La pregunta es dura pero necesaria porque la actitud y decisiones desde Palacio Nacional en nada ayudan a combatir el virus.

Aunque evidentenemente nadie se contagia por gusto, también es cierto que hay quienes cometen todas las irresponsabilidades sanitarias con egoísmo al negarse a cumplir los protocolos mínimos de protección. En términos sanitarios, la estrategia del Ejecutivo falló ya que la curva nunca fue plana, se rebasó por miles la cifra prevista de contagiados y fallecimientos, y hoy comienza hablarse de un “rebrote” ante el incremento de casos confirmados y decesos. Es totalmente falso que estemos como algunos paises europeos viviendo un rebrote, pero pareciera que nos acostumbramos o le damos menos importancia a la pandemia y las víctimas que está cobrando.

Un claro ejemplo es que con tal de sacar adelante en materia legislativa la extinción de 109 fideicomisos se llevó a cabo la sesión en la casona de Xicoténcatl debido al bloqueo del recinto en Paseo de la Reforma. Sin medidas sanitarias los senadores votaron pasando un micrófono de mano en mano envuelto en una servilleta y esto terminó en el fallecimiento del senador Joel Molina Ramírez de Morena a causa de COVID-19, enfermedad que pudo haber contraído en las sesiones presenciales de la Cámara alta poniendo en riesgo al resto de los 127 senadores, asesores, colaboradores, empleados, periodistas y a los mismos familiares de todos los presentes. ¡Vaya costo para cumplir el capricho presidencial que bien pudo esperar o al menos tener los argumentos y pruebas de que estaban llenos de corrupción!

Debido a los contagios en el Senado, empezaron a hacer pruebas rápidas a los legisladores para saber si pueden o no asistir a las sesiones. ¿Si toman estas medidas por qué no lo hicieron para los mexicanos?

“La mejor manera de reducir el costo del cuidado médico, es prevenir la enfermedad”

Mientras en Palacio Nacional se empeñan en seguir negando la peligrosidad de la enfermedad, el mundo sigue trabajando a marchas forzadas para encontrar una vacuna.