Para muchas personas, incluso por sobre su salud, el encierro por el riesgo de contagio del Covid-19, popularmente conocido como coronavirus, es el verdadero enemigo en esta época de pandemia.

Y es que las evidencias apuntan a que para muchas personas, estar encerrados es más grave que contagiarse de la enfermedad que ya ha causado miles de muertes en diversos países del mundo.

Así, en Estados Unidos se han presentado protestas por el encierro, incluso con gente armadas; en México, aumentaron las denuncias por violencia doméstica y contra mujeres de parte de sus parejas; en Europa, se han dado a conocer historias de suicidios por la obligación de permanecer en casa, sin dejar de mencionar los efectos que esto está teniendo en la economía de muchas naciones y personas.

Al ser una enfermedad que tomó por sorpresa al planeta, la elaboración de una vacuna y el establecimiento de tratamientos efectivos para curar a las personas que enfermaron por el virus, está tomando tiempo que para muchos es demasiado, por lo que la desesperación –motivada por la ignorancia de lo que implican estos procesos– no se ha hecho esperar, lo cual va en contra de la recomendación de quedarse en casa como una de las medidas para prevenir el contagio.

Pero para muchos importa más salir a las calles, ir de fiesta, visitar a sus amigos, que quedarse en casa y permanecer a salvo. Si hay quien cree que la Tierra es plana, no nos debe sorprender que haya quien piense que el virus no es peligroso.