Frente a Biden

 

La llegada de Joe Biden a la presidencia de los Estados Unidos naturalmente implica un viraje en las políticas públicas de ese país, donde se incluye al sector que nos interesa: el agropecuario. Ante un escenario de cambios e incertidumbre, diversas voces representativas del sector en nuestro país, dan cuenta de su postura sobre lo que vendrá y las medidas que se tomarán para mantener a flote la parte mexicana y no permitir un retroceso en los casos de éxito. Las principales preocupaciones de los productores nacionales enfocan sus baterías en los posicionamientos de Biden respecto a las acciones para revertir el cambio climático, los señalamientos sobre trabajo forzado, el fortalecimiento de las aplicaciones tecnológicas y el reforzamiento de los subsidios a los agricultores estadounidenses.

A estas alturas, los medios estadounidenses ya postulan tres nombres para encabezar el ministerio de Agricultura del país vecino: la senadora Marcia Fudge; Heidi Heitkamp, exsenadora demócrata de Dakota del Norte y miembro del Comité de Agricultura del Senado, así como Russell Redding, secretario de Agricultura del estado de Pensilvania. Es Fudge quien más apoyos concita tanto por parte de las organizaciones como sindicatos del sector, además de ser muy cercana a Kamala Harris. Ya ha trascendido que su agenda de trabajo estará enfocada en el cambio climático.

En este escenario de pronósticos de la política estadounidense, en México se cumplen dos años de la llegada de la cuatroté, dos años en los que el sector productivo transita en medio de acciones politiqueras que derivan en la polarización, donde el gobierno federal deconstruye sistemáticamente la estructura institucional desde la conformación misma del presupuesto; donde los recursos públicos no se orientan a impulsar la productividad y desarrollo del país para generar bienestar social, sino a la dádiva que otorgue votos. Mientras, el futuro productivo del país lo sostienen alfileres.

Pese a estas desigualdades, el sector productivo mexicano no detiene su marcha, aunque sí se mantiene expectante por los cambios que se vienen con nuestros vecinos del norte. En el terreno agropecuario es común escuchar las preocupaciones de los productores porque se sienten solos en la batalla para vender sus productos que sí cumplen con la normatividad, calidad, sanidad, inocuidad requerida pero que padecen un virus más destructor: las embestidas políticas de los productores de EU.

A decir del vicepresidente del Sistema Producto Tomate, Manuel Cázares, ellos han cumplido año tras año no sólo con exportar el mejor tomate rojo, de la mejor calidad, cosechado en las mejores condiciones incluso laborales, sino que han tenido que documentar todo el proceso de introducción a Estados Unidos: “si bien hemos logrado sensibilizar a las autoridades mexicanas de que nos acompañen en el papeleo, aún necesitamos que la Cancillería nos respalde con más fuerza, que sepan allá que los agricultores mexicanos tienen un gobierno que los apoya, que no estamos solos”.  El reto se percibe muy complicado cuando el presupuesto reduce y elimina partidas diplomáticas y programas comerciales… La cuatroté está concentrando fondos con fines electorales.

Cázares también pone el acento al tema sanitario. Advierte la necesidad de reforzar la estructura del Servicio Nacional de Sanidad Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), toda vez que su acompañamiento es determinante en las relaciones comerciales con Estados Unidos. Al respecto, el MVZ Enrique Sánchez Cruz, ex titular de ese organismo, refiere que lo más importante es la información oportuna y su intercambio entre países sobre la vigilancia epidemiológica, incluyendo animales terrestres, domésticos y silvestres, así como acuáticos y vegetales, con la coordinación estrecha entre salud humana y sanidad agropecuaria”.  Lo cierto es que el presupuesto para el 2021 en materia de sanidad sufrió un recorte considerable. Lo único que le preocupa a este gobierno ahora es la liquidez para las obras presidenciales.

Los jornaleros agrícolas, las mujeres y hombres que día a día salen a los campos, a la siembra y cosecha, a línea de empaque también deberán enfrentarse a nuevos retos para seguir trabajando en EU o para que su trabajo sea un factor positivo para la venta del producto. Uno de los argumentos de los agricultores de EU para evitar la entrada de producto mexicano es que se explota a niños y mujeres en nuestros campos, lo que ha sido motivo de preocupación para la iniciativa privada, organizaciones, líderes campesinos e incluso agrupaciones de productores mexicanos que en los últimos años se han ocupado por impulsar la construcción de condiciones laborales y de vida dignas para los trabajadores agrícolas y sus familias.

Para Aldo Mares, vicepresidente de Bienestar Laboral del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), el gobierno de Biden promoverá el respeto, la institucionalidad y la colaboración, pero colocará el foco de atención en el trabajo, particularmente la explotación infantil y trabajo forzoso que, si bien ya son temas de la agenda, implicará mayor y constante atención. Mares adelanta que los productores mexicanos están listos para dar respuestas rápidas ante cualquier incidente relacionado con la mano de obra nacional. Además, detalla que han agregado a su agenda el tema de sindicación y contratación colectiva, y que han puesto sobre la mesa legislativa la necesidad de modificar la edad laboral de 18 a 16 años para que los jóvenes de ese rango puedan integrarse como fuerza laboral con todos los derechos que la ley otorga. Ante esta situación, en esta columna observamos que muchos jóvenes de 16 y 17 años, que incluso ya están casados, ante el cierre total de oportunidades laborales, se vuelven presa de actividades delictivas, ¿cuál es la respuesta de gobierno y los legisladores? ¿Qué piensa Luisa María Alcalde? Está ocupada con los Sindicatos o quitando recursos a programas como Atención a Jornaleros Agrícolas. Todo indica, hasta ahora, que no es su tema. Aquí también se hacen ahorros con fines electorales.

Pese a lo incierto de los tiempos por venir, los productores mexicanos se proclaman listos para salir a dar la batalla y mantener en alto el prestigio de los productos nacionales. Dicen que juntos, productores, organizaciones y jornaleros trabajan en equipo como una sola fuerza, pero la mayor incógnita es el desempeño del gobierno de la cuatroté en el frente de lucha: ¿hacia dónde jalará la SADER y sus funcionarios?  porque allí, no se ve equipo que jale codo a codo con los productores nacionales.