Sin duda, el pacto trilateral es una respuesta de contención a la República Popular de China. Además de dominar el mercado comercial en el Indo-Pacífico, ha desarrollado un robusto sistema de defensa.

 

Por Jamile Esquivel y Gerardo Trujano Velásquez

 

En septiembre, los gobiernos de Australia, Reino Unido y Estados Unidos, anunciaron un nuevo frente de asociación estratégico-militar en la región Indo-Pacífica, el acuerdo AUKUS, por sus siglas en inglés, cuyo objetivo es “defender los intereses en común” en la zona.

Además de estipular cooperaciones trilaterales en comercio y tecnología, la parte más llamativa del acuerdo es que Londres y Washington compartirán inteligencia militar con Canberra para la construcción de submarinos de propulsión nuclear, que han probado ser excelentes armas de disuasión debido a sus características operativas.

El anuncio ha generado una oleada de opiniones polarizadas, por lo que conviene analizar las motivaciones e implicaciones detrás de AUKUS.

 

Algunas motivaciones

Sin duda, el pacto trilateral es una respuesta de contención a la República Popular de China. Además de dominar el mercado comercial en el Indo-Pacífico, ha desarrollado un robusto sistema de defensa: la armada más grande del mundo. Estos elementos han permitido la gestión de una política de presión ante aliados estadounidenses como Japón, Australia y Taiwán, quienes han escalado dramáticamente sus tensiones con Pekín.

Desde hace más de diez años Estados Unidos se ha adentrado en una ardua competencia de influencia militar y poder político con China. El crecimiento estructural sostenido por la región ha motivado la creación de proyectos geoestratégicos. Pekín ha anunciado la Iniciativa de la Franja y la Ruta (popularmente conocida como nueva Ruta de la Seda), que, además de impulsar enlaces marítimos y ferroviarios desde el Sudeste Asiático hasta Europa, generaría 55% del PIB mundial. Washington, por su parte, ha centrado esfuerzos en consolidar alianzas con Estados reacios a las políticas chinas; algunos ejemplos serían el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral y la Alianza de los Cinco Ojos.

Estos acontecimientos confirman el traslado geopolítico de la competencia mundial del Euro-Atlántico a Asía, específicamente en el Indo-Pacífico.

 

Reconfiguración de los centros de poder: implicaciones

¿Qué significan estas nuevas reconfiguraciones? Aunque es difícil sintetizar en unas cuantas líneas las implicaciones que estos sucesos representan, intentaremos destacar aquellas que nos parecen más importantes.

El anuncio de AUKUS puso un abrupto fin a un pacto de producción submarina entre Francia y Australia que incluía la venta de 12 submarinos SSK franceses. Pese a que habían sufrido retrasos, las autoridades australianas no habían mostrado ninguna señal de suspender el acuerdo. Posterior al anuncio, París canceló una reunión con su contraparte británica y retiró a sus embajadores de Washington y Canberra.

En un contexto de vacíos de poder en el liderazgo europeo, Emmanuel Macron ha sabido aprovechar la situación para involucrar a países de la UE. Francia ha expresado la necesidad de una estrategia colectiva para proteger los intereses europeos en el Indo-Pacífico. Sin duda alguna, la exclusión de la UE de AUKUS confirma la pérdida de influencia del continente en los asuntos globales; sin embargo, la crisis diplomática provocada por este podría significar una oportunidad para Francia y la UE de asegurar un lugar en futuros planes regionales.

Por otro lado, el incremento de estrategias militares en litorales Indo-Pacíficos indudablemente nos remonta a ópticas de la Guerra Fría. La escala de adquisiciones armamentistas amenaza con poner en riesgo la estabilidad regional, así como, los esfuerzos de no proliferación nuclear.

Si los nuevos submarinos conservan el mismo tipo de reactores utilizados por Estados Unidos y Gran Bretaña, Australia tendrá que hacer uso de Uranio Altamente Enriquecido; material destructivo utilizado en el desarrollo de bombas nucleares. Sorprendentemente, el Tratado de No Proliferación de las Armas Nucleares permite el uso de estas tecnologías; sin embargo, Australia se convertiría en el primer estado signatario no poseedor de armas nucleares en obtenerlo.

Al tratarse de capacidades nucleares, existen preocupaciones fundamentadas sobre la falta de protocolos que salvaguarden el bienestar de poblaciones civiles e información sobre las implicaciones ambientales que pueden generar. Los estragos de las tensiones militares experimentadas durante la Guerra Fría aún son tangibles y nos hace preguntarnos si las nuevas alianzas militares han considerado las consecuencias económicas, políticas, ambientales, éticas y sociales que una carrera armamentista implicaría.

 

Jamile Esquivel: Alumna de Relaciones Internacionales de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México. @JamileEsquivel

Gerardo Trujano Velásquez: Profesor de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México. @gtrujano64

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