Estas notas son breves. Salen del corazón. No podía ser de otra manera; está de por medio Italia, la Italia del mio cuore.
Los medios nos informan que hoy, 28 de marzo, en Italia la epidemia acabó con la vida de más de diez mil personas y de que hay más de cien mil contagiados. En proporción al número de habitantes y a la dimensión de su territorio, su tragedia es mayúscula; supera a la de todos los países de la Tierra.
La pandemia mundial, por donde se le vea, nos afecta, lastima y atemoriza a todos; la que se ensaña sobre Italia nos duele de manera particular.
El genio italiano, junto con el griego, conformaron la cultura occidental; definieron nuestros valores y determinaron nuestra forma de ser. Descubrieron la belleza y nos hicieron participes de ella.
Cicerón, Tito Livio, Virgilio, Salustio, Boccaccio, Dante, Savonarola, Maquiavelo, Miguel Ángel, Leonardo, Galileo, Vivaldi, Rossini, Verdi, Marconi, Caruso y a muchos otros más, los sentimos parte de nuestro ser; son nuestros; forman parte de nuestra vida y valores.
La tragedia de Italia es nuestra. Nos duele y lastima.
Italia, en el pasado, ha sufrido tragedias mayúsculas: las invasiones de Aníbal, Atila y Carlos VIII, rey de Francia; la explosión del Vesubio en el año 79; las pestes, en especial la de 1348, pero, como dice Maquiavelo: “… si se quiere conocer la virtud del espíritu, era necesario que Italia se redujese a los términos en que se encuentra ahora: que fuese más esclava que los hebreos, más sometida que los persas, más dispersa que los atenienses; sin jefe, sin orden, vencida, expoliada, lacerada, asolada, y hubiese soportado toda clase de ruina.” (De principatibus, XXVI, 2)-
Estamos seguros que la virtud, en el sentido de valor, de los italianos dará muestra de su grandeza y de que pronto los veremos asumiendo su papel en el mundo de la cultura, el diseño, la comida y la hospitalidad. Nadie los supera.
Todos sufrimos, pero en este momento es nuestra Italia la que sufre de manera muy particular.
Es ahora cuando es preciso recordar los versos de Petrarca que cita Maquiavelo:
Virtud contra a furore
Prenderà l`arme e fia el combattere corto:
ché l’antico valore
nell’italici cor non è ancor morto.
Virtud contra furor
tomará las armas, y hará el combate corto:
que el antiguo valor
en el itálico corazón no ha muerto.
El verso del poeta y de quien lo repite, era una invitación a levantarse y luchar para unificar Italia en el mil quinientos; sueño que se hizo realidad más tres trescientos años después. Los italianos tuvieron el valor y la grandeza para hacerlo.
Los italianos de hoy día, sin lugar a dudas, siguen teniendo la grandeza de sus ancestros romanos y de quienes nos dieron el renacimiento. Siguen siendo grandes. Se van a levantar victoriosos de su nueva prueba; estamos con ellos. En su momento todos vamos a recordar los versos que cantaba Enrico Caruso de La campana de san Giusto:
Le regazze di Trieste
canta tutte con ardore:
Oh Italia, oh Italia del mio cuore
Tu ci vieni a liberar!