Guerra asimétrica

“Los enfrentamientos asimétricos son batallas entre fuerzas no parecidas” (1). También se les denomina guerras periféricas. Detalles más, detalles menos, son la variante moderna de la guerra de guerrillas. La denominación asimétrica se ha hecho común a raíz de los conflictos armados que se han dado en el Medio Oriente, con motivo de las invasiones al territorio de países islámicos por parte de potencias occidentales o con el fin de liberar los territorios ocupados por el estado de Israel. Tiene las siguientes características generales:

– Sus ataques son realizados por grupos pequeños, violentos y esporádicos; se dirigen a puntos débiles del enemigo; ellos, más que afectar militarmente, persiguen influir en él psicológicamente;

– Es una guerra de desgaste, no convencional, prolongada, sin observancia de las reglas que rigen los conflictos bélicos, que no pretende ubicarse en una zona determinada o alcanzar el dominio de parte de un territorio;

Buscan influir en la organización política y social, con vista a que se adopte cierta ideología, sobre todo religiosa;

– No ofrece blancos atacables o apetecibles a su enemigo;

– Prevalece el criterio ofensivo sobre el defensivo; y

– No cuentan con un ejército que sea visible y atacable.

Las guerras asimétricas o periféricas tienen con objetivo influir en la organización política y establecer una forma específica de ideología, ya sea política o religiosa. A través de ellas no se persigue, en un inicio, atentar contra la soberanía del Estado (2). Una de las formas específicas de hacer violencia a las que recurre es el terrorismo. No se ha generalizado (3).

En alguna etapa las luchas de Emiliano Zapata y Rubén Jaramillo pudieron ser ubicados como guerras asimétricas. Francisco Villa, al atacar territorio estadounidense, pretendió provocar un intervención armada en detrimento de sus enemigos, los que ejercían el poder.

La delincuencia organizada que opera dentro de los territorios de los estados de Michoacán, Guanajuato, Guerrero, Morelos, Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Sinaloa Sonora. Nayarit y Colima, que controlan gran parte de sus territorios, ha llegado a presentar formas que son propias de una guerra asimétrica por cuanto a que los enfrentamientos son esporádicos y de desgaste. Con ellos se atemoriza a la población y se obliga a las fuerzas del orden a concentrarse; esto hace que pierdan control sobre el territorio y descuiden su función de dar seguridad.

La rebelión cristera de los años veinte del siglo XX, pudiera ubicarse en este rubro. Ella se enderezó a forzar cambios en las normas constitucionales y políticas de gobierno relacionadas con la libertad religiosa y el estatus del clero católico. Algunas facciones buscaron implantar cambios políticos; incluso, llegaron a plantear la substitución de la Constitución de 1917. Presentaron un proyecto de nueva constitución política; en ella se proponía el establecimiento de una forma de organización política teocrática, con menoscabo de la libertad religiosa.

La beligerancia de los cristeros se vino abajo por la represión de que fueron objeto y por virtud de negociaciones y acuerdos que el alto clero católico llevó a cabo y celebró a sus espaldas.

 

Elementos característicos

Son formas en que se manifiesta la violencia que no tienen existencia legal y ellas, si en algún momento son tomadas en consideración por la ley, es para prohibirlas y establecer penas a sus promotores y cómplices;

En un inicio la forma de manifestar su dominio se hace del conocimiento de las autoridades y habitantes en forma secreta; con el tiempo, al acrecentarse su influencia y hacerse permanente su presencia, se establecen canales permanentes y relativamente públicos, para hacer conocer sus determinaciones, órdenes y éxitos;

Por ser ilícita la existencia y actuación de esas formas de organización, los contactos entre ella y las autoridades legalmente constituidas son secretos, clandestinos y, desde luego, contrarios a la ley;

Por lo general, quienes ejercen el liderazgo dentro de esas organizaciones, se manejan de manera anónima o secreta y de conformidad con criterios de selección propios, en los que prevalece la capacidad de cometer delitos o la de idear formas de eludir a la autoridad; cuando ese tipo de violencia se hace por motivos religiosos, el reclutamiento y promoción de sus miembros están supeditados a los niveles de religiosidad o fanatismo que sus miembros demuestren ante los líderes de la creencia;

Cada organización cuenta con formas propias de reclutamiento de quienes estarán a su servicio y de la forma de disciplinar a sus miembros;

La permanencia, efectividad y eventual triunfo de los grupos que intervienen en una guerra asimétrica, está en proporción directa a la posibilidad de contar con militares profesionales de alto y medio grados comprometidos con ellas;

De la misma manera, el crecimiento, dominio y duración de la delincuencia organizada, están determinados por la calidad y número de militares que son capaces de cooptar. Son los militares de carrera los que disciplinan y mandan a los pistoleros y elementos armados que tienen a su disposición. La cooptación se facilita al ofrecer mejores sueldos y prestaciones. También se alcanza su reclutamiento por motivos religiosos;

Por regla general los grupos que se enfrentan al Estado en una guerra asimétrica tienen una limitante importante: no cuentan con un territorio para preparar, instruir y disciplinar a los cuadros que les son necesarios para poder actuar;

La duración de quienes ejerce el liderazgo en los movimientos ilegales, no está sujeta a plazo ni regulada por normas escritas; y

Los grupos violentos persiguen debilitar o neutralizar el aparato represivo del Estado e influir en la naturaleza de las relaciones de dominio que aparecen establecidas o definidas por las leyes.

Como consecuencia de las guerras asimétricas, auténticas o artificiales, deriva en la desmembración del territorio de un Estado o en la conformación de pequeños Estados susceptibles de ser controlados por una potencia. Esto es lo que sucedió  en el Medio Oriente en el siglo XX.

En México, durante la presidencia de Sebastián Lerdo de Tejada, se presentó un fenómeno similar en el sétimo cantón del estado de Jalisco; debido el persistente bandolerismo, fue separado de ese estado y convertido en distrito militar, haciéndolo depender de los poderes federales.

En 1938, las compañías petroleras extranjeras a las que se expropiaron sus fundos e instalaciones, recurrieron a Saturnino Cedillo para propiciar una rebelión con vista a separar parte del territorio nacional o, en el peor de los casos, a obtener la restitución de sus concesiones y bienes. Fue eliminado en enero de 1939.

 

Otras características

Los grupos armados que intervienen en una guerra asimétrica cuentan con una organización y un programa más o menos definido. Su acción se prolonga en el tiempo; su duración depende de que se alcancen los fines perseguidos;

Eventualmente puede existir una participación de las bases para definir la ideología y determinar el liderazgo; y

Su acción deriva en cambios formales más o menos radicales en la organización de un Estado o en mayor participación de los líderes religiosos en  los asuntos públicos;

En las organizaciones criminales que recurren a una guerra asimétrica, la forma de alcanzar el liderazgo es vertical y exenta de consultas a las bases; las relaciones que se dan entre los miembros de la jerarquía se rigen por códigos de honor y secrecía; cualquier violación es juzgada por quien funge como jefe y sancionada con la muerte del infractor.

 

Notas:

  1. Jorge Verstrynge, La guerra periférica y el islam revolucionario, quien cita Joint publication, Joint Warfare of the Armed Forces of United States, Editorial El viejo topo, España, 2005, p. 13.
  2. Michael T. Klare y Peter Kornbluh, coordinadores, Contrainsurgencia, proinsurgencia y antiterrorismo en los 80, El arte de la guerra de baja intensidad, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y Grijalbo, México, 1990; Geoffrey Parker, (ed), Historia de la guerra, Akal, Madrid, 2010.
  3. Bruce Hoffman, A mano armada, historia del terrorismo, Espasa, Madrid, 1999; Caterina García y Ángel J. Rodrígo (editores), La seguridad comprometida, Técnos, Madrid, 2008; y Benjamín R. Barber, El impeio del miedo, Paidós, Barcelona, 2004.