Por Dircea Arroyo Buganza

 

La zona este del Mediterráneo usualmente es considerada tranquila, pero desde los últimos meses se encuentra en una situación de tensión que podría a escalar en algo más en cualquier momento. Lo anterior es el resultado de las acciones del Estado Turco en la zona.

Desde el mes de agosto del presente año, Turquía ha realizado exploraciones en la placa continental de Grecia y Chipre. En un primer momento el presidente turco Tayyip Erdogan pareció conciliador y manifestó por televisión que debía de existir una unión entre los países del Mediterráneo protegiendo los derechos de todos. Además, agregó que el Estado Turco siempre estará listo para aceptar una o varias soluciones a través del diálogo y tomando decisiones siempre con una base justa.

Sin embargo, a pesar de dichas declaraciones y de que la exploración se detuvo por unos meses, recientemente se reanudó la búsqueda por gas e hidrocarburos, afectando principalmente al Estado Griego y a la República de Chipre.

El primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis, pidió ayuda a la Unión Europea (UE), para estudiar la posibilidad de suspender la relación económica con Turquía, a fin de presionar para que dejen de realizar este tipo de exploraciones fuera de su zona de económica exclusiva.

Aunada a esta petición, los Estados griego, chipriota y egipcio manifestaron el 21 de octubre de este año que las actividades de Turquía en el Este del Mediterráneo deben calificarse como ilegales en el sistema internacional. El objetivo de la declaración fue concientizar otra vez al Estado turco sobre cómo está desestabilizando la zona. Asimismo, se indicó que tal Estado debe de contribuir con acciones para reimplementar el diálogo evitando agresiones y cualquier amenaza del uso de la fuerza.

A pesar de las negociaciones que se han llevado a cabo en los últimos meses, Turquía insiste en que no está realizando ninguna acción ilegal en contra de sus vecinos. Argumenta lo anterior ya que no todas las islas griegas son en realidad lo suficientemente grandes como para contar y delinear el alcance de su soberanía (haciendo referencia a la zona económica exclusiva de Grecia).

Además de estos problemas con relación a las exploraciones de gas e hidrocarburos, el gobierno turco transformó la Catedral de Haia Sofía de museo a mezquita. Esta iglesia funcionó desde su creación hasta 1453 cuando fue tomada por el Imperio Otomano y se reutilizó como mezquita hasta el año de 1935, cuando fue transformada en museo.

Además de la transformación funcional, se cubrieron todas las imágenes que estuvieran relacionadas con el cristianismo. La decisión del presidente turco Erdogan de realizar estos cambios causó critica en el sistema internacional, entendiendo que la Catedral es un sitio importante y patrimonio cultural de la humanidad.  Por lo anterior, el líder la de la Iglesia Ortodoxa Oriental, el padre Bartolomé I, mencionó que la transformación de la catedral decepcionaría a millones de cristianos y fracturaría dos mundos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (UNESCO) lamentó mucho esta acción ya que, en lugar de promover la paz entre diferentes culturas, esta acción crearía mayor tensión entre el Estado turco y el griego, en dónde el último es el hogar de millones de cristianos ortodoxos.

La transformación de la Catedral simboliza otro marcado distanciamiento del Estado Turco con Occidente; a pesar de que cualquiera puede visitarla, todas las imágenes por las cuales es famosa ahora se encuentran cubiertas.

En suma, el presidente turco Erdogan ha creado mucha tensión en la zona del Este del Mediterráneo. Por ello, algunos de los Estados que se encuentran afectados por éste se reunieron la semana pasada en Nicosia, buscando fortalecer su cooperación en el ámbito de seguridad. Grecia, Chipre e Israel planearon una alianza militar que les permita mantener sus fuerzas armadas con mejor preparación, buscando reforzar y mantener la estabilidad en la región.

 

La autora es prrofesora y titular de la cátedra A.G. Leventis en estudios de Chipre en la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac.