Por sus proporciones la violencia contra las mujeres, ha sido calificada por la ONU como pandemia global, ya que no se trata de un pequeño problema que sólo afecta a algunos sectores de la sociedad, sino más bien de un fenómeno de salud pública mundial de proporciones epidémicas, que requiere la adopción de medidas urgentes por parte de los Estados.
La violencia sexual y basada en el género es la forma más extrema de la desigualdad global y sistémica que sufren las mujeres y las niñas, esta no conoce fronteras geográficas, culturales ni socioeconómicas.
Ya que en pleno siglo XXI, al menos el 35 por ciento de las mujeres y las niñas del mundo sufren de alguna forma de violencia física o sexual a lo largo de sus vidas, lamentablemente, en algunos países esta cifra asciende al 70 por ciento, según las cifras de la Organización Mundial de la Salud.
Asimismo, se calcula que a nivel mundial, en la actualidad, más de 700 millones de mujeres se casaron cuando eran niñas, de las cuales 250 millones eran menores de 15 años. Lo grave es que las niñas que contraen matrimonio antes de cumplir los 18, tienen menos probabilidades de terminar su educación y más de sufrir violencia doméstica y complicaciones en el parto.
En el caso de México, 63 de cada 100 mujeres mayores de 15 años, ha experimentado al menos un acto de violencia de cualquier tipo, ya sea violencia emocional, física, sexual, económica, patrimonial, y discriminación laboral. Y de este total de mujeres, el 47 por ciento ha enfrentado dichas agresiones por parte de su propia pareja.
Después de analizar el índice de homicidios de mujeres en las últimas dos décadas, el INEGI determinó que los asesinatos de mujeres derivan más de un patrón cultural y menos de los cambios de la violencia social originada por el crimen organizado, como podría pensarse. Un hecho grave, sobre todo después de saber que este delito está en aumento, pues se calcula que entre 2018 y 2019, en promedio fueron asesinadas nueve mujeres al día.
Es tiempo de trabajar en la desmitificación de dos ideas: que la responsabilidad de luchar a favor de la eliminación de la violencia contra las mujeres, es exclusiva del género femenino; y que la violencia es ejercida solo por el género masculino, esta es ejercida en ocasiones por otras mujeres, por las instituciones y organizaciones, y a veces hasta por los medios de comunicación.
Hoy en día, a través de los medios de comunicación tradicionales (radio, televisión, prensa escrita) y las nuevas formas de comunicación masificadas como las redes sociales, somos testigos de cómo los hombres están cada vez más comprometidos en la lucha por el empoderamiento de la mujer, y de igual forma, podemos observar el aumento de mensajes sumamente degradantes para el género femenino, promovido en muchas ocasiones por mujeres.
Las consecuencias de la violencia de género perduran por generaciones asegura la ONU, es trabajo de todos hacer todo lo que esté en nuestras manos, incluyendo, primordialmente nuestra propia concientización del fenómeno para hacer que la eliminación de la violencia contra las mujeres sea una realidad en un futuro próximo.
Este 2019, las mujeres de varios paises del mundo, algunos tan alejados de occidente como Turquia, se unieron para cantan un cantico que ya se ha convertido en un simbolo de la lucha feminista contra la violencia, para el próximo año, la resistencia no parece que cederá.