La tarde del 7 de junio al haberse reanudado la sesión de Consejo General para conocer el contenido del Programa de Resultados Preliminares, señalé en dicha sesión pública, lo que a mi juicio parecía una vulneración al Sistema de Información de la Jornada Electoral mejor conocido como SIJE, el cual tiene como objetivo informar al Consejo General, a los consejos locales y distritales del Instituto y, en caso de elecciones concurrentes, a los OPLEs que correspondan, sobre el desarrollo de la jornada electoral.
No es un sistema cualquiera, solo se tiene acceso a través de un usuario y contraseña personalizada que el Instituto Nacional Electoral genera para los Consejeros Electorales y probablemente para algunos funcionarios del área ejecutiva, no es una base de datos pública, ni mucho menos de consulta libre para la ciudadanía, la información ahí recabada tampoco está a disposición de los representantes de partido por lo sensible de la misma.
En su columna “La Barbarie Electoral” publicada en Milenio, por el Dr. Bernardo Barranco, este afirmó que quiso verificar algunos datos pronunciados por el Consejero Presidente del INE en su mensaje al inicio de la jornada electoral, lo expresó así “…quise verificarlo en el SIJE (Sistema de Información de la Jornada Electoral), pero no funcionaba. Chequé la del IEEM y tenían apenas a la misma hora, 85% de las casillas, pero el dato que me sorprendió fue otro”.
De la lectura del artículo se asume que el Dr. Barranco hizo uso de un usuario y contraseña que no le pertenecen y al cual no tiene derecho, este hecho lo señalé como Representante del PRI ante el Consejo General del IEEM.
Ahora bien, haber hecho lo anterior no presume que en algún momento haya denunciado o demandado o impugnado ante autoridad alguna, sea de procuración o de impartición de justicia electoral al ya mencionado ex consejero, por lo tanto, contrario a lo que algunos medios han consignado, el PRI a través de mi persona o de alguna otra no ha llevado a juicio al Dr. Barranco.
Asumo que es falta de información y no mala fe.