Me permito copiar las 26 razones que dieron al traste con la economía de México en 2019, estupendamente resumidas por Carlos Ramírez, Director de Integralia Consultores. Aclaro que algunos de los incisos de Carlos Ramírez fueron añadidos con comentarios o párrafos de un  servidor. Si quiere usted leer las 26 razones exactas de Carlos Ramírez vaya a Twitter, @CarlosRamirezF.

  1. Cancelación del nuevo aeropuerto de Texcoco, con el confuso mensaje del gobierno a los empresarios nacionales e internacionales: “Aquí llegó MI nuevo régimen”. Las reglas anteriores ya no son válidas. ¿Hasta donde llegará esta premisa del gobierno y el Presidente López Obrador? ¿Por qué está decisión?
  2. Paro y posterior renegociación de contratos de gasoductos.
  3. Proyectos de mega infraestructura del gobierno sin racionalidad económica.
  4. Cambios en el proceso de compras/distribución de medicamentos.
  5. Centralización de todas las licitaciones de gobierno en la SHCP, en particular en la Oficialía Mayor.
  6. Eliminación de los subsidios a la vivienda.
  7. Suspensión de rondas petroleras y farmouts.
  8. Suspensión de subastas de electricidad.
  9. Cambio de reglas en el mercado de energías renovables.
  10. Cancelación de la licitación de la Red Troncal.
  11. Suspensión de obras inmobiliarias en la CDMX.
  12. Desaparición del Consejo de Promoción Turística y de Pro México.
  13. Endurecimiento de medidas fiscales al grado de que comenzaron los gritos del sector privado de todos colores y tamaños de “terrorismo fiscal”.
  14. Desmantelamiento de la CRE, Comisión Reguladora de Energía.
  15. Recortes y desmantelamiento de políticas en el sector agrícola.
  16. Toda clase de dudas en el Plan de Reestructuración de la Deuda de Pemex, la más grande deuda de una petrolera en todo el mundo (este inciso es mío).
  17. Toda clase de dudas respecto al Plan de Negocios de Pemex.
  18. Debilitamiento presupuestal y nombramientos políticos en órganos reguladores. Por cierto que cuando Carlos habla de “nombramientos políticos” queda claro a qué se refiere. Nombramientos a modo del Presidente. No busca AMLO a los mejores titulares y directivos, sino a los leales súbditos a su nueva Cuarta República por llegar algún día.
  19. Fuertes, – salvajes digo yo -, recortes presupuestales en áreas de gobierno.
  20. Altas tasas de interés resultado de la incertidumbre política.
  21. Ataques reputacionales a empresas contra las que el Presidente la trae. No porque sean de malosos, corruptos, narcos. No. Simple y sencillamente porque hay rencor o le cae mal ese empresario al señor presidente.
  22. Contracción de inversión pública.
  23. Por bajas brutales salariales a funcionarios públicos, pérdida de capital humano en sector público.
  24. Iniciativas legislativas anti empresa.
  25. Lentitud en el otorgamiento de permisos y autorizaciones en sector financiero y energético.
  26. Falta de pago a proveedores.
  27. Cambios en el sector maquilador. ¿Se acuerda usted en la frontera norte? Allá en Tamaulipas, descomposición de ambiente en Cd. Juárez para la contratación de personal, y después comienzo de bloqueo de vías de ferrocarril, lo que elevó costos de producción y dañó cadenas de abasto de empresas internacionales y relacionadas todavía en ese entonces con el TLCAN.

 

El País entero se enfermó con los “Otros Curiosos Datos” que hasta el día de hoy desconocemos

Con base en información del INEGI y México, ¿Cómo Vamos?, en el tercer trimestre del año pasado la mitad de los estados tuvo tasas anuales negativas, incluyendo entidades como CDMX, Querétaro, Aguascalientes y San Luis Potosí. En efecto, estados muy dinámicos en términos económicos, también se fueron en caída libre.

 

 

La estimación oportuna del PIB publicada en días pasados muestra que en 2019 la economía mexicana tuvo una disminución de 0.1 por ciento anual, recesión pues; leve pero recesión. Esta es la primera tasa negativa desde 2009, cuando la economía se contrajo -5.0 por ciento. En aquella ocasión se debió al choque provocado por la crisis financiera hipotecaria que inició en EEUU y que se expandió al mundo entero.

En esta ocasión la caída del PIB se debió al choque AMLO y sus caprichos.

¿Recuerda usted que íbamos a crecer al 6 por ciento? Luego que siempre no. Que lo importante es el bienestar, no el crecimiento. AMLO estaba confiado con sus propios datos a que creceríamos al 4 por ciento en su primer año de mandato.

 

¿Qué podemos esperar para el 2020?

Muy poco. El daño ya está hecho. La lista de motivos que contrajeron la economía en 2019 se puede corregir. Todo menos un factor que será el que impere a los ojos de los inversionistas nacionales y extranjeros: No hay confianza en la palabra de este gobierno. Es muy alto el Riesgo Político México. No así el Riesgo Nación. Es el Riesgo Político. Esa falta de palabra, esos bandazos para la izquierda, para la derecha, que siempre sí, que mejor no, esa falta de palabra política fue lo que mantuvo al país raquítico, casi quebrado en el periodo 1980 a 1995 con breves intervalos de seriedad.

Hoy, la nueva Cuarta República a ojos y oídos de inversionistas, no tiene palabra.

El consenso ya está marcado. Vea esta gráfica de The Daily Shot – Bloomberg. Revise con cuidado la pendiente grave que toma la caída desde julio a la fecha. Esa pendiente no espere usted que milagrosamente se reponga en un mes o tres meses.  Va a tomar este año y el próximo, porque ya estamos todos avisados que para el próximo año habrá Reforma Fiscal, – lo que eso signifique para la 4T de AMLO -, y habrá cambio drástico de Régimen. De nuevo, lo que eso quiera decir.

En suma, México perdió todo, porque perdió la confianza. Los seguidores de AMLO le van a tener que talachear mucho para reponerla.

 

 

En este siglo XXI los ciclos que guían al mundo, –y México no es excepción–, van a ser los siguientes; los tomo de Eurasia Group:

  1. Mayor polarización geopolítica del mundo. Tenemos que escoger si queremos estar con Occidente, en particular con EEUU, o con Asia, en particular China.
  2. Lo anterior se debe a que entramos a un punto de inflexión en la globalización económica. Ésta no desaparece. Se va a reexpresar en dos polos que se enfrentan: EEUU y China. La guerra mundial ya es un hecho. Es Tecnológica, no armamentista como en 1939.
  3. Los ciclos económicos se alejarán más uno de otro, por el cambio de tecnologías, la recomposición de mercados, el efecto sustitución de commodities básicas (v.gr. Petróleo y carbón). Lo anterior recompondrá con nuevo ritmo las cadenas de valor, que sumadas a nuevos gustos y preferencias del consumidor por cambios generacionales, recompondrán el ritmo y forma de las economías.
  4. A lo anterior agregue que la suma de los ciclos geopolíticos, económicos y globales, se tienen que someter a las restricciones crecientes derivadas del cambio climático y reubicación de recursos básicos para nuestra subsistencia (Agua, alimentos, movimientos migratorios, demanda de movilidad e inclusión social. Pérdida de territorios geográficos por elevación de niveles de agua de mares, océanos; adaptación de la tierra a producción de nuevos productos primarios; nuevos criterios de la educación y formación de la mano de obra).

Como puede usted observar en la siguiente gráfica algunos ciclos se atenúan, mientras otros van a incrementar.

 

 

Mientras tanto en Tenochtitlan nos debatimos entre precios de garantía, denuncias, amenazas, limitación de las libertades integrales de la sociedad como un todo. Debatimos rencores del 2006 y el 2012, queremos borrar todo lo que le de fuerza a la sociedad civil, y dejar el mandato en un solo hombre. El Presidencialismo mesiánico en una de sus más ridículas y anacrónicas facetas.

Así no se recuperará la confianza de la Inversión Nacional ni extranjera.

Quiero finalizar este artículo, insistiendo en lo que dije la semana pasada.

Hoy el mundo es más claro y demanda en términos generales lo siguiente:

  • Más libertades, liberalismo, pero con respeto a todos los gustos, a todas las ideas. Esto es, sin libertades, sin organización y orden, sin democracia, lo único que pueden garantizar las masas es la anarquía, el caos, el desorden, formaciones sociales que no tienen sustento cien años después de la Primera Guerra Mundial.
  • Los mesianismos combinados con gobiernos populistas, demagógicos, nacionalistas, terminan por bañarse de totalitaristas.
  • Los déspotas disfrazados de libertarios amenazarán a las libertades, a los principios de toda sociedad que aspira a participar de manera más directa en las decisiones; no vía consultas a modo, sino con ONGs y organizaciones de la sociedad civil, que emanen de la propia sociedad, para cubrir sus aspiraciones y carencias.
  • Los déspotas y sus esbirros procurarán censurar, perseguir, expropiar, controlar, violar derechos humanos. Todo lo anterior será el nudo de su propia destrucción.
  • ¿Cuánto tiempo para expulsar a esos engendros malformados de la democracia? Variará en función de la evolución del espíritu libertario y demócrata de las sociedades; de la influencia geopolítica; de la apertura de sus economías, de sus finanzas, de la co-dependencia económica y mercantil con el resto del mundo, de sus telecomunicaciones, y del tráfico mayor o menor de seres humanos a través del desplazamiento interregional y continental. En pocas palabras del modelo económico predominante en cada país.
  • Curioso, en el siglo XXI las sociedades no quieren paternalismo sino lo contrario: más educación, seguridad social, seguridad física, capacitación, empleos dignos, movilidad e inclusión social, respeto al medio ambiente, nuevos alimentos, mejores formas de vida para las unidades sociales, libertad absoluta de empleo, de forma de vida, de desplazamiento social. Todo lo contrario a un poder paternalista, subsidista, vertical, déspota, totalitario.

Estamos en una Nueva Era de Incertidumbres, porque contamos con nuevas generaciones con una mentalidad alejada de nuestro conocimiento del siglo XX, de nuestros anhelos políticos e ideológicos, con nuevas tecnologías que los seres humanos no alcanzamos a entender en su capacidad evolutiva continua, ni en su  influencia sobre nuestro diario devenir.

Las nuevas economías aún no se comprenden, como tampoco los nuevos modelos económicos, de negocios, sociales, financieros, de salud, la influencia de las nuevas tecnologías en nuestros hábitos y formas de vida de siempre: en el transporte, en la alimentación, la forma de ver al mundo, y cómo el mundo nos ve y ubica.

¿Harto del pasado reciente de nuestro país? Lo entiendo. Si quiere paz, mejores oportunidades de vida, así estamos todos los mexicanos. Si quiere construir un mejor país para usted y sus descendientes, lo aplaudo, coincido con usted. Pero así no. Tirar todo a la basura para volver a comenzar, odiar el pasado reciente, señalar a todo mundo, insultándonos y dividiendo sociedades, así no. ¡Muera la corrupción, la violencia! Pero fijémonos bien a quién le otorgamos poder. No sea que por querer salir de Guatemala terminemos en Guatepeor.

Ya seguiré en plática con usted muy en serio y aquí entre nos, la próxima semana.

 

Efrén Flores es licenciado en Economía. Durante más de 35 años se ha dedicado a la comunicación en medios electrónicos impresos, con temas financieros, económicos, empresariales, estratégicos, RSE, PyMEs, y nuevas tecnologías que revolucionan a nuestro mundo. Es conferencista en México y en EEUU.