Internet es hoy por hoy el último reducto de libertad total del ser humano, el acceso no es todavía universal, aunque ya algunos estados lo han consagrado como derecho humano o ciudadano a nivel constitucional o tratado internacional según sea el caso, México no ha sido la excepción, pero podría dejar de serlo.
La red de redes merece ser observada y quizás —con el tiempo— regulada, nos guste o no la libertad tiene límites claros tanto éticos como legales y especialmente materiales, es por ello que muchos estados han intentado —con poco o nulo éxito— legislar internet.
En nuestro país ya en algún momento se pudo haber ratificado en el Senado de la República el Anti-Counterfeiting Trade Agreement mejor conocido como ACTA, cuya finalidad era la de generar facultades especiales para que las fuerzas del orden y órganos de inteligencia actúen libremente cuando a su juicio consideren que el tráfico o las actividades en la red de redes tengan un carácter criminal, lo cual es distinto a regular contenidos.
Fue en el periodo neoliberal tardío, cuando Manlio Fabio Beltrones Rivera como presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República mostró sensibilidad ante el tema y detuvo lo que pudo haber sido el primer intento de censura y persecución a ciudadanos mexicanos por agencias tanto nacionales como estadounidenses.
Después Omar Fayad, como Senador intentó —con muy poco tino, por cierto— legislar para crear tipos penales especiales en función a delitos conocidos y por conocerse que sin duda nos afectan como individuos y como sociedad, dicha legislación se percibió más como un intento de censura que como un mecanismo fuerte y claro para prevenir, detener y perseguir actividades delictivas. El escándalo fue mayúsculo y la legislación murió por mérito propio.
La red eventualmente deberá contar con una legislación universal y secciones especiales por país, algo parecido al UNIDROIT para estudiar las necesidades y métodos para modernizar, armonizar y coordinar el derecho internacional privado y el derecho comercial, en particular entre estados usuarios, así como formular los instrumentos de derecho uniforme, principios y normas para alcanzar dichos objetivos, sin embargo, ello se antoja fantásticamente lejano.
Los cibernautas no debemos engañarnos, la red no es solo diversión o voyerismo, también es un mercado inmenso que parece no tener fin en donde día a día se generan millones de intercambios comerciales, según la Asociación Mexicana de Internet en su 15° estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México en 2019, y para sorpresa de nadie, la principal actividad que los mexicanos hacemos en la web, es estar en redes sociales. Le siguen enviar y recibir mensajes instantáneos, mails, y buscar información. También cada vez más gente realiza actividades financieras en Internet, el incremento en este sector que consiste en hacer operaciones bancarias ha sido de un 8 por ciento respecto a 2018.
Con la banca en línea, el streaming también gana territorio. En 2019 ha escalado dos posiciones en las actividades que los mexicanos hacen en línea, y ahora ocupa el sexto lugar con un 65 por ciento. En otras palabras 65 de cada 100 mexicanos conectados consumimos películas o series en streaming. Las actividades más castigadas son vender por internet con un 21 por ciento, visitas a sitios para adultos con 19 por ciento y búsqueda de pareja con un 10 por ciento. El estudio 2020, no ha sido presentado.
Hoy MORENA y sus aliados buscan regular contenidos y usuarios por la vía del Instituto Federal de Telecomunicaciones, incluso ahora ya un funcionario público no puede darse el lujo de bloquear a un majadero indeseable porque de forma automática le cae un amparo y debe de “garantizar el derecho de las audiencias a informarse”, más menos.
¿En verdad la aldea global se va a dar el lujo de regular lo que parece ser el último reducto de la libertad? Al menos en México, parece que están dispuestos a darse un balazo en el pie…
@DrThe

