En días pasados platiqué con el Maestro Ricardo de la Peña, destacado analista político, y sociólogo.
Le pregunté: Ricardo, queda claro que México no es la excepción. Se repite una y otra vez en diferentes partes del Orbe.
Todo indica con las votaciones reñidas de estos días en EEUU, las que tuvimos en México en 2018, las manifestaciones sociales en Chile, en países de la Unión Europea, las manifestaciones en EEUU, así como en México; el fenómeno Hong Kong.
Todo señala, -—insisto—, que el mundo del Siglo XXI también se adentra a nuevos fenómenos sociales, políticos, que son más difíciles de explicar, porque se alejan por completo de los modelos del siglo XX.
Prácticamente desde la Revolución Francesa del siglo XVIII vamos a experimentar en los próximos años, cambios en las demandas sociales y políticas de las poblaciones, que distan de explicarse con el herramental tradicional.
¿Ves otra cara de Nación en el México actual, en el de este lapso 2020 a 2025, respecto a lo que vivimos en años, y décadas pasadas? A lo que Ricardo respondió:
“Mira Efrén, definitivamente hay muchos fenómenos nuevos, pero tenemos la costumbre ahora de considerar como algo inédito lo que en el fondo no es más que reflejo de procesos que, si bien son peculiares, son parte de las singularidades que se forman en cada periodo, en cada etapa de las sociedades humanas”.
Si uno piensa en finales del siglo XVIII, se presentan fenómenos como la Revolución Americana y la Francesa, que desde luego son situaciones inéditas, que no tienen antecedente, ni en la misma ilustración.
Pero tampoco tienen antecedentes las revoluciones de 1848, ni desde luego la Primera Guerra Mundial, ni la Revolución Rusa, y más para acá la Segunda Guerra Mundial, ni la situación conjunta de la Guerra Fría, o fenómenos como la guerra de Vietnam, el desarrollo de las guerrillas en Latinoamérica; y más recientemente las Revoluciones Árabes, ni tampoco los movimientos sociales que se han dado en estos días. Sí, son peculiares, pero esta peculiaridad forma parte de esta Novedad Persistente en los ciclos históricos.
Un servidor razona entonces: Novedad Persistente.
Justo cuando nuestro país ya daba por hecho haberse zafado de los populismos salvajes latinoamericanos del siglo XX; justo entonces llega un populismo absurdo, demagógico, que se relame los bigotes por alcanzar el totalitarismo, inculto en su vértice, con una 4T sin rumbo, perdida, y que cuesta millones de empleos, cientos de miles de vidas, que daña peculiarmente a la sociedad, en el momento en el que llega una singular pandemia.
¡Claro! Se repiten los ciclos históricos pero con peculiaridades propias de cada presente, que nos identifica con los cambios de cada momento: De aquel del Siglo XVIII, con el del XIX, los del XX, y ahora los de nuestro tiempo presente.
Peculiaridades Diferentes….
No es lo mismo el siglo XVIII que el XIX, o el XX y ahora el XXI.
Por eso estamos confundidos. Porque en el presente da la impresión que se juntaron en el mismo salón Rousseau, Voltaire, Diderot, Montesquieu, los fundadores de EEUU, pero ahí también están Napoleón, Lenin, Hitler y Stalin.
Pero es evidente que a esta singularidad del siglo XXI no fueron invitados a la mesa esos personajes. Aún así nosotros comparamos la singularidad actual con los herramentales del XX y los de la Ilustración.
Ante la confusión en este 2020 en México y en el mundo, mucho se habla, poco se escucha, todos quieren imponer. Nos extraviamos en el modernismo, sentimos que perdimos la ilustración, si bien avanzamos tremendos pasos en tecnologías.
Opina Ricardo de la Peña:
“Hoy nuestra realidad está polarizada, donde en la mesa de disputas se encuentran intereses contrapuestos, gravemente contrapuestos. Pero esto no es tampoco tan novedoso. Nos malacostumbramos durante casi tres décadas, a esta moderación pertinente en la que se desenvolvió la política en el mundo durante el periodo post-guerra fría. Pero esto es inusual.
“Si pensamos en la polarización que había entre el capitalismo, el comunismo, el socialismo, las revueltas sociales que se dieron en muchísimos países del mundo durante el periodo de la guerra fría, e incluso conflictos complejos como la lucha por los derechos civiles en EEUU, y así hacia atrás, vemos que los fenómenos de polarización y enfrentamiento en las sociedades es algo común.
“Hay excepciones como el periodo inmediato posterior al término de la guerra fría, cuando se pensó que había una modernidad capitalista democrática que uniformaba al mundo. Esto último no era tan cierto pero era la realidad del momento.
“Me da la impresión, Efrén, que estamos nuevamente ante una realidad en la cual se polariza, y es a través de una disputa más de fuerza que de razón como se van resolviendo los diferendos.
“Aunque no lo aceptemos, estos extremismos y fuerzas forman parte del conjunto de valores, formas de ver el mundo, y formas de pensar el poder, así como la práctica política, que de alguna manera unifica y hace semejantes a un conjunto de movimientos que responden a esta pérdida de capacidad representativa de los partidos políticos y de incapacidad de respuesta por parte de los gobiernos a las demandas sociales.
“Lo anterior permite que surjan los llamados populismos, que no son más que una expresión, en la que al final hay un héroe, — el pueblo—; hay un líder, — que es aquel que pretende mantener el poder para apoyar a los grupos sociales—. Esta sociedad es víctima de un conjunto de villanos, -—que pueden ser unos u otros—, pero que finalmente representan a una élite, que se contrapone a un colectivo, que es aquel que busca representar este líder.
“Por otro lado hay un conjunto de principios y valores que conforman este espectro de la democracia liberal que enarbolan otros gobiernos. Entonces encontramos un enfrentamiento entre ambas lógicas. No es el fin de la teología, ni de la filosofía, no es el momento del pragmatismo. Es un momento en el cual vemos confrontadas ideologías que no se definen dentro de los parámetros que las definieron en el siglo XX, como tampoco esas se definieron con los parámetros del XIX, ni estas con las del XVIII, y así sucesivamente. Esto es, cambian los formatos como se definen estos conjuntos de coordenadas políticas, aunque aparentan ser similares”.
De alguna manera nosotros estamos enfrentando esta nueva realidad del siglo XXI y estamos apenas aprendiendo a entenderla. Como síntesis de lo que prosiguió en la charla que sostuve con Ricardo:
- Los populismos son finitos. Veremos qué tan rápido desaparecerá este populismo del XXI.
- Cada nación responde a su ritmo y velocidad a los cambios de singularidades de cada siglo.
- Aunque por lo pronto en nuestro país hay animadversión del líder por las nuevas tecnologías y el conocimiento, las presiones sociales provocarán cambios irremediables que no soportan los populismos.
- La pandemia actual puede ser la puntilla para el populismo mexicano. Aún es pronto para saberlo, pero sí se nota un importante desgaste del populismo frente a toda la población, aún cuando el líder mantiene un grado importante de popularidad. Solo él. No necesariamente el sistema populista que lo cobijó desde comienzos de la presente administración.
- Los cambios en la política y filosofía del gobierno estadounidense van a ser clave para que el populismo mexicano se mantenga o desaparezca.
Es distinto un líder populista cobijándose con otro populista que grita: Hacer de nuevo Grande a América; que el discurso del nuevo líder estadounidense: América ya regresó. Es una especie de doble mensaje: Cuidado los que se aprovecharon del líder fútil al que sustituyo; enhorabuena para nuestros aliados.
Lo anterior tendrá implicaciones en el discurso bilateral México-EEUU, pero también en la flexibilidad que hasta ahora ha tenido el populismo mexicano y su líder para hacer lo que se le pegue la gana tanto en política económica, como en economía política, en políticas energéticas, en salud, en seguridad nacional, por lo tanto en el control de la violencia, de la igualdad de géneros, en el desarrollo social, el combate a la pobreza, la educación y la salud; en convivencia entre vecinos y socios con objetivos comunes.
¿Por qué? Porque todo lo que se haga allá nos va a impactar y viceversa. Porque el diálogo diplomático ya comenzó, aún sin haber asumido el poder el nuevo presidente electo de los EEUU; porque México tiene que reconocer su grave error político y diplomático con nuestros vecinos, con ese infausto viaje del líder mexicano a visitar al líder estadounidense en Washington, D.C.
En fin que la plática entre Ricardo y un servidor es más amplia de lo que puedo escribir en estas páginas. Si a usted le interesa la charla completa, lo invito a seguir mis podcasts de El Futuro de Todo. El próximo lunes 30 de noviembre encontrará esta entrevista completa por la red social de su preferencia en mi podcast, El Futuro de Todo.
Los espero en podcast El Futuro de Todo, al igual que aquí en Siempre cada semana.
Efrén Flores es licenciado en Economía. Durante más de 35 año se ha dedicado a la comunicación en medios electrónicos e impresos, con temas financieros, económicos, empresariales, estratégicos, RSE, PyMEs, y nuevas tecnologías que revolucionan a nuestro mundo. Es conferencista en México y en EEUU. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor. Efrén Flores nunca ha pertenecido a Partido Político alguno.

