Una mañana hace  unos meses, un gran amigo, presidente de una comisión del CCE me buscó para preguntar mi pronóstico de PIB 2020. Le contesté, “En rango de entre -12 y -14.5 por ciento”. ¿Inflación? Volvió a preguntar el amigo. Mi respuesta: “Más al 4 por ciento que al 3 por ciento. Sospecho que inclusive un poco más, —le dije —. Pero así a bocajarro no te lo puedo afirmar. Dame un par de horas para … “. No, no, no, me respondió aquel. Con eso tengo. Luego nos marcamos. Un abrazo. Y cortó el WhatsApp.

Hoy que se presentan la ley y el proyecto de ingresos y gastos 2021 ya podemos afirmar que México es un Titanic económico y sanitario extraviado en las aguas del caos interno. Se sigue inundando cubierta a cubierta, mientras que el mesías se congratula consigo mismo, porque, “Vamos muy bien”. ¡Sí!, México. No hablo de otro país, del nuestro.

 

¿Qué es lo que podemos afirmar de este 2020?

Que es el peor año de la historia económica desde la Revolución Mexicana.

Que somos el peor país del G20 en crecimiento, con la recuperación más débil, en acciones para enfrentar al covid-19, con una fuerte presión fiscal por los apoyos a Pemex, y un aumento de la deuda pese a las políticas de austeridad del gobierno.

Que los mexicanos vivos a la fecha desconocemos un dato tan salvaje como el de la de creación instantánea de 12.5 millones de desempleados, muchos de ellos informales. Todos ellos siguen viviendo en angustia, dolor, un drama dantesco.

El desplome de todos los sectores productivos, inimaginable.

El 40 por ciento de esta situación es responsabilidad del Coronavirus. Eso que ni qué.

El 60 por ciento restante es culpa de un gobierno irresponsable y soberbio, que sencillamente no quiso ayudar a sus ciudadanos. México era el país más sólido para solventar la crisis pandémica y armar una estrategia racional, inteligente, anticíclica. Por lo menos una de apoyo a los asalariados formales, —a manera de una cobertura anti desempleo —, apoyo a MiPyMEs, transferencias a Estados y municipios para el apoyo de sus economías regionales.

Nada de eso se hizo. Apoyo solo a los de muy abajo. ¿De veras? ¿O apoyo solo a tu base electorera amarrada por ti y para ti?

¿Y el apoyo a los enfermos de Coronavirus? ¿Qué esos no son rentables para tu suma electorera?

Se subestimaron las acciones porque se había destruído el sistema nacional de salud sin sustituto inmediato. No solo eso. En 2020 so pretexto del combate a la corrupción se concentró el sistema de salud en manos de López. Solo él, y él solo, sabe lo que hace.

Consecuencia: ¿Qué le digo?

Un PIB que si bien nos va, será del -12.5 por ciento con inflación general por ahí del 4 por ciento a la par de bajas en tasas que disminuyen el estímulo para la inversión financiera.

La inversión productiva (la no financiera) caída en casi un 40 por ciento de un año a otro.

Un algo habrá logrado crecer un segmento  del sector primario, que nos habrá ayudado a empujar el carrito económico de este año, y claro, ¡Eureka! Las remesas, que serán como de 40 mmdd. Está tan mal todo, que si no fuera por las remesas …

 

Cómo nos depara 2021

Mal. Muy mal. Menos mal que 2020, — menos mal —, pero muy mal.

PIB de entre -0.5 por ciento y -2.5 por ciento.

Inflación de 4 a 4.5 por ciento por presión cambiaria, costo de la deuda creciente del gobierno, incertidumbre frente a calificadoras, y porque ya sabemos: No habrá más que un muy delgado presupuesto para infraestructura, y este gobierno recibirá con los brazos abiertos a la IP y a la IED en el sector energético, … , aunque utilizará todo tipo de artimañas e imposiciones para condicionarlas, cambiar los acuerdos que vengan de la Reforma Energética de Peña Nieto, o si se le pega su santa gana someterá las inversiones a consulta popular. ¿Cómo te llamas? ¿Eres de los nuestros? ¿Con cuánto te dejas caer para “la causa”?

El Proyecto es optimista. Sube el monto efectivo del PIB nominal.

Pero como dijo el secretario de Hacienda Arturo Herrera no habrá guardaditos. Un par de fideicomisos que absorberá el ejecutivo, nada más.

Impuestos: todo estable. Sin miscelánea si quiera. Van a abusar con la aplicación de impuestos especiales a tabaco, alcoholes, comida chatarra ahora, así como con el etiquetado.

El SAT será un lobo peligroso hasta para quienes no tienen nada (siempre hay algo qué exprimir).

El grueso del presupuesto se destinará a pensiones, y los berrinches emblemáticos Cuatro Tetistas: Trenecito, Refinería, Aeropuerto.

¿La situación operativa efectiva de las refinerías? Que alguien la explique, porque nadie la entiende.

La producción petrolera, por debajo del 1.5 mdp diarios. Pero eso ya no importa, porque serán para cubrir el consumo interno, ya no de exportación (sópatelas), y a ver si logramos algo de gas. Soberanía es la clave. Lo que eso signifique en la mente distópica del mesías con ojos desorbitados.

La CFE quiere ser el rey, pero le bajan 8.6 por ciento el presupuesto.

Habrá cantidades menores para jóvenes y viejos, y personas desamparadas.

Algo para salud, así como para educación.

Le destinarán más dinero a las entidades para que dejen de fregar.

Vaya, hasta las Fuerzas Armadas recibirán menos de más.

El 2021 será la primera ocasión en muchos, pero muchos años, que la inversión privada caerá. Algo así como un -40 por ciento. Es decir que habrá poca inversión privada. Porque el mundo y los empresarios mexicanos están brutalmente heridos, pero, — y sobre todo—, porque ya México es un estado con niveles peligrosos de ausencia de Estado de Derecho, Rendición de Cuentas, Leyes, Organismos que ofrezcan garantías a esas inversiones. Es más. Me atrevo a afirmar que 2021 será el año sin derechos para instituciones, ciudadanos, trabajadores, empresas.

Todo se orientará a que López gane las intermedias a como dé lugar.

Un informe del Departamento de Estado de los EEUU afirma que el Gobierno de AMLO erosiona y cuestiona la operación de los reguladores que buscan evitar los monopolios en el país. Ello genera dudas sobre el clima de Inversión sobre todo en el sector energético. También afirma que en México se perciben cambios regulatorios a modo, débil respuesta fiscal a la crisis económica que generó el covid-19, se degrada la calificación del soberano, incertidumbre, inseguridad física, personal, informalidad creciente, corrupción en aumento; todo ello afirma, resta atractivo de Inversión que anteriormente tenía México para empresas estadounidenses.

Lo anterior lo secunda la INA, Industria Nacional de Autopartes. Su presidente, Oscar Albín, acotó que si bien las inversiones llegarán en el mediano plazo, será hasta dentro de unos 3 o 4 años.

 

Conclusión: 2021, tan mal año como 2020

El subgobernador del Banco de México Jonathan Heath ya lo advirtió en el seminario virtual: “Moody’s Inside LatAm Mexico”, Pemex es el mayor dolor de cabeza para el Gobierno. El problema principal es que la actual administración ve a esta paraestatal como un motor del crecimiento futuro del país, lo cual es prácticamente imposible.

En ese mismo foro Heath dijo que el Paquete 2021 puede ser incluso igual de complicado que 2020, en tanto no comience la recuperación del empleo y el consumo de la población se mantenga estancado … La recuperación de la economía podría llevar hasta seis años para regresar a los niveles previos a la crisis por la pandemia de covid-19, y que dependerá de una recuperación de la Inversión Fija Bruta en el país.

Evite usted creer en recuperaciones inmediatas, en naciones como México, donde solo los dioses del Olimpo saben cómo se convirtió en Nación de medidas inteligentes, a país de alquimistas que con pócimas mágicas pretenden recobrar Tenochtitlan para el hombre de fuego, a través de piedras filosofales inexistentes.

Ustedes sigan con la esperanza de que alguien mágico nos salvará…

A cambio les sugiero pensar en una organización cívica efectiva, inteligente, para derrotar a esta terrible hidra que acaba con lo que México ha labrado durante más de 200 años.

Efrén Flores es licenciado en Economía. Durante más de 35 años se ha dedicado a la comunicación en medios electrónicos e impresos, con temas financieros, económicos, empresariales, estratégicos, RSE, PyMEs, y nuevas tecnologías que revolucionan a nuestro mundo. Es conferencista en México y en EEUU. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.  Efrén Flores nunca ha pertenecido a Partido Político alguno.