Desde mayo de 2020, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) han implementado un programa agresivo de recortes a la producción de crudo a nivel global para evitar un colapso de los precios.

 

Por Santiago Fernández Sordo

 

En los últimos meses los precios internacionales del petróleo han visto una recuperación extraordinaria. Entre marzo y junio de este año, los precios del West Texas Intermediate ─el precio de referencia para el energético en el continente americano─ han pasado de 60 dólares por barril a 77, un incremento de hasta 28%. Junio registró los precios más altos del crudo desde 2018, a medida que la recuperación económica global toma fuerza y se normaliza la demanda por petróleo tras el impacto de la pandemia.

Pero existe un factor político adicional que ha contribuido a estas fluctuaciones y que amenaza con incrementar sensiblemente la volatilidad en el mercado. Desde mayo de 2020, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) han implementado un programa agresivo de recortes a la producción de crudo a nivel global para evitar un colapso de los precios por la fuerte caída de la demanda durante la pandemia. La OPEP+ acordó dejar de producir casi 10 millones de barriles diarios (mbd) en aquel entonces, con la intención de equilibrar la oferta con la demanda y mantener precios estables. Para los países miembro de la organización, se trataba de una acción de vida o muerte, pues buena parte de sus ingresos y su subsistencia como países depende de la venta de petróleo a nivel global.

La medida resultó muy exitosa y hemos visto una recuperación constante de los precios, gracias a que la OPEP+ mantiene límites a la producción de crudo y avances en los programas de vacunación contra el virus COVID19 que permiten una gradual normalización de la demanda de energía a nivel mundial. OPEP+ controla poco más del 50% de la producción de petróleo a nivel global, lo que le da la fuerza suficiente para influir en los precios internacionales. OPEP+ ha sostenido reuniones mensuales a partir de 2021 para calibrar la oferta con la demanda e incrementar la producción de manera gradual. Actualmente, OPEP+ retiene poco más de la mitad de la producción que anunció inicialmente (5.7mbd) y planea seguir incrementando la producción hasta 2022, año en que espera que los países miembros puedan volver a producir a toda su capacidad sin amenazar la estabilidad del mercado.

No obstante, las reuniones más recientes de OPEP+ han comenzado a ver cierta ausencia de consenso en el organismo y la cooperación entre países se tambalea. A principios de este mes de julio, el organismo sostuvo una reunión mensual en Viena, en la que se buscaba aprobar un incremento adicional de 2 millones de barriles diarios en la producción para implementarse entre agosto y diciembre de 2021. Sin embargo, las negociaciones entre sus miembros se han complicado e incluso se han suspendido. La principal razón son los Emiratos Árabes Unidos, que no se encuentra satisfechos con los cálculos que realiza la OPEP+ para determinar las cuotas de producción para cada país miembro del organismo. En el fondo, los EAU están presionando para que la OPEP+ les permita incrementar la producción más que a otros países, dada la fuerte inversión que han realizado en años recientes para mejorar su infraestructura de extracción de petróleo.  Los EAU buscan extraer lo más posible de sus reservas mientras el petróleo es valioso.

Arabia Saudita, que lidera el organismo, se ha negado a concederle mayor producción a los Emiratos, pues teme que, si flexibiliza su postura, otros países buscarán un trato similar y los incrementos a la producción rebasarían lo deseado por los comités técnicos de OPEP+.

Sin un acuerdo para incrementar la producción, de momento se mantienen vigentes acuerdos previos de retener 5.7mbd. Pero conforme más pase el tiempo sin consenso en OPEP+, más crecerán los incentivos para que los países miembro comiencen a tomar decisiones unilaterales, independientes del organismo. No sería la primera vez que esto ocurriría. En 2020, Arabia Saudita y Rusia tuvieron fuertes desacuerdos sobre las cuotas de producción, algo que termino temporalmente con la cooperación dentro de OPEP+. En aquella ocasión, los precios del petróleo se desplomaron y obligaron a los países a retomar negociaciones y acuerdos. En los mercados financieros, se teme que hoy estemos en la víspera de un evento similar, que pueda traer gran volatilidad a los precios internacionales de petróleo.

El autor es profesor y Egresado de la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac México.