Ciro El Grande, Rey de Persia, se vengó de la afrenta bélica emprendida por Creso, Rey de Lidia, y conquistó su ciudad. Para demostrar su hegemonía, no obstante ya conquistada la ciudad, acometía destruirla. Según Herodoto, Padre de la Historia, Creso convenció a Ciro de no destruirla porque sería “como destruirte a tí mismo”, le dijo. Ciro El Grande le perdonó la vida y preservó la ciudad.

Así, Señor Presidente López Obrador, amante y hacedor de la historia, le pido como ciudadano Mexicano, que no destruya al Instituto Nacional Electoral (INE) que le dio el triunfo a Usted y a su ejército MORENA.

Le platicaré que en los 80 y 90 participé en la lucha para acabar con la antigua Comisión Federal Electoral (de la que fui uno de los Comisionados en 1987-1988) para que naciera lo que hoy es el INE, institución autónoma que garantiza la democracia en México.

No pretendo, ni mucho menos, emular a Creso, ni contrastar a usted con Ciro El Grande. Simplemente decirle que soy un ciudadano que por intervalos ha participado, como millones de gentes, en la construcción de la democracia de nuestro país, y que he seguido muy atento el proceso en que usted se ha convertido en una persona clave, sin duda reconocida por la generalidad de la Sociedad Civil.

Por ello mismo le ruego reflexione que no conviene debilitar al INE porque sería destruir la institución a la que usted le debe el triunfo y a la que por tantas décadas nos costó construir  tanto a usted, como a mi y a miles y miles de gentes de la Sociedad Civil.

Ciro El Grande venció a Creso, pero éste lo convenció de no destruir lo que acababa de conquistar.

Usted ya conquistó al INE y a otras instituciones por la vía democrática. No las debilite, fortalézcalas con la Sociedad Civil para no destruir la democracia en la que usted mismo ha confiado y merezca tener el reconocimiento de toda ella, de la Sociedad Civil entera; si así lo hiciere, será reconocido y  recordado al igual que el Rey Ciro  El Grande de la antigua Persia.