El de México es un pueblo bueno, no cabe duda alguna. Los mexicanos somos buenos, atentos, serviciales, amigables. Admiro mucho de mi país; pero nada como su población. Me embelesa su bondad, servicio, decencia, prudencia, a donde quiera que viajo, en las esquinas, al preguntar una dirección. Ese, “pásele señito” o, “adelante señor”.
No sé cuántas veces le he dado la vuelta a mi patria, tanto por fines laborales, como turísticos. ¡Qué gente la nuestra!
Uno de los grandes placeres de viajar al exterior, es que después de dos o tres semanas regresa uno a México. Desde que el avión comienza su descenso final en el Valle de México, se me prende el corazón de la emoción de ver la inmensidad de esa, mi mancha urbana. De noche imponente, de día alerta del caos, del relajo que hay allá abajo, pero al final es mi casa, es mi gente, soy yo multiplicado por millones.
Los mexicanos somos tan tan pero tan buenos, que somos ciegos frente al ovejero, aún cuando éste nos lleve al matadero. Trátese de “la jefa” madre, del jefe de la chamba, del capellán y del sacerdote, a todos les creemos. Queremos creer. Tal vez queremos creer dado que en tantas ocasiones hemos sido vejados. Los dramas telenovelescos con que nos dramatizan las madres, las golpizas del padre, las violaciones físicas del padre o del tío borracho a la sobrina, aquel clérigo pederasta, el otro líder sindical engaña bobos; policías que asaltan, soldados o guardias que amenazan con sus armas a estudiantes que quieren justicia para el CIDE, o científicos, o padres que suplican por medicinas para sus hijos con cáncer. Todos burlados, vejados, humillados, amenazados, minimizados.
¿Cómo se atreven a tratar así a seres humanos, a un pueblo que clama ley, al que se le prometió justicia?
Así, ¡Cómo no quieren que lleguemos a querer creer con esperanza, aunque sea por una noche, para despertar violados, violentados, desmembrados, sea físicamente, sea moral o mentalmente!
Así llegamos al Tercer Año de… Gobierno, dicen…
Ese pueblo extra bueno y que cree en creer, votó por el cambio en 2018, harto ya de estar harto y brutalizado, sin entender por qué. Llegó el edil del cambio, para ser Estadista Supremo, cual debe un Presidente del pueblo, defensor de la Constitución y protector de la democracia liberal que luchó hasta llevarlo al poder. La democracia liberal republicana que nos hemos ganado todos en más de sesenta años de lucha nacional y más de treinta por eliminar las cadenas del totalitarismo institucional del PRI.
A partir de 1999, más o menos, se notó una aceleración de esa libertad, donde comenzaron las reuniones del Estado Mexicano, es decir, de todos los poderes fácticos del país, para definir el camino de la democracia que queríamos para nuestro país: gobernantes federales, estatales, municipales, intelectuales, académicos, científicos, estudiantes, líderes, ONGs, sociedad civil, asociaciones, empresarios de todos los tamaños, comunicadores periodistas y de medios electrónicos, sindicatos, guerrilleros disfrazados de académicos, representantes indígenas, todos fueron invitados a la discusión del país de libertades que queríamos construir para el presente y el futuro mediato.
Dos grupos no fueron invitados hasta donde yo recuerdo. Ni militares, ni narcos. Estos últimos por obvias razones, aunque no dudo que estuvieran presentes disfrazados de buenos ciudadanos. Y los militares no venían al caso. Ellos estaban para protegernos a nosotros los ciudadanos, a la Constitución, a los Tres Poderes de la Unión. Pero nunca para opinar sobre la democracia y las libertades, las leyes y la justicia. Eso sí, siempre, como siempre en México han sido muy bienvenidos los militares en retiro, que como ciudadanos opinan, analizan. Nunca como representantes de las Fuerzas Armadas.
En ese ambiente surge López Obrador
De ese ambiente crece López Obrador, a ese México se debe él.
Lo menos que podía esperar el buen pueblo mexicano, es que López Obrador llegara a la presidencia por fin, y que mejorara el conjunto de libertades, derechos, oportunidades, seguridades, y los servicios mínimos de un Gobierno Federal para todos los mexicanos: Engrandecer el Estado de Derecho, la Seguridad, la Educación, la Salud, y las oportunidades de desarrollo económico y social, con capacidad acelerada de movilidad e inclusión para todos, todos los mexicanos.
Ohhh Decepción
Después de tres años completos de gobierno del señor López Obrador, no aparece el Estadista electo en 2018. ¿Dónde está el Estadista que juró hace tres años? ¡Vaya usted a saber!. Veo en cambio un comunicador excelente exclusivamente para promover a un objetivo y solo uno: López Obrador, en López Obrador, con López Obrador, para López Obrador, por López Obrador.
Como porro agitador, luchador electoral, estratega electorero, comunicador de López, podemos afirmar que los tres años de López Obrador en ese tenor, han sido todo un éxito, vaya, de llamar la atención. En todo lo demás, Los Estados Unidos Mexicanos han sufrido un revés nunca antes visto en tan solo tres años, con ausencia de un Estadista al frente del Ejecutivo.
Cito las Peores Regresiones Efectivas y lo que Pudo Ser
- Salud se contrajo gravemente. Justo cuando inicia la pandemia. El Gobierno Federal nos dejó solos a los que tenemos Seguro Social, le dio la espalda a muchos mexicanos con graves enfermedades como cáncer, sida, le cerró la puerta a guarderías y a estancias infantiles, inclusive a los alimentos a la niñez.
- El espacio temporal construido de seguridad Social para todos los desamparados por el IMSS, el ISSSTE y anexas, se creó el Seguro Popular. Por supuesto el señor López Obrador asesinó a dicho seguro, que por duplicidad de funciones, que por corrupción, que por alianzas podridas entre ricos y políticos, etc, etc, etc, a la AMLO.
- Entorpeció el sistema de vacunas y de medicinas, que eran ejemplo mundial, los acabó.
- La educación básica e intermedia se encuentra en el país del nunca jamás, negociada con el corporativismo sindical, a cambio de votos pro López Obrador.
- El Estado de Derecho. ¿Qué es eso?
- Los Narcos. Avanzando por todo el país, conquistando regiones apartadas y urbanas. Muy bien, gracias.
- Los Militares. Sinónimo del nuevo Estado Industrial de la 4T. ¿Cómo achatar el poder de la IP? ¡Por supuesto! Dando toda actividad productiva posible a las Fuerzas Armadas, inclusive crear un edicto (imperial) de Seguridad Nacional con reserva indefinida de información, para volver todo turbio.
- ¿Y los militares con el narco? Bajo y discreto perfil, bajos arrestos, contención, muy muy pocos enfrentamientos.
- Pasemos a la economía nacional. Nunca antes visto. Este será el sexenio que promedie un 0.5 de crecimiento del PIB anual 2019-2024, con inflación creciente, pérdida del poder adquisitivo poblacional, aún con los aumentos que se den al salario mínimo.
- La Inversión Fija Bruta que, —digamos—, es el electro de la dinámica de nuevas inversiones en el país, asombrosamente baja. Se invierte en mantenimiento, en gasto corriente, costos operativos. No se hacen nuevas inversiones importantes como se debiera, máxime cuando el mundo entero podría interesarse en México, por su posición fuerte con el T-MEC, con el TPP 2.0 y con la UE. Pero también por sus enormes posibilidades en generación de energías limpias sobre todo eólica, solar y geotérmica, la industria automotriz consolidada, las colas que ya debiera haber de nuevas inversiones en automotriz eléctrica, partes y componentes, baterías de alto rendimiento y de estado sólido, y el inmenso poder que significan las muy sofisticadas cadenas de valor y de producción, abasto, complementariedad, logística norteamericanas.
- Las cadenas aeronáuticas y aeroespaciales que ya se conforman en México, para fortalecer la industria satelital y de Seguridad de Norteamérica.
- A lo anterior sume las ventajas que ofrece México para montar nuevos espacios para empresas que quieran reubicarse en México y salir de Asia, en particular de los ejes de influencia chinos, dada la creciente guerra tecnológica entre EEUU y China.
- No eche en saco roto el nuevo Sur mexicano: Desde el Corredor Transístmico, a Mérida-Progreso, Chiapas, y rumbo al Triángulo Norte centroamericano. Inversiones Productivas claro está. No depredar selvas húmedas a cambio de arbolitos frutales electoreros. Eso es un crimen de estado, aunque luego se quejen de las denuncias en medios por corruptelas que surgen a flor de tierra. Ese espacio inteligente que cito, nos abre múltiples oportunidades para la recreación 2.0 de las Zonas Económicas Especiales. Todo lo anterior conéctese con el Corredor T-MEC de Mazatlán a Durango y vía FF.CC. de este lado y en EEUU, hasta Winnipeg, en Canadá.
- Sume el valor que ya calibra el T-MEC de México en mano de obra sofisticada: Desde obreros, hasta especialistas técnicos y profesionales, los grandes centros académicos, de investigación y desarrollo que hablan y coordinan con las actividades productivas para educar especialistas que demandan las nuevas cadenas de valor que se formarán tan solo en la presente década.
Revise usted, amable lector, muy bien todo lo que acabo de redactar.
Son todos los rubros que López Obrador toma, invade, ya sea con sus soldados, que ya no de la Nación Mexicana, con sus rectores, directores o directoras a modo, o con secretarios de estado dóciles, así como diputados vendidos, que a todo le dicen sí.
Tres Años de Gobierno
¿Celebrar? ¿Nosotros? ¡Blah! Que celebre él y sus quasimodos, que se estremecen por una esmeralda falsa.
Tres años de fraude, tres años de desgobierno, de intervención totalitaria en todo, ya sea con sus gatos que toman instalaciones, invaden atribuciones, o con sus generales que comandan sardos, —en pleno uso coloquial mexicano del gentilicio de Cerdeña—.
No. Un megalómano que desde el Asalto dado al Palacio Nacional, con calles cerradas y Plaza de la Constitución bloqueada, juntan entre acarreados, serviles que no servidores de AMLO, fanáticos, que sí los tiene, gatos y aspirantes, 150, 200 mil masas, muchedumbres en el evento. Qué más da.
Veintidós discursos de grandeza en solo tres años de pobreza. La búsqueda del aplauso del pobre megalómano, siempre con dudas, siempre con miedos, sobre todo con desprecios, ansia de venganza, odios y rencores.
Palabras del celebrado: “Estamos de pie (1), a pesar de pandemia y la crisis económica originada por el neoliberalismo o neoporfirismo, estamos de pie. Seguimos avanzando en la transformación de la vida pública de México”…
En efecto más vida pública. Más méndigos en el Palacio Imperial.
Afuera más mendigos, más organilleros, vendedores de fruta en camiones, organilleros por doquier, tamaleros, afiladores, productos desconocidos, trompetistas, acordeoneros, tríos, drogados pidiendo limosna, jovencitos haciendo maromas en cada esquina, hacinados que se refugian en cajeros automáticos de Paseo de la Reforma, programas sociales que ofrecen esperanza temporal. La pandemia no importa. Prohibido contagiarse, y no contagiarse. Si se contagian en mi celebración, es bueno morirse, si es por mí.
Un éxito el combate mexicano del coronavirus. Con cifras oficiales, más de 400 mil muertos solamente, y poquitos contagiados, prácticamente un millón.
México, el cuarto país del mundo con más muertes; México, el país con más muertos del mundo por cada 100 mil habitantes, con solo el 50% de la población vacunada con doble dosis, con algunas vacunas no aceptadas todavía por ninguna organización internacional de prestigio. Ni la vacuna rusa, ni la china. México país con tantos mexicanos sin vacunar, pero con 43 millones de dosis de reserva. ¿Qué hace el gobierno? ¿Cuál es su política de vacunación pandemia? ¿Qué están haciendo sino desbaratar laboratorios y sistemas de distribución exitosos? ¿Por qué? ¿Quién ganará con este río revuelto?
México, su gobierno federal en defensa de una iniciativa de Contrarreforma eléctrica, que es energética, y que no va a pasar. Y de pasar, nos enviará al cuaternario. Pero insisto, ¿Quiénes ganan? Gobierno malvado, con aspirante a dictador a través del Maximato 2.0.
Ahí está Claudia en la fiesta. Ahí está Adán en la fiesta. Por ahí López Gatell… y el gabinete pobre de la triste figura.Los mariachis, a caray, ¡también son de la SeDeNa! Soldados mariachis pues… ¿o mariachis soldados?
Mientras tanto el buen pueblo feliz, feliz, con discursos y circos, va tranquilo al matadero.
Lo que Viene
El segundo trienio. Será cada vez peor. El totalitarista tendrá poco a poco menos cartas de amigos y peticionarios. El totalitarista como ya se nota, estará cada vez mas irritado.
El pueblo. Al 65 por ciento le cae rete bien la persona de López Obrador. Eso es todo lo que sabemos. ¿Votarán por Claudia, o por Adán en 2024? Ese es otro tema.
¿Habrá reelección presidencial en 2024? Cuando menos todo indica que no será así.
El grave riesgo insisto, de verdad insisto, como lo hice la semana pasada, el grave riesgo son los mariachis militares. Ahí podemos ver cómo se fragua el nuevo virus que se conjura solo en México: El regreso militar a Palacio Nacional para ocupar la Silla del Águila, para usurparla en contra de lo que mandata la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
El pueblo bueno es guiado por su presbítero popular, al gran infierno.
Todos felices.
Adiós. Feliz 1 de diciembre.
Notas:
- México-Tenochtitlan estuvo de pie desde mucho antes de la llegada de los españoles.
Lo que hoy definimos como Mesoamérica está habitado por lo menos hace 10 mil o más años por tribus y grupos humanos que hoy ya conocemos con sus definiciones de los últimos cinco mil años.
Nunca en cinco mil años por lo menos hemos dejado de estar en pie.
Es una especie de pleonasmo invertido decir Estamos en Pie. Ni que estuviéramos de rodillas.
Nunca México en sus 200+ años de Independencia ha estado en algo menos que en pie, con todos los accidentes históricos. No entiendo qué quiso decir si no cotorrearse a las masas.
Efrén Flores es licenciado en Economía. Durante más de 35 años se ha dedicado a la comunicación en medios electrónicos, impresos, digitales, con temas financieros, económicos, empresariales, estratégicos, RSE, PyMEs, y nuevas tecnologías que revolucionan a nuestro mundo. Es conferencista en México y en EEUU. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor. Efrén Flores nunca ha pertenecido a Partido Político alguno.

