Se ha comentado mucho sobre cómo cambiará el mundo después de la pandemia, los análisis sobre lo social, económico y empleo nos muestran que sin duda será un hito en la historia universal, pero el elemento que cambiará todos los escenarios es la nueva correlación de fuerzas en la geopolítica. La crisis económica será global, pero tiene diferentes ritmos e intensidades. También los tiempos y costos de recuperación serán diferentes.
Los actores del escenario mundial están en procesos críticos: Europa, que no acaba de resolver la crisis del Brexit y los movimientos de salida en diferentes países, no solo sufre por el terrible impacto humano, la cantidad de muertes en proporción al tamaño de la población, también el costo de mantener un Estado de bienestar después de una economía detenida y un escenario económico adverso. Estados Unidos, que en un principio criticó de manera vehemente el control de la epidemia en China, no ha mostrado hacerlo mejor, incluso llegó al terreno del absurdo, con la iniciativa de Trump sobre la posibilidad de inyectarse desinfectante.
Pero más allá de la anécdota, refleja la sicología y la estrategia de contención, a ésta se sumará la crisis de desempleo y el impacto en la producción del aislamiento. Los organismos internacionales tendrán que transformase. El retiro del capital de EUA sobre la WHO es interesante, mermó la operación, pero no su autoridad moral o capacidad de conducción. Rusia e India no parecen afectados de una manera mayor a otras regiones.
China, por otro lado, pasó un inicio de año terrible, administró la contingencia de manera que vale la pena analizar, en cuanto al número de víctimas ha sido superado ya por naciones europeas y por Estados Unidos. Inició ya la reapertura de fábricas y de todo su aparato financiero e industrial, lo que le dará una ventaja importante en la época post Covid. Se ha convertido en el botiquín de primeros auxilios del mundo. Su régimen político y el aparato de propaganda han consolidado el liderazgo de XI, pero sobre todo tienen una ambición nacional que pocos países conservan.
La competencia por quien desarrolla la medicina o la vacuna contra el Covid, representará una ventaja importante en términos políticos, diplomáticos, económicos y de liderazgo. Es probable que no se dé una sola, por lo que iniciará una serie de descalificaciones científicas y una competencia como se dio en la guerra de las corrientes. Será un proceso complejo y primordial para el orden en todo el mundo.
México tiene que estar atento a estos reacomodos y cómo ser un jugador activo en este proceso, ya que a lo largo de la historia, después de una crisis de esta naturaleza, siempre hay ganadores y perdedores.
@LuisH_Fernandez

