El Covid-19 ha alterado nuestra vida cotidiana en casi todos los aspectos, muchos de estos serán de largo plazo y de alto impacto; la escuela no ha sido la excepción, por lo que entraremos en una suspensión de actividades presenciales del 23 de marzo al 17 de abril, es importante enfatizar que no son vacaciones y tendremos que seguir trabajando por los medios disponibles desde nuestras casas.
Se ha demostrado que una de las medidas más poderosas y efectivas para combatir la propagación del virus es la suspensión de clases, ya que por un lado es uno de los ejes de la vida social y protege a nuestros mayores tesoros: nuestras niñas y niños, ello evita todo el tránsito de personas que hay alrededor de la escuela.
Pero esto no puede ser de manera arbitraria, tiene que darse un orden, una direccionalidad y una intencionalidad para que la medida tenga un efecto positivo. El primer punto es la oportunidad, la fecha de suspensión fue definida sobre la base del comportamiento de la curva epidemiológica, hacerlo antes solo alimenta el pánico y no tienen ningún efecto preventivo; estos días entre el anuncio y la materialización de la suspensión, han sido valiosos para maestras, maestros y comunidades educativas para preparar las actividades durante este periodo, además de tener un regreso ordenado considerando actividades como la limpieza y la organización comunitaria.
Quienes se adelantaron a las fechas, a mi criterio y como opinión personal, cometen un grave error: suspender clases sin los lineamientos como aislar a niños con personas de la tercera edad, fue uno de los elementos que de acuerdo a la revista Science potenció la pandemia en Italia. Suspender sin tener una masa crítica de contagios y sin materiales pedagógicos fue una decisión política, no de salud pública o educativa.
Por eso, la oportunidad y consistencia de la decisión del secretario Moctezuma tiene todo el soporte científico, médico y pedagógico para hacer frente a esta adversidad de manera responsable. La Ciudad de México siempre muestra su grandeza en la adversidad y esta no es la excepción, el compromiso de las maestras y maestros, de las directivas y personal administrativo ha sido extraordinario, en muchos casos se adelantaron las medidas de prevención y la planeación de consejo técnico. Al día siguiente de haber emitido la norma sobre los filtros de corresponsabilidad, prácticamente en todas las escuelas de la capital se estaba operando. La comunidad educativa tiene las mejores manos, mentes y corazones que existen para cuidar a las niñas y niños de la ciudad.
@LuisH_Fernandez

