La austeridad de Andrés y la 4T esta resultando muy cara…

Uno de los “enemigos” así denominados por el actual gobierno: los organismos autónomos que no están de tapete ante Palacio Nacional; la Auditoría Superior de la Federación (ASF) pospuso el informe de la cuenta pública debido a la emergencia sanitaria que atraviesa el país por la pandemia Covid-19 para el mes de octubre, así lo informó su titular David Colmenares Páramo.

Los avances de la misma concluyen que la estrategia del primer año por parte del Ejecutivo, contribuyó a que el país no creciera, pues de cada 100 pesos, sólo 12 fueron para inversión física y de infraestructura (29 a servicios personales, 21.5 para gastos de operación, 20 para pensiones y jubilaciones, 11.9 para subsidios). Asimismo, el recorte de 8 mil servidores públicos de mandos superiores y 60 mil de puestos básicos durante los primeros meses de gobierno no significó ningún cambio positivo, según se desprende del informe preliminar del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2019.

Aunque el reporte es sólo inicial, deja ver que los ahorros no fueron verdaderos y la reorientación del gasto tampoco fue productiva.

Ante las denuncias de que los servidores públicos de la Secretaría de Economía se les pidió llevar su propia computadora o pagar 4 mil pesos para poder obtener una para realizar su trabajo, Andrés respondió:

“Somos siervos de la nación, como decía Morelos, servidores públicos, no estemos pensando de manera egoísta… Los que lucharon en otros tiempos por la libertad, por la justicia, por la democracia, por la soberanía, ¿qué?, ¿estaban esperando que tuvieran sus computadoras para luchar, para transformar?”.

¿En qué tiempo creé el presidente que estamos? Gracias a este tipo de medidas hay áreas clave del gobierno que no pueden operar y la secretaria Graciela Márquez quien debería buscar las formas más competitivas de operar, simplemente guarda silencio ante la decisión de que se compartan los equipos de computo.

En principio de su administración fue bien recibido el discurso por los abusos vistos en el transcurso de los sexenios anteriores, y si esa austeridad disminuyera la corrupción, pues bienvenida. Pero los programas de austeridad y lucha contra la corrupción, siguen siendo viles discursos demagógicos que no pueden demostrar en documentos.