Las últimas semanas hemos entrado de lleno a los comicios del 2021 que habrán de celebrarse dentro de un año. El tamaño e importancia de la elección es enorme. Se renovara la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, 15 gubernaturas, varios congresos locales y Presidencias Municipales, cuantitativamente por el número de puestos a elegir, la mayor elección de nuestra historia reciente.

El clima electoral se adelantó varios meses, por una fuga hacia adelante del inquilino de Palacio Nacional, quien, dado que no sabe cómo lidiar con la pandemia del Covid, que parece descontrolada; el creciente desempleo; el desplome de la actividad  económica y la subsecuente crisis económica-financiera, más la imparable espiral de violencia; encontró con su innegable habilidad,  como distraer a la Sociedad.

Al ritmo de la boa, trae a la oposición, o lo que queda de ella, perdidos en el laberinto de su  estrategia, anunciando alianzas, antes de tiempo y a su vez, fintando las  supuestas de Morena, la cosa es que muestren sus fichas, se desgasten y distraídos en este tema; no requieran resultados, ni cuestionen la malhadada “estrategia” sanitaria que arroja como resultado más y más defunciones.

El objetivo también es que no solo la oposición formal, sino importantes factores de la Sociedad, atemperen sus reclamos por falta de Políticas Públicas contra cíclicas, o si eso suena muy feo y neo liberal, de acciones del gobierno para reactivar la economía.

Adicionalmnte para distraer las voces críticas, ha lanzado una feroz crítica en contra de los Organismos públicos autónomos, removido a las titulares y ha vuelto a la carga en contra del Instituto Nacional Electoral, y de la Institución producto de luchas democráticas de la propia autodenominada Izquierda, como lo es el CONAPRED:

En su obsesivo y  enfermizo odio en contra del INE, olvida convenientemente los triunfos electorales que esta Institución ha validado en su momento para el PRD, como gubernaturas, la Ciudad de México en 1997 con Cárdenas  y la suya propia, asi como la de los Senadores y actuales Diputados, ya con las siglas de Morena. Y con ese estilo o “modito” provocador que lo caracteriza, ya se autoerigió en defensor de la Republica y vigilante de los comicios. No entiende que el INE, nació para quitarle al Ejecutivo la organización y conteo de votos.  O desde luego, finge, porque bien sabe cómo funciona.

En su delirio actúa como Adelantado, como aquel funcionario castellano investido por el poder regio y con funciones de paz y guerra. Su objetivo es ganar la elección a como de lugar. Y cartucheras al cañón, también inicio ya la colocación de sus alfiles para controlar los programas sociales vía el Banco del Bienestar.

Solo la terca realidad está sirviendo de contrapeso. Apenas sale de un escándalo de corrupción y tiene que enfrentar otro. La propia responsable de perseguir la corrupción, está en problemas. La expresidenta de Morena también, más lo que se acumule esta semana. El mismo, al cambiar la narrativa de la detención y posterior liberación de Ovidio, cambió a una tercera versión. Por eso decía una vieja sentencia Romana, quien no tenga buena memoria que no mienta.

En este contexto, debe leerse de cara a esa elección, la acelerada caída de la popularidad del detentador del poder, que en las encuestas que siempre, mientras lo favorecían, las alababa; ahora no tarda en descalificarlas.

Finalmente es importante que la ciudadanía no se distraiga con unos comicios que se verificaran dentro de un año. Lo importante y urgente es salir de la pandemia, luego luchar contra corriente en busca de recuperar empleos e ingresos. ¡Primero comer que ser cristianos!   Ya luego iremos a votar.