Por José Eduardo Campos
Con el paso de los días, el clima en torno a Donald Trump se complica y no sólo por sus acciones, ahora hasta por lo que hacen y dicen sus abogados encabezados por el polémico Rudy Giuliani, quien el martes de la semana pasada desafió un citatorio de la Cámara de Representantes, de los comités que están llevando a cabo la investigación de juicio político en contra de Donald Trump.
Giuliani, hay que recordar, había presionado al gobierno de Ucrania para que investigara al exvicepresidente Joe Biden. Trump y Giuliani han sugerido, sin evidencia, que Biden estaba actuando para proteger a su hijo, Hunter, que estaba en el directorio de una compañía ucraniana de gas natural.
Jon Sale, abogado de Giuliani, mandó una carta a la Cámara de Representantes en la que manifiestó que “su representado no acudiría ante las Comisiones Legislativas ya que lo que realizan parece una investigación de juicio político, algo que es inconstitucional, ya que juzgan antes de conocer todos los elementos que se presentan en este proceso”.
Además, explicó el abogado, sale en esta carta de citación como; “excesiva, excesivamente oneroso y buscan documentos más allá del alcance de la investigación legítima. Los documentos que han solicitado los integrantes de la Cámara de Representantes están protegidos por el secreto profesional abogado-cliente”.
El citatorio a Rudy Giuliani fue emitido por los comités de: Inteligencia, Supervisión y Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes.
Las decisiones y acciones seguidas por el ex alcalde de Nueva York en la defensa de Donald Trump han puesto a su cliente (el presidente de los Estados Unidos) en riesgo de juicio político. En una carta enviada el mes pasado al abogado Guiliani se lee… ”su incumplimiento o negativa a cumplir con el citatorio, incluso bajo la dirección u orden del presidente o la Casa Blanca misma, constituirían la evidencia de obstrucción a la investigación de juicio político que realiza la Cámara y pueden ser utilizados como una inferencia adversa contra ustedes y el presidente”.
Especialistas legales me comentaron que los testigos citados por el Poder Legislativo no tienen la posibilidad de elegir a sus investigadores, ni en el sistema de justicia, ni en el del Congreso y mucho menos en la democracia. Al interior de la Cámara de Representantes uno de sus miembros, que pidió el anonimato, dijo… “sí Giuliani y el presidente no tienen nada que ocultar sobre sus acciones debieron haber acudido al citatorio, su ausencia nos lleva a tomar esto como evidencia adicional de obstrucción y podemos inferir que la evidencia ocultada, o por lo menos no revelada justifica las acusaciones de mala conducta del presidente Trump y los esfuerzos que su equipo realiza para encubrirlo”.
En informes de la ex funcionaria de la Casa Blanca, Fiona Hill, que se han filtrado, se señaló al Congreso –en una declaración a puerta cerrada– que el que fuera asesor de Seguridad Nacional, John Bolton estaba tan preocupado por la presión sobre Ucrania, por parte de Giuliani –entre otros–, que le pidió se alertara al abogado en jefe de Consejo de Seguridad Nacional.
En la declaración de Hill, se leyó claramente que Bolton calificó a Rudy Giuliani como ”una granada de mano, que en cualquier momento puede explotar”. En respuesta a esta afirmación, el mismo Giuliani dijo… “estoy muy decepcionado de que su amargura (de Bolton) lo lleve a atacar a un amigo falsamente y de una manera muy personal. Es realmente irónico que John Bolton llame a alguien más una ‘granada de mano’, sobre todo cuando John es descrito por muchos como una bomba atómica”.
Fiona Hill exasesora principal de la admiración Trump sobre Rusia, recibió instrucciones de notificar al abogado principal del Consejo de Seguridad Nacional, que el exalcalde neoyorquino estaba trabajando en un esfuerzo de política exterior en la sombra.
Durante las 10 horas de comparecencia Hill expresó sus preocupaciones al Consejo de Seguridad Nacional sobre una fuerte discusión entre Bolton y Gordon Sondland, embajador de los Estados Unidos en la Unión Europea, debido a que el segundo estaba trabajando para Giuliani, para presionar al mandatario ucraniano a que investigara a uno de los principales rivales políticos del actual presidente.
Hace unos días trascendió que Giuliani recibió medio millón de dólares, por el trabajo realizado para una empresa de un ciudadano ucraniano-estadounidense, quien fue arrestado como presunto responsable de financiar la campaña presidencial.
Agentes de contrainteligencia del gobierno de Estados Unidos, han estado realizando desde hace unos meses los negocios de Giuliano con 2 hombres en particular. El abogado Kenneth Mc Callion quien ha representado a varios ucranianos en territorio estadounidense, dijo que agentes federales lo contactaron entre febrero y marzo y lo cuestionaron acerca de si Giuliani tenía negocios con Lev Parnas e Igor Fruman.
Tanto Parnas y Fruman están acusados de conspirar para eludir las leyes federales de financiamiento de campaña, al canalizar dinero extranjero a los candidatos y comités políticos de los Estados Unidos, en un esquema claro para “comprar influencia”. Estos ucranianos fueron el instrumento o parte del de Giuliani con funcionarios ucranianos, mientras ese gobierno buscaba información sobre los negocios financieros de Hunter Biden.
Los problemas de Donald Trump parecen no sólo disminuir de la mano de su amigo y abogado Rudy Giuliani, sino incrementarse y hasta complicarse. Así el hombre que combatió el crimen en la gran manzana y después del ataque a las torres gemelas dijo que “Nueva York es más fuerte que todos los terroristas de la tierra”, está acercando al presidente 45 de los Estados Unidos a un juicio político o impeachment.