Cuando se declara una huelga y aparece uno dispuesto a seguir trabajando y no apoyar a sus compañeros, se le llama esquirol o rompe huelgas, adjetivarlos está de más.
En política también existen, aunque ellos se dicen demócratas o “terceras vías”, desde la llegada al poder del partido dominante la ciudadanía de forma clara y franca ha pedido que los partidos opositores se coaliguen, que hagan alianzas, las más que puedan, formales o informales, qué más da, el populismo nos ha caído como balde de agua fría y quienes no compartimos dicha tendencia política directa o indirectamente hemos decidido ponernos a trabajar al menos para generar un nuevo equilibrio en la Cámara de Diputados.
Tiene razón el presidente, le queremos limitar el presupuesto o al menos retardar el proceso de destrucción institucional mientras llegamos a la revocación de mandato o a las elecciones del 23 y del 24, si es que llegamos. Guste o no, es una clara propuesta política de la oposición.
Pero, este tipo de batallas electorales merecen del mayor de los consensos, la construcción de un frente amplio, el más incluyente, hoy día después de muchas pláticas, solo atendieron al llamado ciudadano el PRI, el PAN y el PRD, dependiendo el estado en la mayoría se acompañan los tres en coalición o en algunos otros casos construyen candidaturas comunes como es el caso de Ramírez Marín en Yucatán en donde el PRD acompaña al PRI, con altas probabilidades de ganar la presidencia municipal de Mérida.
Sorprendió que, a pesar de la desesperación ciudadana, haya sido Movimiento Ciudadano, ese supuesto semillero de jóvenes políticos de izquierda, modernos y liberales, quienes rápidamente se desmarcaron de la posibilidad de aliarse con los partidos que ahora constituyen Va X México, simplemente dijeron que no. Ante las primeras preguntas de los medios, de la ciudadanía y de varios actores políticos, los naranjas respondían “nos queremos probar, queremos ver que tanto crecemos solos”, “buscamos consolidarnos como una tercera vía electoral”.
Patrañas, ahora que algunas casas encuestadoras han compartido mediciones públicas de las preferencias en los estados, se ve claramente que el diferencial para ganar la elección es propiedad de MC, esos pocos puntos que representan en las elecciones locales aumentarían la probabilidad de triunfo de la alianza Va X México, el mismo efecto se ve en las encuestas para las alcaldías en la Ciudad de México, para algunas diputaciones, para algunas presidencias municipales.
A ver, seamos claros ¿Qué crecimiento en solitario puede tener un partido que a duras penas alcanzó el 3 por ciento de la votación válida emitida en 2018? ¿Cómo piensa multiplicar sus votos cuando en el Estado de México no postuló candidato a la gubernatura en 2017 y obtuvo un poco más del 2 por ciento de la votación? ¿Qué estrategia va a utilizar si en las elecciones extraordinarias de 2020 no alcanzó el 3 por ciento necesario para el registro estatal en Coahuila?
Preocupa que mujeres y hombres de buena fe, con el legítimo deseo de participar en el fortalecimiento de la estructura democrática mexicana ahora sean postulados por un partido ya motejado en redes sociales como “esquirol”, así de simple, así de claro.
¿Qué van a obtener el 6 por ciento o el 7 por ciento de la votación? Va ¿a costa de qué? ¿Qué están creciendo en Nuevo León ante el brutal desplome de la candidata de la candidata oficialista, pero todavía no les alcanza? Va ¿a costa de quién? ¿Qué por primera vez podría cambiar el equilibrio político en la Ciudad de México desde el año 2000? Va ¿y por qué no ayudar si sus votos son necesario? Todo empeora cuando en las primeras mediciones se ve la intención de votos por los naranjas y es marginal, pero unidos hubiera sido una maravilla.
No nos equivoquemos, el voto útil no puede ser para un esquirol o una tercera vía en una elección tan polarizada, es y debe de ser para los partidos que integran la coalición Va X México, dele una pensada, socialícelo y platíquelo con su almohada…
@DrThe

