Ahora que se habla tanto de mayorías calificadas de dos tercios en la Cámara de Diputados es necesario tener presentes varios aspectos. La aprobación de una reforma constitucional tiene una ruta parlamentaria específica. Un legislador, grupo parlamentario, Presidente de la República, un congreso local o un porcentaje de ciudadanos inscritos en la lista nominal, pueden presentar una iniciativa de reforma constitucional en cualquiera de las cámaras del Congreso de la Unión, la cual si la presentan en el Senado será turnada a la comisión de Puntos Constitucionales, a una de Estudios Legislativos y a alguna otra de acuerdo al tema de que trate la reforma. Si la presentan en Diputados, sólo a la Puntos Constitucionales y alguna otra para opinión.
Para que una iniciativa llegue al Pleno de cualquier cámara, las comisiones tienen que aprobarla por mayoría absoluta (50 por ciento más uno) de los integrantes de cada una de las comisiones dictaminadoras. Una vez enviada al Pleno, se tienen que dar primera y segunda lectura, porque en reformas constitucionales no hay dispensa de trámites. Una vez en el Pleno, la reforma debe ser discutida y aprobada en lo general y en lo particular, incluidos los artículos transitorios, por dos tercios de los legisladores presentes. Es muy importante tener en cuenta que lo dos tercios son de los diputados o los senadores presentes en la sesión; por lo cual, cualquiera de las dos cámaras puede funcionar en dos escenarios extremos.
Por ejemplo, en la Cámara de Diputados es tan legal y legitima una reforma constitucional aprobada por 334 diputadas y diputados, si están presentes en la sesión 500 legisladores, que si es aprobada por 167 si están presentes el mínimo para sesionar que es de 251. No recuerdo un día en donde hayan estado los 500 diputados, ni siquiera en la instalación. En cambio, sí recuerdo muchas ocasiones donde han sesionado al filo del quórum.
Las estadísticas indican que la Cámara de Diputados sesiona con un rango de 400 a 450 diputados presentes. Las reformas constitucionales en ésta y en las legislaturas anteriores fueron aprobadas en un intervalo que va de 267 a los 300 votos a favor, como mínimo. La aprobación de sesiones semipresenciales por la pandemia facilitó que más legisladores estén presentes en cada sesión. En la práctica legislativa existen varias maneras de aprobar una reforma constitucional. ¡Ojo! El Diablo está en los detalles.
Pero más que los números es importante responder a una pregunta: ¿La oposición realmente está obligada a rechazar cualquier reforma constitucional de AMLO o de Morena? La única posibilidad de que esto ocurra es si el PRI elimina el respaldo a los sectores obrero, campesino o popular y si el PRD cambia sustancialmente sus documentos básicos, para borrar cualquier rastro de izquierda nacionalista y popular.
No se pierda de vista que el partido más favorecido en Va por México fue el PAN. Tanto que los colores, emblemas y propuestas del PRI y del PRD fueron desplazados por el azul, la tipografía y el discurso panista. Que interesante será ver si estos partidos finalmente quedan subordinados a la agenda, programa y liderazgo de la derecha. La política es de bronce.
@onelortiz