con el mismo fundamento de autodeterminación de los pueblos ahí representados, como lo expresa claramente el Preámbulo de la propia Carta de la ONU.
Este procedimiento jurídico y político de convocar y transformar es un nuevo paradigma que ha venido impulsando el Centro Mexicano de Responsabilidad Global A.C. (CEMERG) desde hace varios años y que tal como lo hemos diseñado, no está sujeto al derecho de veto de cualquiera de los 5 Miembros Permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU porque no se propone reformar sino transformar el ente en sí (Planetafilia 2006).
Estamos en completa sintonía con las propuestas de Greta Thunberg, porque el tiempo apremia y mientras se procesa el cambio en la ONU, creemos que es necesario impulsar el Parlamento Mundial Ciudadano con los estudiantes preparatorianos y universitarios de México y del Mundo.
¿Por qué tanta insistencia en este nuevo paradigma de Gobernanza Global?
Porque es el contrapeso indispensable ante la anarquía internacional de los Estados Nación que se comportan como señores feudales de la Edad Media, en donde tenemos tres grandes Señores: EU, China y Rusia que pretenden cada uno de ellos dominar a los demás.
El resto del mundo somos mucho más y si queremos mantener nuestra integridad y nuestra soberanía en un mundo en paz y progreso compartido,también tenemos que unir fuerzas para resolver los múltiples asuntos globales, mediante la cooperación y la soberanía nacional compartida para estos efectos.
Lo que puede convertirse en veneno puro es la soberanía nacional “absoluta” que en un mundo totalmente interconectado es absurdo y solo sirve para arropar a megalómanos que engañan para impulsar su propio poder político desde una presencia imperial, venga de donde venga.
Por ello celebro mucho los conceptos vertidos por el Secretario de Relaciones Exteriores de México, que apuntan a defender los intereses de nuestro país a la vez que expresan la vocación pacifista y multilateralista que son la base para iniciar un nuevo paradigma de Gobernanza Global con fundamento en los Derechos Humanos y los principios y valores de la democracia y el bien común.

