¿Qué te parece, Soñada Berlín? ¿Te cuento un corto reportaje del futuro, cuando seas la capital del mundo?

A 100 años de la Unidad Alemana, la humilde profecía del Prof. Dr. Hubert Marki, contra la lengua de su querida Deutschland, se había hecho realidad: “Global será la comunicación científica en la lengua cada vez más usada como medio: el inglés”. Se había añejado aquella petición general: Mr. Gorbachov, tear down this Wall.

Transcurre el 9 de noviembre de 2089. Vuelo rumbo a Berlín, desde donde reportaré la fiesta centenaria de la Revolución Pacífica que durará hasta el 3 de octubre de 2090, montado sobre mi águila metálica-carnosa, dada a la vida con microchips de tejidos celulares de pequeños seres mutantes, aparecidos en la tierra en 2050.

La he bautizado con el nombre de Emilia, porque me recuerda un célebre crítico e historiador del cine del siglo XX, de mi País. Se alimenta de la proteína que ella misma elabora de la energía solar. Llevo mi cámara, de la misma estructura tecnológica de mi águila, para captar la realidad objetiva, inyectada de gas activo, llamado ergódico, que ha sustituido al vídeo y al disco digital, en cuanto a la aprehensión de imágenes en movimiento. Las moléculas gaseosas, compuesta de aleaciones de los más brillantes elementos lantánidos y actínicos, al condensarse se materializan dentro de un flujo controlado de plasma de alta resolución. La he bautizado con el nombre de Pepa, dado que su forma femenina me recuerda un añorado amor andaluz.

La combinación de lo orgánico con lo inorgánico por fin ha sintetizado la verdadera naturaleza dialéctica del desarrollo. En cuanto a los lentes, la concavidad y la convexidad han superado la fantasía. Actualmente, la técnica óptica cavivexi impera. Ahora, desde Emilia registraré con Pepa, sin llegar a las alturas satelizares, lo soñado, lo imaginado, lo descubrible: A Berlín, la Metróplis del próximo siglo XXII.

Una coalición liberaldemócrata y socialdemócrata tiene el poder en Alemania. Diríase que se vive en una renacentista República de Weimar. El problema económico y social ya no es la ocupación plena, sino la casi plena desocupación industrial y, por lo tanto, la organización del ocio, acaba de declarar un economista, profesionistas en extinción. Ha triunfado la sociedad de los servicios y el conocimiento. El sector terciario se ha enseñoreado y Alemania va a la vanguardia en cuanto a la protección del medio ambiente.

Descendemos. Emilia despliega sus alas para planear. Se abre el lente y, acariciando a Pepa, comienzo a registrar, con toda nitidez, desde las alturas, a Europa, continúo con Alemania, después, el Estado Federado de Brandemburgo, la Soñada Berlín y, por último, la Alexanderplatz. La vieja torre de televisión es custodiada por incontables enormes rascacielos que le doblan en tamaño. En la noche, la euforia de millones de berlineses es total. Nadie duerme. Hace 100 años, el 9 de noviembre, la Alemania comunista abrió sus fronteras con la Alemania capitalista y Berlín occidental. El hosco muro de piedra cayó.

En proceso de Reunificación duró casi un año. El 3 de octubre de 1990, a las cero horas, Alemania se reunificó. Auxiliándome de la ciencia histórica, inspirado en Ludwig Feuerbach, diré que si en el pensamiento se descompone la historia universal en historia de cada País, la anterior en historia de cada provincia y la anterior de nuevo en crónicas urbanas, las crónicas urbanas, finalmente, en historias familiares y biografías, ¿cómo podría jamás un hombre aislado llegar a un punto en el que pudiera decir: He alcanzado el término del saber histórico de la humanidad? Mi reportaje continuó, inspirado en Feuerbach y en Antonio Rodríguez porque quien encuentra su satisfacción en un poeta es a su vez una naturaleza poética.

Volé por toda la ciudad, recorrí a pie sus calles, disfrutando su sustancia, surqué el Spree, admiré la belleza de sus Walquirias y, sentado bajo la Puerta de Brandemburgo, repasé la historia, las leyendas y la mitología de los diots. ¡Ah, su Kinemathek y su Filmmuseum! Auf wiedersehen.

El anterior Fragmento Final forma parte del ensayo “Soñada Berlín” con el que participé en el concurso “Premio de la Fundación Friedrich Ebert a Periodistas Mexicanos, del año 2002, en la categoría de Medios Impresos. Recibí Mención por mi trabajo. El Jurado reconoció mi participación en el concurso por mi trabajo periodístico sobre Alemania, como un aporte importante y valioso en la promoción y fortalecimiento del diálogo e intercambio político y cultural entre México y Alemania, vía los medios de comunicación en México (México, D. F. a 18 de diciembre de 2002).

Quería convertir el texto en un guión para filmar un documental sobre la historia de Berlín, desde sus orígenes hasta ese año e, incluso, proyectar la historia hacia el futuro. Ahora que lo reviso tiene un poco de retro ciencia ficción muy naif.

Quise comenzar el guión y el documental escribiéndole a la Ciudad en los siguientes términos: “Voy a considerarte la Ciudad madre, Soñada Berlín, asiento de la poderosa industria cinematográfica alemana, dentro de la que iniciaron las primeras experiencias estéticas expresionistas del naciente arte y en la que dominarían, en los años veinte del siglo pasado, las sombras, la pobreza y la prostitución. En 1925-1926, Fritz Lang filmó Metrópolis, una alegoría expresionista (añado, ahora y aquí, y de ciencia ficción) sobre la gran Babel. No puedo dejar de suponer que se inspiró en ti, para ofrecer una visión hacia el siglo XXI en la que gobernaría el orden de la geometría mental arquitectónica… Una espléndida Ciudad del futuro viviendo de los autómatas trabajadores enajenados y esclavos que la mantienen activa y pujante, desde su parte subterránea y que son sublevados por un genio del mal, al diseñar, construir y darle vida a un robot-mujer perversa, convocadora del Apocalipsis, a imagen y semejanza externa de la bella y noble heroína (pregonadora del amor y la paz). De la lucha del mal  (la manipulada rebelión anárquica y demoníaca) contra el bien (el orden geométrico arquitectónico de los señores capitalistas moralizadores), vence el bien, pero queda un pesimismo latente; Toda construcción, por perfecta que sea se derrumbará tarde o temprano… la realidad se rebela por más dominada que se la crea tener”. En fin, lo cierto es que Fritz Lang se inspiró en New York, para filmar Metrópolis y yo quería realizar una película futurista de Berlín, a 100 años después de la Reunificación.