Esta serie de apuntes casi antifeministas concluye con una referencia a una mujer excepcional: Safo, la poetisa de Mitilene. Es un auténtico broche de oro.

Aristóteles, que nunca se casó, en su Retórica hace tres referencias a ella. A querer o no, explícita o implícitamente, reconoce sus méritos:

“Así también lo que dice Alcidamante de que todos honran a los sabios: <<pues por cierto que los de Paros celebraron a Arquíloco, aunque era una mala lengua; los de Quíos a Homero, aunque no era ciudadano; los de Mitilene a Safo, aunque era mujer; …>>” (I398b 11 a 14, Editorial Gredos, pág. 436).

“O lo que (dijo) Safo de que morir es un mal, <<pues así lo juzgan los dioses, ya que (. si no,) morirían ellos>>” (1398b 29 a 31 Editorial Gredos,  págs. 437).

En otro lugar, al hacer referencia a los “Actos dignos de elogio y lugares comunes para su tratamiento”, toma como modelo un texto de Safo:

 

“Si tuvieras el deseo de cosas buenas y bellas

Y no te revolviera tu lengua a decir algo malo,

La vergüenza no te dominaría los ojos,

Sino que hablarías de lo que es justo.”

(1367ª 12 a 15. Editorial Gredos, pag. 246).

 

Al parecer la familia de Safo era ilustre y, en algún tiempo contó con recursos económicos, tantos que su hermano Caraxo estuvo en posibilidad de comprar la libertad de una de las prostitutas más bellas y, por lo mismo, más caras de la antigüedad, así lo comenta Heródoto:

“Por su parte, Rodopis llegó a Egipto de la mano de Jantes de Samos; y, aunque llegó para ejercer su oficio, fue liberada, mediante una gran suma, por un natural de Mitilene, Caraxo, hijo de Escamandrónimo y hermano de la poetisa Safo.” (Historia, libro II, 135, 1).

De ella y de su tiempo, se dice: “Safo nació como Alceo en la isla de Lesbos: según la Suda en Éreso, según un papiro de Cameleonte, en Mitilene. Los cronógrados antiguos colocan en general su floruit hacía el año 600, igual que el de Alceo, …

También Safo, hija de Escamandrónimo, pertenecía a la aristocracia de la isla y también estuvo en situación difícil ante los regímenes de Mírsilo y Pítaco, En la época del primer, en algún momento, entre el 604 y 596, estuvo desterrada en Sicilia, …” Estuvo casada con un rico comerciante de Andros que murió pronto. (Francisco R. Adrados, Monodia, en la obra coordinada por J. A. López Férez editor, Historia de la literatura griega, Cátedra, 2008, p. 192). Tuvo una hija (Ovidio, Heroidas XV, 120). En algun etapa de su vida pasó dificultades económicas; se pone como prueba el verso 98 (b), en el que se dirige a su hija diciéndole que no tiene dinero para comprar lo que ella quiere: “<No tengo Cleis, de dónde hacerme para ti con un tocado multicolor, …”

Ovidio la hace pequeña de estatura, no bella, morena y que escribía en metros líricos. (Heroidas XV, 6, 33 a 35). Lo cierto es que, por muchas razones, la poesía de Safo, en metro eólico, fue leída, imitada, y elogiada: El framento más completo de su poesía comienza:

“Inmortal Afrodita de bien labrado trono, hija de Zeus trenzadora de engaños, yo te imploro con angustia y penas no esclavices mi corazón Señora,

ven en vez de eso aquí, si en verdad ya otra vez  mi voz oístedesde lejos y me escuchaste y abandonando la mansión del padre viniste el áureo

carro luego de uncir: bellos, veloces gorriones te trajeron sobre la tierra negra batiendo con vigor sus alas desde el cielo por en medio del éter. …” (Fragmento 1, en la obra Lírica griega arcaíca, Gredos, pág. 354).

Hermógenes toma el verso de Safo: “Ea, divina lira, háblame, haz resonar tu voz, …” como un ejemplo de dulzura. (Sobre las formas de estilo, libro II, 334, Gredos, p. 232).

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Safo y el lesbianismo

En el papiro de Oxirrinco, el 1800, fr. 1, se comenta que Safo <<es acusada por algunos como disoluta y amante de las mujeres>> (Lírica griega arcaica, Gredos, p. 337). Esa inclinación de Safo pudiera quedar de manifiesto en un fragmento de su poesía: “… durmiento sobre el pecho de mi tierna amiga.” (101, V.126, en la obra Lírica griega arcaica, Gredos, p. 377). A pesar de esas preferencias sexuales, Ovidio la hace enamorarse perdidamente de Faón, de Sicilia; el amor a ese mancebo la hace prescindir del amor de las doncellas de Pirra, Metimna y Lesbos (Heroidas XV, 11 a 16).

Luciano, en su apartado de Diálogo de heteras, hace referencia a la afición de las nativas de la isla:

“CLONARION.- No entiendo lo que dices a no ser que se trate de una <<hetera para mujeres>>. Cuentan que en lesbos hay mujeres de esa índole, con pinta de hombres, que no quieren trato con hombres sino que son ellas las que acechan a las mujeres como si de hombres se tratara.” (Luciano, Obras, Cloranion y Leena, 2, Gredos, pag. 310).

El Diálogo termina de manera muy fina. Cuando el amante Clonarion, pide más detalle respecto de lo que hacen las lesbianas, la interrogada, Leena, se limita a contestar:

“No preguntes tan minuciosamente, pues se trata de cosas vergonzosas; así que, por Afrodita, no te lo podría decir.” (Idem, 4, pág. 312).

A Safo se le consideraba como la iniciadora de la poesía erótica y que en esa corriente fue seguida por Anacreonte de Teos (Pausanias, Descripción de Grecia, libro 1, 25, 1). Por eso Ovidio reconocía:“¿Y qué otra cosa enseñó la lesbia Safo a las jovencitas sino a amar? (Tristes, libro II, 365 y 366, Gredos).

 

Isla de Lesbos

Mitilene, ciudad de donde era originaria Safo, está en la isla de Lesbos; ésta es un isla del mar Egeo, frente a Turquia. En época pre científica, los griegos trataron de econtrar una explicación a su forma; recordando el mito de Urano, que fue castrado por su hijo Crono para deponerlo del trono; supusieron que la hoz con que fue mutilado fue arrojada a la tierra, con ella se formó el cabo Drépano, en el mar Jónico, hoy es la isla de Corfú. Si alguien no lo quiere creer que vea un mapa o entre a alguna aplicación y corroborará que efectivamente tiene la forma de una hoz.

Los testículos de Urano también fueron arrojados a la Tierra; con ellos se formó la isla de Lesbos. Del esperma del Dios Urano y de la espuma que surgió en el mar donde cayeron, nació Afrodita, la Diosa del Amor. Si alguien duda de la explicación que también vea la geografía de la isla.

 

Algunos poemas de Safo:

¡…

la lengua se me inmoviliza, un delicado

incendio corre bajo mi piel,

no ven ya mis ojos

y sumban mis oídos.

el sudor me cubre, un temblor

se apodera de todo mi cuerpo y tan pálida

como la hierba no muy lejana de la muerte

me parece estar…” (Libro 1, 9 a 16)

“Como el viento desenfrenado que en la montañas

Cae sobre los bosques, el amor estremece mi ser.” ( 44).

 

(Carlos Montemayor, Safo, poemas, Trillas, páginas 31 y 59).

Ovidio, respecto del amor que Safo le guardaba a Faón, la hace decir: “No te pidos que me ames: sólo que me dejes amarte.” (Heroidas, XV, 96)

Quien desea envejecer en compañía de una mujer, una vez que ha muerto paga su pena entre los de abajo. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, papiros, “ostraca y tablas”, 32. Editorial Gredos, página 412.

Quien desea tomar esposa dos veces vende su vida a cambio de un pequeño placer. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, papiros, “ostraca y tablas”, 32. Editorial Gredos, página 412.

La mujer es un fardo completo de males porque es como un veneno endulzado con miel. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, papiros, “ostraca y tablas”, 35. Editorial Gredos, página 412.

El comienzo del pecado se produjo por un a mujer. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, papiros, “ostraca y tablas”. Editorial Gredos, página 422.

Tu vida está libre de preocupaciones si no hablas con una mujer. Proverbios Griegos, Menandro, Sentencias, Papiros, “ostraca y tablas”, 15. Editorial Gredos, página 422.

Toma una mujer y no soportarás la vida. Proverbios Griegos, Menandro, Sentencias, Papiros, “ostraca y tablas”, 23. Editorial Gredos, página 423.

Querido amigo, ¿no se produce el mayor bienestar cuando una mujer no está en desacuerdo con su marido?. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, papiros, “ostraca y tablas”, 310. Editorial Gredos, página 426.

No tengas relación con una mujer y no cavarás tu tumba. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, papiros, “ostraca y tablas”, 342. Editorial Gredos, página 432.

Quien, cuando ha muerto su mujer, se vuelve a casar, tal hombre verdaderamente no sabe ser feliz. Proverbios Griegos, Menandro, Sentencias, comparación de Menandro y Filistión, 50. Editorial Gredos, página 441.

A todos los hombres libres los hacen esclavos el matrimonio, la paternidad, los placeres, los temores, las leyes. Proverbios Griegos, Menandro, Sentencias, comparación de Menandro y Filistión, 95. Editorial Gredos, página 444.

Ni los amigos siguen siendo amigos a lo largo de la vida, ni las mujeres son sensatas durante mucho tiempo. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, comparación de Menandro y Filistión, 180. Editorial Gredos, página 448.

Quien enseña a una mujer a leer y a escribir, sepa que proporciona venenos a una serpiente. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, comparación de Menandro y Filistión, 210. Editorial Gredos,página 449

La especie de las fieras alguna vez se domestica un poco, pero el carácter de una mujer nunca cambia. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, comparación de Menandro y Filistión, 210. Editorial Gredos, página 449.

Si una mujer habla en privado con otra mujer, se desentierra un tesoro de grandes males. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, comparación de Menandro y Filistión, 215. Editorial Gredos, página 450.

Cuando un hombre quiera dañar a una mujer, que tenga un tesoro repleto de planes. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, comparación de Menandro y Filistión, 230. Editorial Gredos, página 450.

El oro es, por naturaleza, un engaño y la mujer otro engaño. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, comparación de Menandro y Filistión, 230. Editorial Gredos, página 450.

Cuando te hayas hecho viejo, no te cases con una joven. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, comparación de Menandro y Filistión, 408. Editorial Gredos, página 450.

Llora al casarte con una mujer y ríe al enterrarla, pues los que entierran a sus mujeres son felices. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, comparación de Menandro y Filistión, 245. Editorial Gredos, página 451.

Si un hombre toma consejo de una mujer, por miedo a caer quiere caer dos veces. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, comparación de Menandro y Filistión, 260. Editorial Gredos, página 452.

Si ves a una mujer bella, no la mires con admiración, pues la mucha belleza está repleta también de muchos motivos de censura. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, comparación de Menandro y Filistión, 5. Editorial Gredos, página 464.

La manera de ser hace bella a una mujer en la que se puede confiar, pues es muy diferente la respetabilidad de la belleza. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, comparación de Menandro y Filistión, 5. Editorial Gredos, página 464.

No cuentes a tu mujer un plan muy malvado, pues con su propio plan hace el mal de buena gana. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, Comparación de Menandro y Filistión, 245. Editorial Gredos, página 451.

No confíes a tu mujer un plan perverso, pues su índole ligera es ya suficiente mal. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, comparación de Menandro y Filistión, 10. Editorial Gredos, página 465.

Dos días de una mujer son los más dulces: cuando uno se casa con ella y cuando la lleva a enterrar. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, 245. Editorial Gredos, página 451.

Conoce la manera de ser de las mujeres, pero no las imites. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, 10. Editorial Gredos, página 472.

Es un bello adorno de la mujer que sea sensata. Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, 20. Editorial Gredos, página 472.

¡Qué difícil es encontrar una mujer sensata! Proverbios griegos, Menandro, Sentencias, 60. Editorial Gredos, página 474.