La tecnología 5G –sucesora de una línea de avances tecnológicos en telefonía móvil– ha generado un debate, pero no por sus alcances o limitaciones para la transmisión de voz y datos, sino por las creencias de algunos cantantes en busca de atención que hacen eco de teorías de la conspiración que involucran este avance con la propagación de enfermedades.
Miguel Bosé es, quizá, el más claro ejemplo de esta tendencia, pues en sus redes sociales alertó –sin presentar una prueba científica de sus dichos– que las antenas 5G –que se empiezan a desplegar en varias partes del mundo– podrían ser elementos que contribuyeran a la propagación de virus, además de repetir algo que se ha comprobado es mentira: que ayudan a contraer enfermedades como el cáncer.
En redes sociales, también, circulan videos en los que se puede apreciar como habitantes de localidades de Gran Bretaña queman una de estas torres atemorizados por este tipo de historias.
Pero volviendo al cantante –calificado por el periodista Mauricio José Schwartz como uno en decadencia, lo que implica que está en busca de atención–, no es el único caso de una personalidad del mundo del entretenimiento que respalda este tipo de creencias sin bases sólidas. Ya en el pasado el deportista Iker Casillas apoyó la teoría de que el hombre no había llegado a la Luna y Enrique Bunbury difunde la teoría de que Bill Gates busca controlar al mundo a través de una vacuna y la tecnología 5G.
Finalmente, se trata de algo preocupante porque en redes sociales las cuentas que tienen más seguidores son, precisamente, las de este tipo de personalidades, cuya influencia puede generar mucho daño si continúan buscando atención con teorías de la conspiración.