«naturam fallere grave est».
Es grave querer engañar a la naturaleza. Séneca
La semana pasada se hizo viral un video publicado en redes sociales en donde se exhibe a un ciudadano mayor de 60 años, acompañado de su sobrina, que acude a vacunarse y la persona que le aplica la vacuna le pincha el brazo con una jeringa vacía. Se publicaron otros tres casos similares uno en Cajeme Sonora, otro, en Huixquilucan, y el tercero en Tlalnepantla Estado de México. Quisiéramos saber cuántas personas fueron engañadas de la misma manera, o fueron inyectadas con agua destilada o suero, ¿estarán haciendo comercio ilegal con las vacunas no aplicadas? Ese hecho que aceptado por las autoridades y aceptado como un error, en todo caso es un error imperdonable, ninguna persona que sabe aplicar una inyección cometería ese error, ¿en quién se está depositando la responsabilidad de la salud de los mexicanos?
Son derechos humanos, la vida y a la integridad física-psicológica y moral, esto implica el deber de respetar la vida y la integridad física y psicológica de los demás. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que: “…la salud es el estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades; y el logro del grado más alto posible de salud es un objetivo social de la mayor importancia”.
En este sentido, la salud es un valor importante que, sumado a otros que condicionan un bienestar general, se constituyen como indicador del logro de oportunidades para el desarrollo de los individuos en igualdad de circunstancias. Entonces, la salud es un bien vital, que además de ser un bien biológico para que el individuo pueda desarrollarse de manera armónica física y mentalmente, también es un bien social y cultural imprescindible para la convivencia humana en sociedad.
Los derechos humanos protegen, desde luego, determinados bienes vitales que, a su vez, son valores existenciales. La salud como un bien fundamental del ser humano dentro de nuestro sistema de valores, representa un derecho esencial que el Estado está obligado a garantizar y satisfacer, procurando la salud integral de todos los habitantes. El derecho a la salud está presente en diversas declaraciones e instrumentos internacionales, como:
La Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), señala que: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios…”
Los derechos de los pacientes frente al médico y los trabajadores de la salud, que le brindan atención se establecen en la Carta de los Derechos Generales de los Pacientes; para el caso concreto, en la implementación del programa de vacunación contra el Covid19, en México se están produciendo un sin número de violaciones a derechos humanos a cada una de las personas que han sido vacunadas en cada aplicación, porque quienes las aplican deberían de seguir un protocolo conforme a la Carta de los Derechos Generales de los pacientes:
- Conocer el nombre de la persona que le va a aplicar la vacuna.
- Esta persona debería mostrar que la jeringa no ha sido usada y es nueva y debe sacarla de su empaque cerrado.
- Mostrar el envase conteniendo el medicamento mostrando la etiqueta de la marca del medicamento que se le va a aplicar.
- Mostrar cómo se extrae el medicamento con la jeringa.
- Mostrar que se le aplica la cantidad exacta del medicamento a suministrar.
Mi experiencia personal fue que al llegar al punto de vacunación, me abordó una mujer sin portar gafete, con jeringa en mano, y quiero suponer que ya cargada con el medicamento, supuestamente la vacuna Pfizer, sin decir más me pidió que me descubriera el brazo y me aplicó el líquido ya cargado, sin mostrarme el envase de su proveniencia, en un acto de Fe, quiero suponer que estoy ya vacunada con la primera dosis.
Ahora como nunca antes, los mexicanos estamos en completo desamparo respecto de la protección de nuestros derechos humanos, no existe una supervisión por parte de la institución creada para velar por el respeto de los mismos, más aun cuando se trata de contener una pandemia que ha cobrado la vida de cientos de miles de mexicanos.

