Por L Lanza
Como muchos, vivir primero en el altibajo de la suerte política. La de sus jefes y la propia. Se prepara, milita y en línea para escalar los peldaños del ejercicio del poder en el Partido de la Revolución Democrática de ese tiempo. Y luego buscar hacer la suerte propia.
Primero, la liga con el conocedor de la capital de la República y su política, quien transitó de los tiempos de Manuel Camacho Solís en el entonces Departamento del Distrito Federal, a la gestión del actual titular del Ejecutivo Federal; el mismo al cual la defenestración de Vicente Fox le abrió el camino a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, vía el salto de la Secretaría de Seguridad Pública a la Secretaría de Desarrollo Social y, con la posibilidad de dispensar subsidios sin igual, a la candidatura perredista.
Es el vínculo en el cual se basa la expectativa de tejer una expectativa de continuidad que piensa factible, pero que no cristalizará con el destino ansiado. Dos encargos relevantes en la capital del país: secretario de Finanzas y, con el ánimo de construir presencia entre el electorado para ir por la candidatura a la Jefatura de Gobierno, secretario de Educación. Sin embargo, los sondeos de opinión sobre la intención del voto no lo prefiguran como la propuesta adecuada. Los esfuerzos por crecer ante el electorado potencial no dan el resultado anhelado y la asumida como poco factible figura del entonces Procurador General de Justicia del Distrito Federal condensa la mejor respuesta, como lo acreditaría su triunfo contundente los comicios locales del 2012.
Un nuevo destino: el Senado como candidato del PRD en la segunda fórmula del Distrito Federal. La primera la encabeza Alejandra Barrales, quien también habría disputado la candidatura por la Jefatura de Gobierno.
Y un nuevo desafío del destino, pues se le confía la Comisión del Distrito Federal en un momento singular: la inclusión de la reforma política para esa entidad federativa en el Pacto por México. ¿Cómo procesar la principal propuesta política para la capital de la República de quien lo derrotó en la carrera por la candidatura del cargo ejecutivo que permite articular ese tipo de planteamientos?
Quizás como producto del distanciamiento surgido a raíz de esa definición política, quizás como resultado de la falta de visión sobre el calado y significado de la reforma o quizás como consecuencia de las dificultades propias de cristalizar la reforma por la tercera fuerza política de ese momento en el país, pero el hecho es que la estafeta de impulsar las modificaciones que transformaron el Distrito Federal en una entidad federativa sin sujeción constitucional a órganos de gobierno federales, no fue asumida por el Presidente la Comisión del Distrito Federal del Senado, sino por el senador Miguel Barbosa Huerta, entonces Coordinador del Grupo Parlamentario del PRD, y por el senador Alejandro Encinas Rodríguez, quien concluyó el mandato de Andrés Manuel López Obrador en el gobierno del Distrito Federal, y fue electo para presidir la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México.
La prueba de fuego llega con la designación de los catorce senadores que formarían parte de esa Asamblea Constituyente. Quien se apartó de la construcción de los acuerdos para hacerla posible e, incluso, se opuso a diversos de los puntos de coincidencia necesarios para asegurar la mayoría calificada en la reforma constitucional indispensable, no pudo concretar la aspiración de integrar el poder constituyente de la entidad federativa por la cual fue electo para integrar la Cámara de Senadores. El Grupo Parlamentario del PRD no lo propuso para ocupar las postulaciones que le correspondían.
Mas alejamiento y separación del núcleo del Grupo Parlamentario del PRD para emigrar al naciente Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y el interior senatorial al Grupo Parlamentario del PT, bajo cuyo emblema llega a la postulación de “Juntos Haremos Historia” para integrar la Cámara de Diputados por el distrito electoral 13 de la Ciudad de México.
Otra vuelta en el camino; no la del PT a MORENA, sino la de Marcelo Ebrard en la cercanía y confianza del presidente electo, para ascender a la coordinación del Grupo Parlamentario de MORENA en la Cámara de Diputados y a la presidencia de la Junta de Coordinación Política.
La facilidad de actuar no sólo con una mayoría absoluta, sino con aliados para alcanzar la mayoría calificada de las reformas constitucionales. No obstante, dificultades e instrucciones que no se concretan. Por primera vez desde las reformas de 2007 el Presupuesto de Egresos se aprueba fuera del tiempo constitucional y se fracasa en las reformas en materia de fuero presidencial y de reducción del financiamiento público a los partidos.
Nuevo escenario: la agenda del Ejecutivo en la Cámara de Diputados, principalmente el Presupuesto de Egresos y la fiscalización de la gestión en marcha, y nuevas ambiciones: el escaparate nacional, la red política de los diputados de MORENA y la presidencia de ese partido. ¿Deseos? ¿Sueños? ¿Ilusiones? ¿Habrá quien le dé un beso al príncipe encantado?

