Muchos son los carteles que los manifestantes estadounidenses exponen frente al Capitolio en Washington con motivo del posible Impeachment en contra del presidente de Estados Unidos de América (EUA), Donald John Trump. El lema dice: “Let The Witnesses Speak” (“Dejen a los testigos hablar”), que es lo que tratan de lograr los parlamentarios demócratas y los republicanos se niegan. Las posibilidades de que Trump sea enjuiciado todavía son turbias, pero, conforme transcurre el tiempo, se dan algunas sorpresas.

Algunos personajes que eran “leales” a la causa del magnate pero que han sido expulsados del “paraíso del poder” en la Casa Blanca –de manera ignominiosa, como acostumbra el mentiroso mandatario estadounidense–, han decidido vengarse de su ex jefe. Como lo ha anunciado el halcón ultraconservador John Bolton, ex asesor de Seguridad Nacional de Trump. Bolton dijo que estaba dispuesto a declarar en el  impeachment si era convocado oficialmente, aunque el hombre del peinado estrafalario afirmó que no lo permitiría.

Bolton no quedó en una posible declaración. El lunes 27 de enero el periódico The New York Times informó que el ex asesor de Seguridad Nacional recibió la orden de Trump para congelar la ayuda militar a Ucrania en tanto el presidente de ese país no investigara  a Joe Biden y a su hijo. Es más, dijo Bolton que ese episodio lo incluiría en un libro que está por aparecer en breve.

Al parecer, en agosto de 2019, un mes antes de que Bolton fuera cesado en su puesto, Trump ordenó a su Consejero de Seguridad que quería se congelara la entrega de 391 millones de dólares en ayudas militares a Ucrania hasta lograr que el gobierno de ese país llevara a cabo una investigación sin mayores bases en contra de los demócratas Biden, padre e hijo. El episodio lo cuenta Bolton en el manuscrito de un libro inédito según publicó el The New York Times. Algo tan trivial se convierte en una carga de dinamita, pues esto supone la declaración por parte de un importantísimo cargo directamente implicado del elemento central en el impeachment contra Trump; es decir que el mandatario coaccionó a una nación extranjera para que investigara a sus rivales políticos. Un asunto claramente personal, que puso en riesgo la seguridad nacional de la Unión Americana. Nada más, nada menos. Esto cambia el panorama político en el juicio promovido por los demócratas. La afirmación de Nancy Pelosi de que tenía más información contra el magnate ya no es una mera suposición sino algo muy serio. Trump  debería estar más preocupado.

 

Una vez conocida la noticia, los parlamentarios demócratas volvieron a la carga: John Bolton debe testificar en el juicio. Los republicanos no aceptan la moción. En su cuenta de Twitter, la presidenta de la Cámara de Representantes escribió: “El rechazo a llamarle a él o a otros testigos relevantes  y a pedir documentos  ahora se puede defender menos. La elección es clara: nuestra Constitución o el encubrimiento”.

Donald Trump está acusado de “abuso de poder” por presionar a Volodimir Zelensky, presidente de Ucrania. En suma, el magnate le pedía a su homólogo investigara a Joe Biden, precandidato presidencial estadounidense y a su hijo, Hunter, por su actividad comercial en el país. Además, ahondara en una supuesta trama de injerencia electoral de ayuda a los demócratas en 2016. Los abogados defensores del esposo de Melania afirman que éste actuó por “una preocupación honesta sobre la corrupción” y que la suspensión de la entrega de los fondos militares aprobados por el Congreso –bloqueo que fue ilegal, según la propia Cámara–, “no tuvo que ver con esas conversaciones”.

Al respecto, el periodista estadounidense David Brooks acota: “Pero en general, el Partido Republicano ha decidido subordinarse por completo a Trump. El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, anunció públicamente que al proceder el juicio político del  presidente, él se coordinará plenamente con la Casa Blanca. Pero según la ley, cada senador está obligado a actuar de manera imparcial en su papel de jurado durante el juicio y, por lo tanto, los que ya decidieron junto con su líder expresar su lealtad al presidente están violando el juramento que cada uno hizo a la Constitución”.

Pero, agrega Brooks: “La Constitución ha sido violada de manera tan sistemática y abierta por este régimen en tantos rubros –desde la orden de asesinar a un líder extranjero o meter en jaulas a niños migrantes, hasta actos corruptos de todo tipo al violar el proceso electoral, al elogiar el uso de la tortura, al desafiar fallos judiciales y órdenes legislativas,  entre otras–, que la vigencia de la Carta Magna está en duda”.

En este sentido, cabe recordar que uno de los        Padres Fundadores, coautor de The Federalist Papers (Los Papeles Federalistas), Alexander Hamilton (11 de enero de 1757, Charlestown, Isla Nieves, actual San Cristóbal y Nieves-12 de julio de 1804, Nueva York), advirtió hace más de dos siglos del peligro de los demagogos que sobotean la Constitución de EUA en busca de beneficios personales. El también primer secretario del Tesoro de la Unión Americana, creador, por lo tanto, del sistema financiero de la nación, plasmó en esos documentos históricos las referencias más importantes para interpretar la Constitución.  Algo muy necesario en estas semanas de impeachment  presidencial, cuando los demócratas del congreso buscan  destituir a Donald Trump de su poder mientras que la Constitución no ofrece, bien a bien, los detalles necesarios para llevar a cabo tal impugnación. Por lo mismo, quizás por eso tanto los senadores demócratas como los republicanos utilizan de igual manera como argumento a favor de su causa, las palabras de Hamilton, el brillante economista, filósofo, militar, abogado, escritor, que moriría en un duelo en 1804, contra el vicepresidente de EUA, Aarón Burr. Lance que hasta la fecha todavía guarda muchas incógnitas.

 

Al presentar los argumentos de la acusación contra Trump, el demócrata por California, Adam Schiff sentenció: “El presidente Trump ha actuado como temía Hamilton”. Punta de lanza en la investigación en la Cámara de Representantes, el parlamentario californiano dijo: “que el impeachment era uno de los principales mecanismos constitucionales que los Padres Fundadores concibieron para proteger el libre sistema de gobierno del peligro de individuos como Trump, hombres sin principios en su vida privada…que avergüenzan al Gobierno en cada oportunidad posible”. El juicio político fue creado, puntualizó, para evitar que un presidente todopoderoso sometiese a la nación a sus intereses personales y cometiera traición”.

Por su parte, Jerry Nadler el demócrata presidente del Comité de Justicia, declaró que Hamilton fue un hombre sabio, ya que fue capaz de “anticiparse a su tiempo y predecir futuros peligros”. Sin duda, Nadler no considera que Trump sea un”hombre de considerables talentos”, ni de “hábitos militares”.

En el libro que aparecerá el próximo14 de marzo de este año, con el título The Room Where It Happened: A White House Memoir, aún no traducido al español, Bolton apunta que sintió preocupación por la llamada telefónica del 25 de Julio  entre Trump y Zelensky, en la que le mandatario pide esas investigaciones, e incluso ofrece la colaboración en la materia de su abogado personal Rudy Giuliani, lo que supone un procedimiento completamente irregular. También se refiere al polémico despido de la embajadora Marie Yovanovitch y afirma que el Secretario de Estado, Mike Pompeo, era consciente de que las acusaciones de corrupción sobre la diplomática eran infundadas.

 

Los republicanos, que son mayoría en el Senado,  han bloqueado hasta el momento la presentación de nuevos testigos y tratan de cerrar un juicio rápido con un veredicto posible: la absolución. Los demócratas (que cuentan 47 de los 100 escaños), necesitan convencer a cuatro republicanos para contar con los 51 votos necesarios y lograr que hablen este y otros testigos que consideran claves,como el jefe de gabinete y director de la oficina de presupuestos, Mick Mulvaney.

En fin, no está claro si el supuesto relato de Bolton va a suponer un punto de inflexión para los republicanos dudosos sobre un cierre tan rápido del juicio –sin escuchar a más testigos–, o si el cierre de filas en torno a Trump va a seguir inquebrantable. Hace poco, se mostraron abiertos a la posibilidad de testigos los senadores Mitt Romney, de Utah; Susan Collins, de Maine, y Lisa Murkowski, de Alaska. El juicio continuará todavía. La última palabra no se ha dicho aún. El libro de Bolton puede influir mucho. Trump cada día está más nervioso. VALE.