Miércoles 12 de febrero del nuevo calendario del señor 4T, año 2020. Solos el Presidente de la República y el Club de Tobi de invitados. Ese club de Tobi son más o menos los mega –archi– millonarios empresarios con más dinero en nuestro país, más alguno que otro invitado adicionado por Palacio Nacional.
Palacio Nacional les convida cena de tamales de chipilín y chocolate. Bueno, bueno. A lo mejor también champaña o por lo menos Chambrulé, vino tinto, blanco y tepache.
A cambio en cada asiento va una Carta de Intención del Presidente para una rifa del avión presidencial. Cuarenta mil billetes para que los números cuadren. Es decir que los empresarios le van a entrar cada uno con 20 millones de pesos. Pero los que están muy de buenas, le pueden marcar a la opción doscientos millones.
Los boletos, insisto cuarenta mil, los repartirán los empresarios entre sus empleados, compadres, familiares de primera o segunda casa. Eso no importa. Lo fundamental es darle gusto al Presidente, al siervo 4T de la Nueva República. Al final de cuentas quién sabe cuánto de esa rifa del avión se irá para los ganadores, y con el resto ni idea qué hará el Señor Presidente en favor del pueblo.
La escena anterior que es real, resulta por demás dramática, provoca escalofríos, se antoja de República Platanera. Da vergüenza ajena imaginarse a estos cien magnates, que para ser sinceros, asistieron a comprar su entrada a la revolución de la 4T, que ahora sí, –se comprometió AMLO en diciembre pasado–, ahora sí pues, comenzará a dar coletazos muy feos a partir de diciembre próximo. Los que se hayan subido al carro la van a pasar en grande. Los demás… o no pudieron comprar boleto, o van a ser fríamente ignorados.
No hay palabras más qué comentar para describir la escena dantesca que debe haber resultado esa escena alegórica, que me refrenda lo esotérico que es mi país. Dado que quedo mudo de la cabeza para más, acudo a grandes caricaturistas para que me ayuden a expresar lo que yo debo escribir, pero no encuentro la tonada adecuada.
Acudo al gran Calderón por un lado, que con un cartón que ahora circula por redes sociales, y que por sí misma dice todo, es un editorial completo.

También le toco la puerta al eximio y desaparecido ya Abel Quezada, el extraordinario empresario, caricaturista político, que supo convertir en risas la realidad amarga del México de los años cuarenta, cincuenta y muchos más del siglo pasado, con todo lo que de dramáticos tuvieron, y ahora lejos de recordar, volvemos a vivir tal vez con mayor crudeza; pero Abel los tradujo en risas siempre reales, en muchas ocasiones histéricas por la amargura exquisita con la que plasmaba la realidad mexicana.
Aparecen dos de sus gloriosos personajes: Don Gastón Billetes, el mega millonario de aquellos tiempos (no existían los billonarios mexicanos), y Matías, el líder sindical charro, que no me dejará el lector mentir, circulan multiplicados en nuestros días.
Don Gastón era un juego de mañas y malabares para lograr sus propósitos, era conocedor excelente de la política mexicana y las maneras de hacer negocios en el México de la segunda mitad del siglo XX. Lo acompaña el Señor Matías, ese líder sindical Charro, que desprecia al poder y a los empresarios, pero aprende de ellos y a ellos se arrima para recibir su sombra y su dinero.
Una frase de un cartón célebre de Abel, aquella donde un fulano se le acerca a Matías y le pregunta en plena Plaza de la Constitución: “Señor Matías, ¿usted sabe dónde son las confirmaciones?”, a lo que el líder charro le responde con un dedazo: “Las religiosas en Catedral y las de chambas en Palacio…”.
Cierro este artículo expresado en caricaturas, con aquella de “Los Poderosos políticos y empresarios”, que se reúnen en algún lugar para resolver un gran reto: “¿Qué hacer para acabar con la corrupción?” Por supuesto otro cartón de Abel Quezada donde unos a otros entre todos se bolsean. Al final voltean de cabeza al pueblo, que es el que paga los platos rotos, por la pregunta relacionada con la corrupción.
Algo muy similar me produjo de sensación el tema, las imágenes y la carta de la cena de esta semana, entre políticos y empresarios, en Palacio Nacional.
Es tal el impacto que me deja la imagen y el tema de la cena del pasado miércoles en Palacio Nacional y la circulación de la Carta de Intención del gran apóstol de la honestidad, que lo que tenía de tema se quedó corto. Acudo a grandes del editorial gráfico. Ya todo está dicho.
El circo de la 4T continuará entreteniendo al respetable con otros malabares. La 4T, el combate a los malos en favor del pueblo bueno y sabio, ha dado comienzo.

Fotografías
CARTÓN CALDERÓN
CARTÓN ABEL QUEZADA: GASTÓN BILLETES Y LÍDER SINDICAL CHARRO
CARTÓN ABEL QUEZADA: MATÍAS RESPONDE PREGUNTA DE CONFIRMACIONES
CARTÓN ABEL QUEZADA: PARA COMBATIR LA CORRUPCIÓN.

